Roger Cortez Hurtado
La provisional salida a la minicrisis de gabinete está mostrando tal encierro espiritual de los gobernantes, que les impide entender lo que pasa.
No han comprendido que la única manera de cerrar la escalada de protestas tejida alrededor de la VIII marcha indígena es garantizar que la carretera se construirá por fuera del TIPNIS y cumpliendo todas las leyes vigentes; lo que debía ser el prólogo a reubicar las invasiones a parques y cumplir la promesa de desarrollo sin destrucción metódica.
El “referendo en dos Departamentos”, la “suspensión temporal de obras”, el “debate nacional” u otras fórmulas improvisadas son tan extemporáneas, como legal y políticamente inviables. La aceptación de un re diseño de la carretera es la respuesta indispensable, siempre y cuando no se demore demasiado, porque el impulso de la protesta está desbordando cualquier límite previsible.
Las disculpas también son tardía se inverosímiles, al haberse expresado con ira y con la reivindicación de las personas legalmente responsables de los hechos. La combinación de acusaciones a terceros, el tono irritado y la continuación del juego a las escondidas no convence, excepto a los “leales”, esos que están hundiendo al diosecillo que inventaron.
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Pero lo fundamental es que la supuesta autocrítica es tan forzada que no toca el tema principal: la Policía sencillamente no tenía que intervenir, porque para prevenir la violencia había que disuadir a quienes bloqueaban el tránsito de los marchistas, no re localizar los que marchaban.
La violación a derechos está en el bloqueo, no en los que piden o reclaman. El Gobierno no necesitaba de un solo agente para levantar esa obstrucción por parte grupos que le son totalmente afines y, por lo pronto, obedientes.
Una maraña de ocultos, pero musculosos, intereses clasistas, convenios clandestinos y orgullos heridos está nublando la visión oficial. El repliegue que ha hecho no satisface a nadie; ha avivado la pugna dentro de sus propias filas, está desbarrancando las elecciones judiciales y puede desbarrancar muchas cosas más si mantiene su posición.
Bolpress