La situación genera impotencia entre los familiares de los pacientes que deben ser trasladados a diferentes centros de salud, siendo afectados también los enfermos que llegan desde las provincias
La falta de combustible golpea al sector de salud en Santa Cruz: solo el 40% de las ambulancias está operando debido a la problemática del suministro, situación que genera impotencia y desesperación entre los familiares de pacientes que deben ser trasladados con urgencia, tanto dentro de la ciudad como desde las provincias.
“Nos vemos imposibilitados de atender las emergencias”, denunció el paramédico Jim Nájera, quien señaló que la falta de carburante ha paralizado el servicio de atención prehospitalaria. “El Gobierno no se está preocupando por el tema de salud, no se está preocupando por lo primordial que es, y la gente se nos está muriendo”, lamentó.
Los paramédicos deben hacer largas filas para conseguir gasolina, muchas veces sin éxito, tema que genera molestia no solo en el sector, sino también entre las personas que requieren este servicio.
En diferentes establecimientos de salud, los vehículos están parados debido a la falta de combustible
“De un 100%, el 40% de las ambulancias están trabajando (…) Y no es porque ellos (los paramédicos) no quieran, sino porque no hay la gasolina. Y esto preocupa bastante”, explicó Nájera, destacando la urgencia de trasladar a pacientes críticos como los que requieren oxígeno o están entubados.
La situación también ha sido denunciada por familiares de pacientes y esto fue puesto en manifiesto por una vecina que aguardaba atención para un paciente recién salido de cirugía, afectado por diabetes.
Los pocos vehículos disponibles deben priorizar los casos más críticos y en trayectos largos no pueden llevar a más de un paciente.
Los pacientes que llegan desde provincia también son víctimas de esta crisis. Algunos no son atendidos por falta de camas y tampoco pueden ser derivados a otros centros hospitalarios por la escasez de gasolina.
“Pedimos que nos provean, que provean la gasolina. La gente se molesta y tiene razón en molestarse”, concluyó Nájera, reflejando el sentimiento de frustración que hoy atraviesa al sistema de emergencias en la urbe cruceña.