Entre 2015 y 2017, último año con cifras oficiales, 12,7 de cada 100.000 adolescentes entre los 15 y los 19 años se autoprovocó la muerte en Argentina. RYAN TAUSS / UNSPLASH MAR CENTENERAUnicef advierte de que es la segunda causa de muerte en menores de edad y reclama políticas públicas de prevención
En ?? hay datos informales, registros de defunción incompletos o imprecisos, dificultades para el registro de los intentos de suicidio como tales, diferentes sistemas de registro entre servicios de salud, judiciales y civiles. Se requiere articulación? https://t.co/EuzrMeV3eT pic.twitter.com/Z652sJaR8a
— UNICEF ARGENTINA (@UNICEFargentina) 31 de mayo de 2019
«Hace tiempo que los números avisan este aumento. Sin embargo, no tienen lugar suficiente en la agenda ni la respuesta que tiene que tener», afirmó Fernando Zingman, especialista en salud de Unicef, en la presentación del documento el pasado jueves. «Hablás con una directora de escuela y te cuenta que tuvieron casos de tentativas de suicidio y no supieron qué hacer. En las guardias de los hospitales muchas veces el diagnóstico es sutura para un corte o lavado gástrico, sin indagar mucho más», detalló. Los autores del estudio entrevistaron a expertos, a funcionarios nacionales y provinciales, a adolescentes que intentaron auto provocarse la muerte y a allegados de jóvenes que lo hicieron.Se trata de un estudio inicial, con resultados no extrapolables pero que sí aportan algunas pistas. Un bajo nivel educativo, el único indicador de nivel socioeconómico disponible en los datos oficiales, triplica el riesgo entre los varones y casi lo duplica entre las mujeres. Para Zingman, es un motivo más para incentivar «la retención de chicos y chicas en un sistema educativo que sea provechoso y creativo». También hay diferencias por género: los varones tienen tres veces más posibilidades de morir por suicidio que las mujeres. Como hipótesis para este desequilibrio, especialistas en la temática señalan que los hombres suelen tener más dificultades en admitir que tienen un problema y pedir ayuda.Entre los factores desencadenantes, Unicef destaca la pérdida de una persona de referencia para el adolescente, ya sea la muerte de un familiar o una ruptura amorosa, por ejemplo; el desfase entre expectativas y logros de tipo educativo, laboral o familiar; y el blanqueamiento y sanción social de situaciones de violencia. Sin embargo, a menudo para entender las causas hace falta ir más atrás y analizar factores a largo y medio plazo que marcaron al adolescente, como abusos sexuales, falta de contención familiar, patologías mentales mal atendidas, consumo problemático de drogas y acoso escolar, entre otras variables. La presencia de adultos o instituciones que desempeñen un papel protector es clave para que el suicidio no llegue a concretarse.Según Zingman, entre un 10% y 30% de los casos de suicidios consumados de todas las edades tenían una patología mental grave mal tratada o mal acompañada. «Si solo tuviéramos una red de contención adecuada para la patología mental grave este número de suicidios disminuiría», subraya el médico.Entre las otras recomendaciones presentes en el estudio está también la necesidad de tener datos confiables respecto a suicidios y tentativas —que en la actualidad están subregistrados—, desarrollar protocolos específicos de atención para el sistema de salud, centros educativos y fuerzas de seguridad e incentivar la formación de líderes adolescentes en la temática para fortalecer el trabajo entre pares.
Fuente: elpais.com
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