Bolivia acumula déficit comercial de $us 505,8 millones en primer semestre, pese a repunte exportador en junio


Entre enero y junio de 2025, las exportaciones sumaron 4.116 millones de dólares, un 5,3% menos que en igual periodo de 2024. Aunque junio cerró con un superávit de 75,4 millones, el saldo acumulado sigue en rojo.

Ernesto Estremadoiro Flores

Fuente: eldeber.com.bo



Entre enero y junio de 2025, Bolivia registró un déficit comercial de 505,8 millones de dólares, de acuerdo con el último boletín del Instituto Nacional de Estadística (INE). En ese periodo, las exportaciones nacionales sumaron 4.116 millones de dólares, un 5,3% menos que en 2024, afectadas por la caída de las ventas en hidrocarburos y manufacturas, mientras que el sector minero repuntó un 14,2%.

En junio, las exportaciones alcanzaron 782,4 millones de dólares, con un leve crecimiento mensual del 0,03%. El impulso vino de la extracción de hidrocarburos (+8,3%), minerales (+8,0%) y agricultura y pesca (+21,9%).

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Entre los productos con mayor incremento destacan: plata (+19,9%), zinc (+6,1%), plomo (+25,2%), castaña (+42,1%), quinua (+27,2%), joyería de oro (+97,3%), carne bovina (+786,9%) y urea (+10,7%).

El saldo comercial de junio fue positivo, con 75,4 millones de dólares, gracias a mayores ventas de gas natural —que crecieron un 8,3% frente a mayo, por la demanda de Brasil y Argentina—, aunque todavía por debajo de los niveles de 2024.

“No obstante, factores adversos continúan afectando la economía del país, como el cambio climático y conflictos sociales internos”, detalle el INE en su reporte.

La balanza comercial negativa se da en un contexto económico marcado por una persistente escasez de divisas, caída de las reservas internacionales y una presión creciente sobre las importaciones de insumos básicos. Estos factores han elevado los costos de producción, afectando tanto a la industria como al sector agropecuario, y han provocado tensiones con importadores y transportistas, que denuncian demoras y sobrecostos en la cadena logística.

A ello se suma la dependencia estructural de un puñado de materias primas para sostener las exportaciones, lo que expone al país a la volatilidad de los precios internacionales.

Mientras las ventas externas dependen del comportamiento del gas y los minerales, la diversificación productiva avanza lentamente, y las oportunidades en el mercado global se ven limitadas por la falta de inversión en tecnología, infraestructura y valor agregado.