Aprendamos jugando


Elio Pedraza Vargas

elio_pedraza-110x110 Cuando la papas queman y los conflictos internos parecen ahogar al gobierno del MAS, éste busca cualquier enemigo. Lastimosamente, muchos se prestan al juego de lanzar bombas de humo para tapar el incremento en el costo de la canasta familiar, la no inversión en la búsqueda de hidrocarburos, la inoperancia en lograr que despierte el Mutún, la destrucción del medio ambiente, el pago de favores al Brasil para la construcción de su represa que inundará vastas zonas de la Amazonia boliviana y problemas sin resolver o resueltos a palos, machete, bloqueos, secuestros e incluso con la nueva arma: fiscales y jueces que cuidan su fuente laboral, porque ya no hay más.

En varias ocasiones se escuchó a Álvaro García Linera decir que el presidente Morales tiene bajo su almohada el libro de Sun Tzu El Arte de la Guerra -tengo mis dudas, pero en fin, él lo dijo. Este libro nos dice que “todo el arte de la guerra está basado en el engaño” y al parecer así nos han mantenido y quieren mantener aún a la población, ya que se siente la risa maliciosa al interpretar la Constitución Política del Estado Plurinacional, dando por descontada la participación en el 2015 de Evo Morales Ayma en la puja presidencial.



Y ahora vemos cómo sin importarle qué piensan los mandatarios de países “hermanos”, el gobierno arremete contra todo lo interno y externo contando chistes de humor negro en convención de blancos. Total, qué importa que piensen que los bolivianos somos unos desubicados, porque la elite romántica y desideologizada está convencida que la batalla debe ganarse más por la maniobra y la astucia que por el choque armado. Dando suma importancia a la sorpresa, porque el principio supremo de la guerra es el vencer y someter al enemigo sin combate.

Por esa razón es que tenemos que aprender a jugar, pero para llegar a sentarnos en la mesa de los “maestros del juego” es necesario desnudar la mediocre actitud de los serviles jugadores que patean voluntariamente contra su propio arco. O sacar del juego a quienes por ser hijos del pésimo entrenador, entran a la cancha a estorbar, porque no saben a lo que entraron, peor jugar bien.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

El pueblo tiene muchos líderes, tal vez estén adormecidos, pero hay que animarlos para que jueguen en las grandes ligas de la política y si no, hay que hacerlos. Hay que promover y reactivar el deseo de construir el libre pensamiento, no enmarcado o adoctrinado con la destrucción y la maliciosa igualdad a la que nos quiere llevar el masismo, cuando nos muestra en su propaganda que una rubia y una morena son iguales porque se visten igual, se peinan igual, el lápiz labial es el mismo, los zapatos son los mismos, los carros de los bebés son los mismos. Pero en realidad somos diferentes, hay morenos, negros, blancos, amarillos, enanos, gordos, flacos, feos, bonitos, inteligentes, mediocres, algunos con mucha suerte, otros sin ella, algunos creen en Dios, otros en las piedras, algunos son consecuentes con nuestra idiosincrasia, otros rápidamente abrazan la que les ofrece más. Eso nos hace diferentes, porque ahora ni ante las leyes somos iguales.

No podemos negar que hay juegos que permiten armar el tablero de la guerra; las estrategias deben estar bien definidas, hay que pensar una y otra vez o así sean mil o millones de veces, lo importante es pensar para jugar o caso contrario apoyar a quien sabe pensar para que juegue, no dejarlos que arremetan con estrategias envolventes. Por esa razón, ahora hay que jugarles de igual a igual, ya no con el equipo familiar, sino con el equipo del pueblo.