El expresidente no expresa hasta la fecha conmiseración con las cinco familias en luto, ni tampoco llama a sus huestes a dejar de lado la violencia en los bloqueos.
eju.tv / Videos: RRSS EMA
En medio de una profunda crisis política y social que sacude al país, el líder cocalero Evo Morales denunció una supuesta campaña de ‘violencia selectiva’ presuntamente promovida por Luis Arce en contra de su organización. A través de sus redes sociales, el expresidente asevera que los ataques a las instalaciones del instrumento político en La Paz y el aparente atentado contra la vivienda de la concejala alteña Wilma Alanoca son parte de una campaña gubernamental.
Morales asegura que ‘tras los discursos de odio’ proferidos por la ministra de la Presidencia, Maria Nela Prada, se produjeron los ataques incendiarios contra oficinas de ‘Evo Pueblo’ y un atentado con explosivos en la casa de Wilma Alanoca, excandidata a la Vicepresidencia por su fórmula electoral. Asimismo, alerta también sobre supuestos planes para atacar los domicilios del senador Leonardo Loza y del diputado Héctor Arce, así como a su propia vivienda en Cochabamba.
“Las jornadas de ayer y hoy están marcadas por la violencia selectiva promovida por el gobierno y sus aliados. Tras los discursos de odio impulsados por la Ministra de la Presidencia, incendiaron oficinas del Instrumento Político y pusieron bombas en la casa de nuestra hermana Wilma Alanoca, candidata a la Vicepresidencia. Hoy se planea atentar contra los hogares de nuestros compañeros Leonardo Loza, Héctor Arce y mi casa en Cochabamba”, denuncia el líder cocalero.
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Sin embargo, el político orureño omite en sus publicaciones referencia alguna a las cinco muertes registradas esta semana durante los ataques a efectivos policiales en Llallagua, Potosí y en la zona de Confital, en la carretera que une Cochabamba con el occidente del país, pese a que los fallecimientos fueron producto de la violencia ejercida por seguidores de su facción contra las fuerzas del orden en el norte de Potosí y en el Valle Bajo de Cochabamba.
Uno de los supuestos francotiradores que operaron en Llallagua.
Las movilizaciones fueron ordenadas por el propio Morales, pese a que luego deslindo responsabilidad sobre ellas, y los dirigentes del Pacto de Unidad y el autodenominado Estado Mayor del Pueblo, quienes rechazan el proceso electoral sin la participación del máximo dirigente de las seis federaciones del trópico de Cochabamba. Las víctimas fallecieron durante las operaciones de desbloqueo y hasta la fecha no se ha identificado a los autores de los disparos. Distintos actores políticos y representantes de las organizaciones de la sociedad civil han exigido una investigación imparcial e inmediata.
Morales no se refiere a la escalada de la violencia que se registra en el territorio nacional y que amenaza también convulsionar la sede de Gobierno ante el llamado de los campesinos de 16 de las 20 provincias paceñas a cercar la hoyada y el área metropolitana de La Paz; empero, asegura que hay una estrategia ‘del gobierno y sus aliados’ para anular a su movimiento y criminalizar la protesta de los sectores sociales que le obedecen.
Policías desplegados en la carretera Cochabamba – Oruro. Foto: Unitel
“No son hechos aislados, es un plan sistemático de proscripción política y criminalización contra nuestro espacio político. No buscan diálogo ni soluciones. Quieren eliminar a sus adversarios con odio y violencia, porque ya no tienen legitimidad ni apoyo popular. Pero el pueblo está despierto, organizado y no permitirá que le arrebaten su democracia”, ratifica, aunque son las huestes evistas las que piden la renuncia del gobierno de Arce Catacora, lo que significa una clara incitación a la ruptura del orden constitucional.