La fe de la gente supera la indiferencia del Gobierno. Miles de devotos en el Viernes Santo, sin uniformados, pero con mucho fervor. La religión en la post CPE.
ESCULTURAS • Los estudiantes alteños de la escuela edil de arte trabajan en el Vía Crucis en los arenales de Oruro. Fue ayer.
La Razón
La representación del Vía Crucis y la procesión del Santo Sepulcro fueron los actos centrales en distintos puntos del país. En Cochabamba y La Paz, la Policía participó y recibió aplausos.
No es fácil reunir a fieles católicos para que representen a los romanos que flagelaron a Jesús. Pero en la parroquia de San José Obrero, en la zona oeste de La Paz, hay niños y jóvenes que se preparan para la primera comunión y la confirmación, y que aceptaron la misión cumplida ayer.
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Antonio de Jesús, un hombre de 30 años, hijo único de Carmen, ferviente católica, encarnó a Jesús con gran convicción. “Él admira a Jesucristo; quiso representarse para cumplir una promesa”, dijo su mamá, que le siguió de lejos en su lento ascenso hacia el calvario del Barrio Obrero, con lágrimas en los ojos.
Unas 50 personas siguieron este Vía Crucis encabezado por el padre Sandro Arana. A su paso, la gente miraba curiosa, a veces divertida. Pero también algunas personas derramaban lágrimas.
Casi al mismo tiempo, las hermandades se aprestaban a recorrer desde la iglesia de La Merced hasta la avenida Montes, pasando por la plaza Murillo, en la procesión del Señor del Santo Sepulcro. A las 17.00, los policías montados en motos y con uniformes de gala abrieron el paso. La gente apostada a lo largo del recorrido, y detrás de un cordón de otros policías, los aplaudió.
Niños, jóvenes y adultos hicieron su paso, algunos con casulla y capucha, con colores distintivos de las cofradías. En principio, los seguidores se limitaron a mirar. Poco a poco, algunos se unieron a los cantos y oraciones; por unos segundos se armó cierto revuelo cuando alguien creyó ver que la imagen del Cristo de las Caídas lloraba. Hubo más rezos.
Unas pocas autoridades del Gobierno se mimetizaron entre la gente en procesión, como otros políticos, entre los cuales aparecieron Víctor Hugo Cárdenas y Jorge Tuto Quiroga.
En El Alto, las campanas de la parroquia de Villa Adela repicaron desde las cuatro de la madrugada. La procesión recorrió las urbanizaciones de la zona Sur y a esa hora se hizo el Vía Crucis. “Hubo mucha gente, los alteños son muy cariñosos, además de devotos y siguieron toda la procesión, que terminó a las 7.00; luego, a las 10.00, los estudiantes de secundaria hicieron una recreación de la crucifixión”, dijo el párroco Sebastián Obermaier.
Por la tarde, en Villa Bolívar D hubo otra procesión por la avenida 6 de Marzo, hasta la parroquia Corazón de Jesús en Villa Dolores. El recorrido que empezó con unas 50 personas finalizó con una columna de cuatro líneas de fieles, que cubrió más de una cuadra.
En otro lugar del país, en Cochabamba, decenas de personas acompañaron las actividades de Viernes Santo que comenzaron también en la madrugada.
A las 5.00, niños, jóvenes y adultos se dirigieron hacia el Cristo de la Concordia en medio de la persistente llovizna y frío. El arzobispo Tito Solari encabezó el recorrido de varios kilómetros; pidió unidad y dijo estar “agradecido y muy contento por la participación de tantas personas que han estado rezando por las familias, especialmente por los más necesitados”.
Por la tarde, la gente recibió con aplausos a los efectivos de la institución policial y miembros del grupo SAR-Bolivia, quienes hicieron el respectivo cordón de seguridad para la procesión del Señor del Santo Sepulcro. La presidenta del Concejo Municipal estuvo presente junto a subalcaldes, directores y jefes de área del municipio.
En Santa Cruz, la procesión fue encabezaba por el cardenal Julio Terrazas. A las 18.00 partió de la Catedral y la gente no se limitó a mirar, sino que se unió al grupo que recorrió calles del centro. La Guardia municipal hizo la custodia del Santo Sepulcro.
La fe de la gente supera la indiferencia del Gobierno
Santa Cruz. El cardenal Julio Terrazas destacó la respuesta de los fieles a los actos de Semana Santa y advirtió que la fe no depende de la banda militar ni otras cosas superficiales. El Presidente y autoridades oficiales no participaron de las ceremonias.
