Gracias a nuevos avances en tecnología forense, tres personas que murieron en el trágico atentado del 11 de septiembre fueron identificadas recientemente.
Por Luis A. Flores
Fuente: Infobae
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Más de dos décadas después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, la ciencia forense y la tecnología siguen abriendo puertas a la memoria y al duelo. Recientemente, tres víctimas más de la tragedia del World Trade Center en Nueva York fueron identificadas: Barbara Keating, Ryan Fitzgerald y una tercera mujer cuyo nombre se mantiene en reserva a pedido de su familia.
Con ellas, ya son 1.653 las personas identificadas entre los 2.753 fallecidos aquel día. La noticia no solo representa un avance científico, sino también un paso profundamente humano: cerrar capítulos abiertos para cientos de familias que aún esperan respuestas.
Para los Keating, por ejemplo, el hallazgo y la confirmación de la identidad de Barbara es el final de una espera marcada por la incertidumbre.
Quiénes eran las víctimas del 9/11 recientemente identificadas
Barbara Keating fue mucho más que una víctima de los atentados. Fue una defensora incansable de las madres solteras y de las personas con discapacidad, según reveló The New York Times. En 1991 recibió un reconocimiento del Senado de Massachusetts por su trayectoria en el servicio comunitario.
Ella vivía en Palm Springs, California. En aquel entonces, a sus 72 años, dirigía una iglesia y pasaba los veranos en Cape Cod. Aquel fatídico día en el que perdió la vida, regresaba de su estancia anual en Massachussets.
Su hijo, Paul Keating, solía trabajar en telecomunicaciones. Esa mañana se reunió con un cliente en Stamford, Connecticut. Él subió a lo alto del edificio de oficinas para ver si alcanzaba a divisar las llamas en el horizonte, sin esperar que su madre estaba en el vuelo 11 de American Airlines que se estrelló contra el WTC.
Tras el atentado, la familia casi perdió la esperanza de recuperar sus restos. “Hace dos décadas, los expertos forenses nos dijeron: ‘En realidad, no deberían esperar encontrar ADN. Por el acto físico de la explosión en sí, por el calor”, recuerdó Paul durante una entrevista con el NYT.
Todo cambió cuando, hace tres años, apareció lo que parecía ser un cepillo de pelo de Barbara. Los hermanos de Paul entregaron muestras genéticas y, finalmente, se logró confirmar su identidad.
“Hablamos de gente que hace horas extras 24 años después, por nosotros. Para mí, eso es lo más asombroso. Sabes que no van a parar hasta que hayan identificado a cada persona”, expresó Paul con gratitud.
También se confirmó la identidad de Ryan Fitzgerald, quien solía ser comerciante de divisas en Fiduciary Trust Company International, aunque hasta el momento no se han hecho públicos los detalles de su vida ni declaraciones de su familia. Lo mismo ocurre con una tercera víctima, una mujer cuyo nombre no fue revelado por deseo de sus seres queridos. Su historia, aunque silenciosa, queda ahora oficialmente reconocida.
Ciencia forense al servicio de la memoria
El trabajo de identificación de víctimas del 11-S es el más complejo de la historia y se deriva del mayor asesinato en masa de la historia de EEUU, según declaró Jason Graham, médico forense en jefe de la ciudad de Nueva York, en una entrevista con el periódico neoyorquino.
A lo largo de estos años, los equipos han analizado más de 22.000 fragmentos humanos recuperados de los escombros, en muchos casos severamente dañados por el calor, el impacto y el paso del tiempo. Más del 90% de las identificaciones se han logrado mediante pruebas de ADN, de acuerdo con estadísticas de la oficina citadas por el NYT.
Graham, explicó que las técnicas han evolucionado drásticamente desde 2001. En los primeros años, los especialistas usaban métodos rudimentarios para extraer ADN de huesos pulverizados.
Hoy, gracias al uso de rodamientos de bolas y vibración ultrasónica, es posible recuperar material genético incluso de fragmentos muy degradados. “Hemos tenido cada vez más éxito en la obtención de ADN a partir de fragmentos óseos”, señaló.
Aunque las nuevas identificaciones son ahora menos frecuentes que en los primeros años, la misión continúa. La colaboración con las familias sigue siendo clave: son ellas quienes proveen las muestras de referencia necesarias para cotejar los restos.
“El dolor de perder a un ser querido en los ataques terroristas del 11 de septiembre resuena a través de las décadas, pero con estas tres nuevas identificaciones, damos un paso adelante para consolar a los miembros de la familia que aún sufren por ese día”, aseguró Eric Adams, alcalde de la ciudad.