Puede interpretarse el flamante reglamento del TSE como un síntoma de la debilidad electoral del MAS. Sucede que, de ser cierta la “predicción” del presidente Evo Morales sobre un 74% de votación para el oficialismo, este tipo de maniobras serían absolutamente innecesarias.
Pero lo que se pone de manifiesto, más bien, es la incertidumbre masista sobre su resultado parlamentario. Lo más obvio es que estén en juego sus 2/3 en el Congreso, mayoría calificada que le permite al partido de gobierno mantener una hegemonía antirrepublicana sobre las instituciones, eliminando todo tipo de balances y contrapesos.
El Movimiento Al Socialismo no quiere jugar dentro del marco de una democracia representativa y liberal, sino que busca otro modelo, falazmente bautizado por ese partido como “democracia comunitaria”, pero que sabemos neo-autoritario.
Otro síntoma es la disposición del TSE que pretende monopolizar los sondeos electorales, un intento bastante patético de prohibir la difusión de encuestas que dejan mal parado al partido oficial.
Seguramente veremos muchas más normas de este tipo en los próximos meses, elaboradas para favorecer a la camarilla gobernante…
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