Ref. Fotografia: DEVOCIÓN Y LIBERTAD • Miles de católicos acompañaron el Santo Sepulcro custodiado por gendarmes municipales, ante la ausencia de militares. Las iglesias también se llenaron.
El Nuevo Día
“Los católicos de hoy hemos respondido con un espíritu lleno de libertad al llamado del Señor, hemos estado con Él para ver lo que hizo en la última cena por nosotros, por su iglesia, por el mundo, para ver lo que ha realizado con su muerte y resurrección…”, así finalizaba su homilía en la celebración de ayer por la pasión de Cristo, el cardenal Julio Terrazas, ante la masiva presencia de los feligreses católicos en el atrio de la Catedral.
Antes de comenzar la procesión, el Cardenal reflexionó a la población sobre los últimos hechos. “Las distracciones han sido muchas, primero el precio del pescado, eso no es profundidad… después eso de que si nuestra procesión es con bandas o sin bandas y se ha armado otro asunto que no tiene nada que ver, acabamos de escuchar la pasión del Señor y no hay nada de esas cosas superficiales”, dijo refiriéndose al hecho que el Gobierno prohibió la participación de la policía en los actos religiosos como el de escoltar del Santo Sepulcro.
Ante la falta de custodios, la Alcaldía cruceña dispuso que los guardias y la banda municipal acompañen la celebración y la procesión. Algunos policías estuvieron presentes, a pesar de la orden de no participar, pero organizando y dirigiendo el tráfico vehicular en el centro de la ciudad.
La población, las autoridades municipales y departamentales estuvieron en la plaza 24 de Septiembre escuchando las palabras del cardenal Terrazas, además de la representación de la pasión y muerte de Jesús para luego emprender el vía crucis que recorrió desde la calle Sucre, entrando por la Murillo para luego terminar nuevamente en la plaza principal ingresando por la calle Bolívar.
“El Viernes Santo nos lleva a recordar la cruz que fue un escándalo para unos y locura para los que no creían, esa cruz es la que nosotros tenemos como signo de nuestra identidad”, reflexionó el líder de la Iglesia Católica, siendo que ésta es la primera Semana Santa que se celebra en un Estado laico e independiente de la religión, según la nueva Constitución Política del Estado impulsada por el MAS.
En varias oportunidades, el Cardenal apeló a quienes “niegan a Dios” y los convocó a convertirse. “Perdónales porque no saben lo que hacen”, dijo repitiendo las palabras de Jesús y en alusión a ellos.
Al finalizar la celebración el líder espiritual dijo de forma contundente “no necesitamos que nos hagan marchar a la fuerza”.
Las autoridades de las instituciones oficiales brillaron por su ausencia en Santa Cruz y en La Paz, el presidente Evo Morales, el vicepresidente Alvaro García Linera y varios ministros tampoco asistieron a las ceremonias religiosas.
En los barrios cruceños se realizaron representaciones de la muerte del Señor, además de la procesión y el velorio del sepulcro que comenzó anoche a las 22.00 y finaliza mañana con la Resurrección.
ELLOS ACUDIERON A LA procesión
RAÚL RIVERO
Mecánico
“Todos los católicos tenemos temor porque nunca podemos defraudar la ley de Dios, así como el Gobierno intenta hacerlo. Lo que más me gustó del sermón es que nos dice que tenemos que defender la ley de Dios ante todas las cosas. Siempre defenderé mi fe y haré todo por Él”.
DAMARIS OLVEA
Periodista deportiva
“Si uno tiene la fe puesta en el Señor no tenemos por qué dudar de ella. Tengo temor que el Gobierno intente imponernos lo contrario a lo que somos, pero si tenemos una fe firme y mucha confianza en el Señor no tenemos que dudar así vengan tribulaciones y tempestades como dice en la Biblia”.
SALUSTIO CARRASCO
Feligres de la Catedral
“Para nosotros no es problema que nos quiten los escoltas porque lo que más nos importa es el pueblo. Los militares no quisieron acompañarnos pero no hay problema porque la Alcaldía nos está acompañando. Mi fe es muy fuerte y es la que manda y lucharé siempre y hasta el final por mi religión”.
