La Central Obrera Boliviana debe volver a ser el instrumento sindical de los trabajadores que pueda centralizar sus reivindicaciones. Durante estos años, los dirigentes sindicales han sido parte accesoria del gobierno del MAS, un acuerdo corporativo de beneficios para los dirigentes a cambio de apoyar al régimen y acallar las demandas de la población.
La independencia sindical y el pluralismo político son esenciales y únicamente volverán a los sindicatos cuando se corte el cordón umbilical que los ata al gobierno.
Es evidente, que la relación COB-gobierno ha sido importante en la historia de la organización, a partir del cogobierno COB-MNR. Durante las dictaduras militares, también se buscó habilitar esa relación a través de los “coordinadores laborales” y del famoso pacto “militar campesino”.
La relación entre la COB y la UDP fue altamente conflictiva al grado de ser una expresión de oposición al gobierno de Siles, con grandes movilizaciones callejeras.
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Durante los inicios del neoliberalismo, los sindicatos fueron un espacio de resistencia al modelo de relocalización y privatizaciones; sin embargo, la lucha sindical fue reprimida y varios estados de sitio terminaron con dirigentes sindicales perseguidos y con confinamientos.
De manera particular, surgió dentro del sindicalismo campesino la tesis de dejar de lado la lucha a través de los partidos de izquierda y pasar a fundar el instrumento político organizado desde las instancias campesinas. Fue desde 1992, que se definió la propuesta de crear la Asamblea Por la Soberanía de los Pueblos ASP, la misma que logro levantar al movimiento campesino de una lucha por la tierra a una lucha por llegar a ser gobierno, reivindicando un programa de las naciones originarias, que luego mutaría a lo plurinacional. Era la conquista del movimiento campesino de su representación al interior de la COB. Las tesis políticas internas debatían si únicamente los obreros eran los únicos con proyecto histórico.
El Movimiento Indio Pachacuti MIP de Felipe Quispe y el MAS de Evo Morales dieron un paso importante para ser gobierno, primero a nivel municipal y en 2005, para ganar la Presidencia, empero, en todo este proceso, nunca se pensó que el gobierno convertiría a los sindicatos en sus apéndices, en que se dividiría a las organizaciones indígenas, sindicales y de derechos humanos o que finalmente se suplantaría a sus direcciones.
Fue Evo Morales el propulsor directo de la noción de que los sindicatos no pueden contener ningún vestigio de independencia respecto del gobierno, al grado de señalar que la divergencia, el pluralismo la autonomía eran sinónimos de penetración imperialista y otros argumentos autoritarios.
Hoy, que el gobierno del MAS se encuentra en una crisis de fin de ciclo, es urgente recuperar la COB y los sindicatos en general para los trabajadores, es más este será un camino no lineal ni inmediato, pero deberá lograrse sindicatos con un mínimo de democracia e independencia del gobierno.
Los sindicatos que representan a un 16% de trabajadores formales y a una parte de trabajadores informales y por cuenta propia debe reorganizarse, para que el restante 84% del ámbito laboral se encuentre representado en la COB. Es decir, la renovación, la apertura y la democratización son muy importantes.
La crisis económica ya golpea a las familias bolivianas y cada día, la inflación de los precios de los productos, la escasez y diversas formas de especulación detonaran en todos los rincones del tejido social para que las personas salgan a las calles a defender su economía.
En mi caso particular, soy autor de libros y pertenezco a un sindicato de trabajadores de librerías, escritores afiliados a la Central Obrera Departamental. Cualquier ampliado o actividad sindical debería de convocarnos para hacer vida orgánica. Durante estos años de dictadura sindical, no hubo posibilidad de acciones independientes y conjuntas con el resto de los trabajadores, espero que todo esto cambie de verdad.