#CoronaVirusBoliviaSerá el tratamiento peor que la enfermedad?
Estamos por el camino correcto? hay dos lados en este problema, por un lado no tenemos un sistema de salud preparado para atender un brote descontrolado, y por el otro, tenemos una economía endeble que paralizarla por tiempo prolongado, traerá graves consecuencias.
Hay países como Corea del Sur, Hong Kong, Suecia, entre otros que han decidido que lo mejor es no parar la economía, apostando por desplegar un gran dispositivo de políticas preventivas, a la vez que han preparado su sistema de salud para dar batalla. Otros que por no haber actuado a tiempo, los casos de España e Italia, han tenido que aplicar el enfoque de un prolongado aislamiento total. También hay otros países que han aplicado cuarentenas parciales y de menor duración. En el caso de Bolivia, se ha seguido la política de aislamiento total, no por no haber actuado a tiempo, sino porque tenemos restricciones en nuestro débil sistema de salud, el mismo que no podría hacer frente ni siquiera un brote moderado del virus.
La pregunta es, hemos tomado la mejor decisión? Parar más de 3 semanas es una buena decisión? Cuál será el impacto en los dos lados de la ecuación? Que tanto contendremos el virus, o seguiremos en un pico alto del virus después de 3 semanas de aislamiento, y a esta desgracia le tendremos que sumar las graves consecuencias sociales por paralizar la economía un largo periodo?
Es más fácil y popular tomar la opción de una largo aislamiento, bajo el slogan de que la vida es más importante que la economía, y es que en realidad el concepto vida y economía son conceptos que van juntos, no separados. Bolivia, siendo uno de los países más pobres del mundo, con una economía donde tan solo el 20% tiene un trabajo formal, es un país en el que se mueren en la actualidad, 24 niños por cada 1000 que nacen vivos, semejante mortalidad es solamente más alta en Haití y República Dominicana en América Latina. Dentro del mismo país, debido a sus desigualdades económicas entre departamentos, tenemos tasas de mortalidad de 25 niños por cada 1,000 nacidos vivos en Santa cruz, comparado con una mortalidad de 57 cada 1, 000 en Potosí, más del doble y muy cercana a la de Haití.
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Bien, como podemos ver, los conceptos de economía y vida, no se pueden separar, y menos en Bolivia por su débil condición. Por tanto, encuentro prudente sugerir, que durante este periodo de cuarentena debemos educarnos, concientizarnos y equipar nuestro sistema de salud a toda velocidad, para no extender la agonía más allá del plazo anunciado, y seguir dando batalla al virus, dentro de una normalización de actividades, la cual será demanda a gritos en poco tiempo, no por falta de conciencia, sino más bien por necesidad extrema. Por supuesto que después de la cuarentena, la normalización deberá darse con los cuidados pertinentes y el aislamiento social de los grupos de mayor riesgo.
Esperemos que no nos gane el pánico, y que el remedio aplicado no cree un problema más grande que el problema original.
Freddy Terrazas Sedlak