LAs FRASES
“Jesucristo no vino a imponernos nada sino a que abramos nuestro corazón“
“Hasta el Cardenal ha corrido el riesgo de distraerse con tantas cosas la más grande, el precio del pescado“
“Había otras distracciones más que ustedes conocen bien pero que yo espero no le quite el fervor a todo el pueblo“
“Quisieron silen-ciarlo porque este Maestro hablaba de Dios, y Dios moles-taba a los que se creían sus dueños“
“Cada uno de nosotros tendría que decir que está cumpliendo todo lo que él manda, sin miedos, sin escaparnos o sin andar negándolo“
Miles de devotos conmemoraron el Viernes Santo, sin uniformados, pero con mucho fervor
Los feligreses asistieron a la procesión del Vía Crucis. El Cardenal dijo que ya no hay libertad para conmemorar las celebraciones cristianas
Jesús crucificado: las cofradías llevaron en andas las imágenes mientras el pueblo rezaba el rosario
LA PRENSA
“Participo en la procesión porque tengo fe en el Señor; mi hijo carga el ataúd”. (M. Sánchez)
En las puertas del templo de La Merced, dos vendedoras de palmas sentadas sobre el empedrado del atrio veían ingresar en la iglesia a cientos de fieles que se congregaron desde las 14.45 de ayer para celebrar la misa y posterior procesión de Viernes Santo, actos a los que por primera vez no asistió el Presidente ni tuvieron escolta militar.
Entre las calles Colón y Comercio aguardaban dos motociclistas de la Policía Boliviana y tres uniformados de la Patrulla de Auxilio al Ciudadano (PAC) —de los pocos uniformados que se vio—, todos esperando el momento para abrir paso a la procesión del Santo Sepulcro por las céntricas calles de la sede del Gobierno.
Al ingresar en el templo se percibía el fuerte olor a incienso emanado desde el altar mayor. En la nave izquierda, sentados ordenadamente, estaban los miembros de varias hermandades.
La cofradía de Los Caídos, ataviada de guindo y blanco, se hallaba al extremo del ingreso de La Merced, seguida por la del Paso del Calvario, de color beige. Inmediatamente estaba la Hermandad de la Virgen Dolorosa, de guindo oscuro, y finalmente la Orden de los Caballeros del Santo Sepulcro, cuyos miembros estaban vestidos de guindo claro y ubicados cerca del altar mayor.
Al extremo interior de la nave derecha del templo lucía entre telas blancas el Santísimo Sacramento, a cuyos costados destacaban nardos blancos y rosas pálidas iluminadas por algunas velas.
La liturgia fue presidida por monseñor Edmundo Abastoflor y acompañada por integrantes de la congregación María Auxiliadora, feligreses de la Hermandad San Judas Tadeo y gente de diversas clases sociales.
El mensaje de la homilía destacó el sacrificio de Jesús, el hijo de Dios que ofrendó su vida en el Gólgota por el perdón de los pecados humanos. “La debilidad nos lleva a ofender a Dios… Él nos ha devuelto a la nueva vida de los hijos de Dios… En esta situación de tensión y dificultades, que la Semana Santa ayude a abrir nuestros ojos y mente al Señor; a reconocer con fe que no hay otro más grande en la Tierra”, manifestó la autoridad eclesial.
A la misma hora, en Santa Cruz, el cardenal Julio Terrazas decía que en Bolivia ya no hay libertad para conmemorar las celebraciones cristianas. “Es tanto el bullicio, el odio del rencor, de la revancha…”, reclamó el purpurado.
Luego, en La Merced se hizo “la adoración de la Cruz”, un ritual donde la imagen de Jesucristo se presentó cubierta de un paño morado que luego fue quitado para la veneración. La comunidad quedó sobrecogida al ver cómo un anciano con labios musitantes y un campesino con ropa tradicional seguían las costumbres con humildad.
Al mismo tiempo, el párroco de la iglesia Jesús Obrero, Sandro Aranda, recordó a los fieles presentes en su reflexión el amor inmenso de Dios por la humanidad.
Terminada la misa de La Merced, llegaron el ex vicepresidente de la República Víctor Hugo Cárdenas y el ex presidente Jorge Quiroga Ramírez. Los fieles los recibieron con sonados aplausos.
Cárdenas dijo que la prohibición gubernamental a las Fuerzas Armadas de participar en los actos de Semana Santa “no fue prudente” y recordó que la patrona del Ejército es la Virgen del Carmen. Calificó de autoritarismo la inasistencia al acto de las primeras autoridades nacionales.
