Cuatro sectores ya sienten los efectos de la crisis internacional

Las exportaciones, minería, gas y remesas son las cuatro áreas en las que se han advertido las primeras consecuencias del contexto externo afectado por la crisis financiera. La apuesta del Gobierno frente a la situación es la inversión productiva.

imageLA ACTIVIDAD ECONÓMICA • Un grupo de albañiles trabaja una construcción en la zona Sur de La Paz.

La Razón



Los sectores nacionales hidrocarburífero, exportador y minero, además de los migrantes bolivianos, ya sienten el embate de la crisis financiera internacional; según lo muestran las cifras registradas el año pasado y las preliminares de esta gestión.

Expertos y sectores consultados por este medio sostienen que la crisis comenzó a sentirse en Bolivia desde octubre del 2008, con la caída de los precios de los minerales y productos agropecuarios que exporta el país.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Y es que la cotización del zinc cayó del máximo histórico de $us 1,51 la libra fina el 2007 a $us 0,48 en octubre del año pasado. Si bien ahora el precio se ha recuperado, el efecto del descenso fue casi inmediato en los operadores mineros de toda escala.

El director de la Fundación Milenio, Napoleón Pacheco, recuerda que el 2008 en Potosí se cerraron operaciones mineras e ingenios, por efecto de la crisis.

Grandes empresas como la estadounidense Apex Silver se vieron en problemas por la caída de precios. Así, esa compañía tuvo que vender sus acciones en la Minera San Cristóbal (MSC) a su socia nipona Sumitomo. Hasta febrero, el proyecto minero, considerado el motor de la economía nacional, registraba pérdidas mensuales de $us 10 millones.

El economista Gonzalo Chávez indica que el impacto de la crisis viene al país por el sector comercial. Recuerda que en el segundo semestre del 2008, salvo el oro, todos los minerales cayeron en 20 y 40%, hecho que ya afecta a los ingresos de los departamentos de Oruro y Potosí.

Así, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), las exportaciones a febrero alcanzaron $us 703,53 millones, cuando el 2007 en ese mismo período llegaron a 1.014,72 millones. Entre ambas cifras hay una diferencia de 311,19 millones de dólares, es decir que hubo una caída del 30%.

El presidente de la Cámara de Exportadores de La Paz (Camex), Guillermo Pou Mont, calcula que las ventas al exterior experimentarán un descenso del 24 por ciento en el primer trimestre del año. Añade que se estima que en toda la gestión, la declinación será del 40 por ciento en valor de exportación, y 25 por ciento en volúmenes. Pou Mont atribuye esta situación a la crisis, la pérdida de mercados y la falta de apertura de zonas mercantiles.

Añade que la coyuntura internacional no sólo afecta al sector exportador textilero, sino también al de otras manufacturas, como las de madera, debido a que la demanda de estos productos con valor agregado también se contrajo.

“Tenemos referencias de que ya desde el año pasado, el sector de madera que se vincula a la industria de puertas y ventanas, pisos y todo lo que está referido a la construcción, también ha sufrido una contracción en el mercado, producto de la crisis inmobiliaria en EEUU, que ha restringido el volumen de edificaciones”, dice.

Mientras, un análisis del Centro Boliviano de Economía (Cebec) de la Cámara de Industria y Comercio de Santa Cruz (Cainco) identificó al sorgo, maíz y algodón como los productos agrícolas más afectados por la crisis financiera mundial.

Según el Cebec, en Santa Cruz, la superficie sembrada de maíz se contrajo en 20%, la de sorgo en 15% y la de algodón en 19%. En promedio, la caída de precios fue de 20%.

Si bien aumentó la superficie sembrada de soya en 25%, el precio del grano cayó en 17%.

“En el sector manufacturero prácticamente hemos tenido una caída en lo que es soya, aunque no es de gran magnitud”, sostiene Jorge Vidal, director general de la estatal Promueve Bolivia.

