Nueva sociedad globalista y pérdida de lo nacional


 

La gran lección de la historia, es que no se han aprendido las lecciones de la historia”.  Aldous Huxley.



Una perspectiva pesimista, claudicante y quizá agorera, de la evolución de la Especie Homínida.
Tenemos una sociedad en guerra contra el ecosistema, que es nuestro hogar y también contra la especie humana, nosotros mismos. Esta es una sociedad que está perdiendo el amor a su familia y a su nación y carece de voluntad y fortaleza personal y social para oponerse a los gobiernos corruptos, a los Narcoestados, bandas de interculturales y tribus agresoras.

Hemos avanzado enormemente en la tecnología, pero no en mantener los principios y valores humanos, éticos y sociales; por el contrario nuestra especie  homínida está en permanente retro-avance.
Irónicamente la buena noticia para muchos, es que con los avances de la tecnología ya no se necesitara pensar. Asimismo Instagram permitirá escribir comentarios y opiniones usando la IA y esto para que perdamos menos tiempo. Tiempo para qué?.
La gran Sustitución.
Llegan masivamente a nuestros países, migrantes con otras culturas y otras costumbres que afectan nuestra vida y tradiciones. El Ser Nacional que es lo que nosotros somos, es mantener nuestra identidad y defenderla y para hacerlo hace falta saber de nuestra historia, de nuestros valores tradicionales, de nuestra familia, que es lo que afirma nuestra identidad.

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Estamos afectados por este fenómeno migratorio, de gente angustiada por la difícil situación que viven en sus países y en busca de un mejor vivir se van a otros lugares, donde ingresan de manera ilegal. Esta migración al ser masiva afecta a la población de los países y regiones a donde ingresan ilegalmente.

Imagen de una mujer en la cultura Occidental e Islámica

 

Vivimos en la época de la Gran Sustitución, una sustitución de la identidad y que se da tanto alrededor del mundo, como al interior de cada país y que afecta la vida de las personas, su cultura y su economía.

Frenar esta Gran Sustitución, esta masiva migración y avasallamiento ilegal, no es una cuestión de racismo o de xenofobia, es una cuestión de evitar la des-civilización,  causada por esta masiva migración de personas con otras costumbres y otras culturas; pues como pueblo queremos y necesitamos mantener nuestra identidad, aquello que somos y lo que no une.

En el Estado plurinacional vemos bandas delincuenciales, que deciden avasallar a sus propios coterráneos de otra etnia y cultura y apoderase de sus tierras ancestrales. En Bolivia los avasalladores interculturales y otros más, llegan a las tierras de los pueblos y naciones dentro del mismo país y como no es su gente, no es su tierra, no los quieren, no los cuidan, los explotan y los destruyen. Luego para apoderarse de esos pueblos y esas tierras, queman los bosques y van por otras hectáreas más.

Declaración de París en Mayo del 2017.
Europa nos pertenece y nosotros pertenecemos a Europa. Estas tierras son nuestro hogar; no tenemos otro. Los motivos por los que amamos a Europa superan nuestra habilidad para explicar o justificar nuestra lealtad. Es cuestión de historias, esperanzas y amores compartidos. Es cuestión de usos y costumbres, de momentos de pathos y penas. Es cuestión de experiencias inspiradoras de reconciliación y de la promesa de un futuro compartido. Los paisajes y los acontecimientos ordinarios están cargados de un significado especial; para nosotros, no para los demás.
El hogar es un lugar donde las cosas son familiares y donde somos reconocidos, por muy lejos que hayamos estado. Ésta es la Europa real, nuestra preciosa e irreemplazable civilización
”.

El Globalismo viene negando el espíritu de la comunidad nacional y en la Declaración de París se postula el retorno a la Nación y los firmantes de la Declaración, reunidos en Paris reiteraron lo siguiente:
“En este momento pedimos a todos los europeos que se unan a nosotros, en el rechazo de la fantasía utópica de un mundo multicultural sin fronteras. Amamos y es justo que así sea a nuestras patrias y buscamos entregar a nuestros hijos todo lo noble que hemos recibido como patrimonio nuestro. Como europeos también compartimos una herencia común y esta herencia nos exige vivir juntos en paz como una Europa de las naciones.
Renovemos la soberanía nacional y recuperemos la dignidad de una responsabilidad política compartida para el futuro de Europa. Una Europa en la que podemos creer”.

ovidioroca.wordpress.com