A propósito de ello, Tuto Quiroga también criticó al Gobierno y afirmó que el 99 por ciento de los hombres y mujeres del Ejército son fieles católicos.
Después, las ex autoridades se unieron a la procesión a la que también asistieron los ministros Nardi Suxo, Héctor Arce y Ramiro Tapia. Allí también se observó al diputado Guillermo Mendoza.
El desfile comenzó en puertas de La Merced, recorrió varias calles del centro paceño y volvió a la misma iglesia. La banda Real La Paz marcó el paso de los fieles.
En su recorrido, un grupo se detuvo en plaza Murillo y dirigiéndose al Palacio Quemado, donde el presidente Morales hace huelga de hambre, gritó: “¡Jesús, Jesús!”.
Tradiciones de cada región marcaron las celebraciones del Viernes Santo en Bolivia
En Oruro, la Alcaldía amenazó con multas de 250 bolivianos y 48 horas de arresto a quienes maten lagartijas, como parte de las tradiciones que son denominadas costumbres “santas” y que todavía sobreviven en dicha ciudad.
Óscar U., un poblador de esa urbe, dijo que mucha gente iba a los arenales y a los cerros a matar lagartijas, pues creían que ellas representaban a los judíos y que había que matarlos y luego crucificarlos.
En Santa Cruz, Janeth Rivera, una vecina, manifestó que ayer no dejó a sus hijos ducharse, pues cree que es como si se bañaran con la sangre de Cristo.
César Menacho no jugó fútbol como todos los viernes, porque, según sostuvo, patear la pelota es como pegarle a Dios. Éstas son muestras de costumbres ancestrales que aún perviven en varias regiones del país y que se practican en Semana Santa.
La dieta alimenticia también tuvo otras características. La preparación de 12 platos representando a los 12 apóstoles es una práctica de algunos hogares, como en el de los hermanos Omar y Fernando Ortuño, que residen en la zona Pampa de la Isla, en Santa Cruz, quienes este año, por la crisis económica, sólo prepararon cinco: ají de papalisa, picadito, segundo de lacayote, sopa de pan y arroz con leche. En el barrio La Colorada, la familia Claros también puso en la mesa seis variedades de alimentos.
En San Javier, la gente se volcó al templo para participar en las actividades. En Quijarro, Camiri, San José de Chiquitos, Montero y los valles igualmente hubo masiva afluencia de feligreses católicos.
En Tarija se celebró la Pascua florida de San Lorenzo, rito campesino que se realiza desde el año 1574. Desde las comunidades llegaron por la noche a San Lorenzo, esperando la resurrección de Jesús, en un ambiente místico-religioso en el que se practica el zapateo durante la Mañanita de Pascua.
En Sucre, los fieles llenaron la Catedral y siguieron la masiva procesión, que recordó la pasión y muerte de Jesucristo. Para los creyentes, la ausencia del Ejército y la Policía no restó brillo a los actos, pues la presencia de autoridades prefecturales, municipales y judiciales fue notoria.
En Cochabamba, miles de feligreses acompañaron al Santo Sepulcro en la procesión presidida por el arzobispo Tito Solari y algunas autoridades ediles. La Cruz fue llevada por los Caballeros del Santo Sepulcro que también se encargaron de trasladar en hombros y custodiar la sagrada urna en ausencia del Ejército y la Policía. También en la tarde hubo una representación de la pasión y muerte de Jesús por parte de jóvenes feligreses en la zona de Jaihuayco.
A la vez, en todo el país los huevos de Pascua de chocolate tuvieron su clientela. Consultando a quienes los compraban, éstos decían que lo hacían porque a sus niños les atraían, mas no le encontraban explicación religiosa. Pero su origen se remonta a las antiguas civilizaciones, como Persia y China, donde eran considerados símbolos de la vida.
Testimonios
“Creo que la prohibición de la participación del Ejército no atenta contra el acto, más bien está de acuerdo con la nueva Constitución Política del Estado. No se trata de imponer, se trata de respetar las creencias y la libertad de cada persona”.
María Esther Palma
feligresa
“Es el colmo que se haya prohibido la participación del Ejército y de la Policía Nacional, pero de todas maneras estamos viendo que no los necesitamos”, dijo el encuestado a tiempo de destacar la actitud devota de los asistentes.