En cuanto a hidrocarburos, a principios de año bajaron los volúmenes de gas que se envían a Brasil y ahora se ajustará el valor del energético hacia abajo, por la caída del precio del petróleo.

Hace dos semanas, el ministro de Hidrocarburos, Óscar Coca, anunció que desde abril los ingresos por la venta del gas caerán en 40% sólo por cuestiones de precios, sin tomar en cuenta la reducción de la demanda.

Y es que el consumo de Brasil bajó de 30 a 24 millones de metros cúbicos diarios (MMmcd). Según la Fundación Milenio, el precio bajará de los $us 6,22 el millón de BTU que se cobraba el 2008 a $us 3,15 este año.

Finalmente, las cifras de desempleo en el Primer Mundo hacen prever que los envíos de dinero de los bolivianos que viven en el exterior se reducirán.

El mes pasado, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) vaticinó que este año caerán las remesas en Latinoamérica, de acuerdo con las mediciones que se hicieron en algunos países de la región, donde en enero ya se observó una reducción del 13%.

De enero a diciembre del 2008, las remesas llegaron a $us 1.097,2 millones. Según Milenio, las remesas en el país bajarán entre 3,6 y 4,7% con respecto al Producto Interno Bruto (PIB) nacional.

Repercusión es inmediata

Los efectos de las crisis internacionales podían demorar en llegar al país en anteriores oportunidades, sin embargo ahora la repercusión es casi inmediata, según indica el ex presidente del Banco Central de Bolivia (BCB) Armando Méndez.

Explica que antes, el impacto demoraba en sentirse por aspectos como una menor relación económica externa, “por el esfuerzo de los países vecinos, por engaño político o por ser una economía pequeña”. “Ahora el mundo está cada vez más integrado y Bolivia depende de sus exportaciones y también de las importaciones, razón por la que los efectos los siente rápidamente. Aunque la crisis es como una enfermedad, el contagio puede tardar algo más que en otros países, pero al final llega”. Agrega que el país es más fácil que se contagie de la crisis productiva que de la financiera.

La apuesta gubernamental es la inversión productiva

El Gobierno está consciente de que la crisis golpeará a la economía del país y, si bien aún no sabe en qué grado ocurrirá aquello, apostará por la inversión productiva para hacer frente a la difícil coyuntura, con el objetivo de dinamizar la producción y generar más empleos, explica el ministro de Planificación del Desarrollo, Noel Aguirre.

“Decir que no nos va a afectar la crisis sería negar una realidad, pero en qué dimensión lo hará, es un tema que hay que discutir”, señala la autoridad.

Indica que las reservas internacionales que tiene el país son un blindaje para hacer frente a los problemas financieros. Sin embargo, aclara que la reducción de ingresos por la caída de los precios de los minerales, hidrocarburos y materias primas amerita otras medidas, en las que el Gobierno trabaja desde el año pasado y que serán aplicadas una vez que se midan los efectos.

En ese marco, Aguirre pone énfasis en la inversión pública, que este año rondará los 1.800 millones de dólares, de acuerdo con el Presupuesto General de la Nación (PGN) 2009.

Agrega que, sin tocar la distribución asignada a cada sector, se debe focalizar los recursos en los aspectos más productivos. Aguirre cita como ejemplos a la

inversión en infraestructura (carreteras), viviendas y productos alimenticios, que demandan bastante mano de obra y utilizan productos nacionales.

“Nosotros no estamos tranquilos. Todo el gabinete económico está en permanente discusión y lo que estamos haciendo es preparar medidas que puedan atenuar este tipo de efectos, Aunque no tenemos que concentrarnos sólo en inversión, podemos empezar por ahí”, dice.

La máxima autoridad de Planificación insiste en que la inversión pública, como primera medida, debe tener cada vez más vínculos con la parte productiva y la generación de empleos, son dos áreas en las que el Órgano Ejecutivo prevé que podría haber dificultades en el futuro.

Aguirre señala que una segunda medida complementaria en la que se trabajará intensamente será la construcción de viviendas, pues —asegura— esta actividad tiene un carácter múltiple, porque genera mano de obra y puede movilizar a varios sectores, como el de los materiales de construcción, y generar bastantes fuentes de trabajo.

Además, Noel Aguirre indica que, en la parte productiva, se pondrá énfasis en la producción de alimentos, ya que en el mundo la crisis no sólo es financiera, sino también alimentaria.

“Entonces nosotros estamos previendo desde la producción, el aprovisionamiento de alimentos y varias medidas que serán de corto plazo y ayudarán a la población a movilizarse”, sostiene.

La autoridad informa que también se calcula que habrá bajas en los niveles de ingresos y de empleo en algunas poblaciones, por lo que se está pensando en sistemas de compensación. Adicionalmente, anuncia que se inyectará dinero a la economía a través de los bonos, como el beneficio para madres y niños.

Aguirre indica que si la caída de precios afecta a los ingresos y las inversiones previstas, se apelará a las entidades de cooperación y también se utilizarán recursos de anteriores gestiones que aún no fueron ejecutados, con el fin de mantener esos niveles de inversión productiva.

Los retos a mediano plazo

El ministro de Planificación del Desarrollo, Noel Aguirre, quiere aprovechar las medidas anticrisis para, además, sentar las bases del desarrollo futuro.

“Lo que tenemos que tener claro es que estamos ante una crisis absolutamente peculiar. No hay economista que pueda decir hasta tal período vamos a tener esta crisis, sólo que fuera mago”. La autoridad recuerda que “el sistema que debería darnos estabilidad, que es el financiero—se supone que uno pone su dinero al banco porque tiene más estabilidad—, fue el que precisamente empezó a moverse y a mostrar inestabilidad en EEUU y Europa, dando inseguridad a los países no desarrollados, por eso estamos afectados”.

Añade que no sólo hay que mirar la emergencia, sino que hay que ver el futuro a cinco y 10 años. “Hay que dar fuerza al tema productivo. Eso nos permite salvar el momento y sentar las bases de lo que va a ser el nuevo patrón de desarrollo del país, que no tiene que ser la exportación de materia prima”.
Puntos de Vista

“La crisis golpea a las exportaciones”, Guillermo Pou mont. Presidente de la Camex

“La crisis internacional es el segundo factor que está golpeando duro a las exportaciones. Hay un problema generalizado de contracción del ingreso en los países de destino de nuestras ofertas. La reducción de ingresos afecta a la demanda o la redirige hacia productos de primera necesidad, que no es lo que exporta Bolivia, precisamente.

A partir de ahí se empieza a sufrir un recorte en la demanda, producto de la crisis internacional. Esto también se va a reflejar en los volúmenes de producción nacional y, por ende, en la salud financiera de las unidades productivas.

Cuando vemos el tema macroeconómico, notamos que los flujos financieros han generado una bonanza, un exceso de liquidez el año pasado. Ahora con la crisis esto se está cortando, y ese exceso de liquidez que generaba y permitía que se venda más, se acabará.

Esta situación se reflejará también en la crisis del mercado interno, con lo que se agrava esta crisis de los mercados externos.

Entonces va a ser duro y hay que tomar rápidamente medidas para poder paliar el daño y poder minimizar el impacto en las unidades productivas”.

“Recibimos los primeros coletazos”, Gonzalo Chávez. Analista económico

“La economía boliviana ha sido afectada por la crisis. Las expectativas de las personas están cambiando y ya estamos recibiendo los primeros coletazos de la crisis, que se va a ir profundizando a medida que pase el año 2009 y, mas aún, el 2010.