Jaime Paredes Guzmán
feligrés
“Pienso que es magnífico que se haya prohibido su participación”, sostuvo el entrevistado y destacó que “no comulgan las armas con las cuales solían desfilar los militares con el sentimiento de amor y hermandad que debe reinar”.
Alberto Ocampo
feligrés
Detalles
Es la primera vez que los miembros de las FFAA no acompañan la procesión del Santo Sepulcro.
Rompiendo la tradición, las bandas del Ejército y la Policía no acudieron al acto religioso.
Los feligreses contrataron a la banda Real La Paz, la cual los siguió durante todo el recorrido.
Decenas de alumnos de los colegios Don Bosco y San Calixto igual estuvieron presentes.
Los fieles rememoraron el Vía Crucis también en la iglesia Jesús Obrero, con mucho fervor.
La religión en la post CPE
Comentario. FRANCESCO ZARATTI
La Razón
La aprobación de la nueva Constitución Política del Estado (CPE) ha marcado un giro en las relaciones entre Estado e Iglesia. Dos conceptos configuran la nueva realidad: la independencia del Estado de la religión y la libertad de religión y creencias, sin privilegios ni discriminaciones.
El texto constitucional representa un avance que pone a Bolivia al paso de los estados modernos, que son y deben ser laicos: libres de imposiciones de una confesión religiosa, pero también respetuosos de la opción religiosa de sus súbditos. Esta visión moderna de los derechos humanos, que se refleja en éste y otros temas de la nueva CPE, no se hace extensiva a otros ámbitos como la objeción de conciencia o el derecho a servir a la patria en tiempo de paz no necesariamente empuñando armas, aspecto que es una concesión a las FFAA y que relega una reivindicación universal de los movimientos progresistas. Lo menciono por su cierta similitud con el tema de la religión.
Volviendo a la independencia entre Estado e Iglesia, percibo que el Gobierno, en la aplicación de la CPE, da señales contradictorias; sigue más que la lógica y el sentido común, su innegable olfato político y electoralista.
Bolivia no es el primero ni el único Estado laico del mundo. Si observamos cómo manejan esas relaciones otros estados modernos de matriz cristiana, nos damos cuenta que se ha llegado, no sin dificultades o críticas de sectores radicales de ambos lados, a un modus vivendi de mutuo respeto que lleva por ejemplo al Estado a mantener algunos feriados religiosos, para facilitar a los fieles el ejercicio de su libertad de culto. En efecto, no tiene sentido proclamar la libertad de culto si no se permite el ejercicio de ese derecho. Pero uno podría preguntarse: “¿Cuáles feriados deberían ser reconocidos por el Estado y de cuál confesión religiosa?”. Acá debe prevalecer el sentido común en cuanto a los feriados religiosos (la experiencia de otros países en definir el número y la coordinación con la Iglesia en escoger cuáles son relevantes) y un criterio de ecuanimidad en cuanto a qué iglesias tienen derecho a tener feriados. En Bolivia la gran mayoría de la población (sin duda más del 70%) se “autodefine” católica, pero, al igual que se ha hecho en Chile, se podría asignar un día del año como feriado de las demás confesiones. Yo sugeriría el 1 de noviembre, relacionado con el día de los santos y difuntos, cuyo culto es común a todas las religiones.
Debemos aceptar que han quedado atrás los tiempos de la “religión de Estado” con todas las deformaciones que hacían más daño a la Iglesia que al Estado, aunque sigamos viendo manipulaciones del sentimiento religioso, como la compra de palmas el día lunes de Semana Santa, con cámaras de televisión y bendición incluidas, cuando las palmas son parte exclusiva de la liturgia del Domingo de Ramos y no un amuleto religioso o electoral.
Bien que el gabinete y las FFAA ya no participen obligada y oficialmente en actos litúrgicos, pero mal que se quiera quitar el servicio religioso a la tropa o eliminar tradiciones nacidas en, y cuidadas por, la Policía Nacional, en nombre de esa independencia. El Gobierno debería dejar que cada institución resuelva gradual y autónomamente casos como éste.
Independencia no significa tratarse con hostilidad o aplicar la ley del hielo. Hay tantos campos donde las iglesias y el Estado pueden y deben coordinar su labor en beneficio de la población, sobre todo aquella que es más olvidada por las instituciones públicas. Tampoco significa reemplazar en actos oficiales una religión mayoritaria y universal por liturgias de creencias ancestrales de algunas naciones originarias.