De hecho, la previsión de crecimiento de la economía para América Latina era de dos por ciento y ahora ya hablan de menos del 0,3 por ciento. Habrá decrecimiento y la proyección de la CEPAL coloca a Bolivia en un crecimiento de apenas dos o tres por ciento. Ahora el Gobierno va a gastar mas plata para contrarrestar, para hacer política contracíclica, pero tiene recursos para un año o un año y medio. Si la crisis persiste, probablemente la situación sea más compleja. Las proyecciones de crecimiento bajaron, porque hay una enorme incertidumbre en el mundo, nadie sabe qué está pasando. El FMI, que hacía sus proyecciones cada seis meses, ahora lo hace cada semana.

La proyección del FMI para la economía mundial es de -0,5%. Entonces hay un desánimo. No se sabe si funcionará el plan de Obama, dado que la crisis mundial cada vez se profundiza más”.

“El ingreso de los pobres se deprime”, Roberto Laserna. Presidente de la Fundación Milenio

“Como efecto de la crisis en el país, en algunos casos los trabajadores son reclutados con niveles de salario más bajos (a los esperados), y como no hay mucho empleo, la gente se ve obligada a aceptar salarios que se sitúan por debajo de su expectativa.

Otro tema es la disminución de los ingresos relativos, es decir, cuánto se puede comprar con los ingresos que tenemos. En el caso de Bolivia, el año pasado la inflación en alimentos fue del 30 por ciento, casi tres veces más que el promedio.

Ello impacta a quienes destinan la mayor parte de sus ingresos a los alimentos, es decir, a los sectores pobres.

La canasta básica considera que el 30% de ingresos va para alimentos, pero en los sectores populares llega a ser casi el 70%. Entonces ese aumento en los alimentos les deprime el ingreso y su capacidad de compra. Otro tema es la caída de la confianza del consumidor, un indicador muy claro que muestra que la gente, con la cercanía de la crisis, empezó a ahorrar en caja de ahorro y no en DPF, porque su percepción es que necesita tener liquidez inmediata”.

Crisis en la región se siente en remesas y exportaciones

CASO • Un análisis de la CEPAL señala que las consecuencias de la crisis serán el incremento de la pobreza y del desempleo en Latinoamérica.

Menos exportaciones y menos remesas. Así se siente principalmente la crisis económica mundial en la mayoría de los países latinoamericanos y caribeños, una región que por primera vez en seis años va a dejar de crecer.

Aunque el Producto Interno Bruto (PIB) de países como Panamá, Perú, Cuba, Bolivia, Chile y Ecuador crecerá o se mantendrá igual que en el 2008, la economía regional en su conjunto decrecerá este año en 0,3 por ciento y, por consiguiente, aumentarán la pobreza y el desempleo, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

El 2009 va a ser también el primer año en una década en el que disminuirán las remesas de dinero enviadas a sus países por parte de los migrantes, que son el principal sustento de millones de personas en la región, además de una fuente importantísima de divisas para muchas naciones.

Hay países latinoamericanos donde ese flujo de dinero supone más del 10 por ciento del PIB.

De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la tendencia se invirtió en el cuarto trimestre, pero el 2008 fue todavía un año de crecimiento para las remesas.

El Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin) del BID asegura que en el 2009 la cifra de crecimiento será negativa. El Salvador, una de las naciones que más depende de ese dinero que proviene sobre todo de Estados Unidos y Europa, vio cómo las remesas menguaron un 7,8 por ciento en febrero pasado, con relación al mismo mes del 2008.

Algo similar ocurrió en Bolivia, donde el valor de las remesas descendió en 5% en el último trimestre del año, después de tres años de constante aumento.

Mientras, un informe de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), organismo formado por 12 países latinoamericanos, muestra otra de las caras de la crisis en la región.

El comercio de los países miembros de la Aladi experimentó una fuerte caída en el segundo semestre del año pasado, después de haber logrado en julio unas exportaciones por el máximo histórico de 84.300 millones de dólares, señala un reporte del organismo. A partir de agosto cambió esa tendencia de la mano de la caída de los precios internacionales, y se registraron cinco descensos consecutivos mensuales en el valor exportado, lo que llevó a las ventas externas a un nivel de 51.200 millones de dólares al mes. Bogotá, EFE