El evismo ahora busca el control de la COB que respaldó a Evo, Añez y Arce

El gobierno de Evo Morales (2006-2019) tuvo el respaldo del llamado Pacto de Unidad y la COB y Luis Arce también logró el apoyo de ambos sectores, pero la pugna interna del MAS también fracturó a las organizaciones proclives al poder y ahora existen entidades paralelas, unas que apoyan al Gobierno y otras que respaldan al expresidente.

La COB, encabezada por Juan Carlos Huarachi, respaldó al gobierno de Evo Morales y ahora también al de Luis Arce. / Foto: Composición eju.tv

 

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Juan Carlos Véliz / La Paz



La Central Obrera Boliviana (COB) es la organización sindical más importante con una trayectoria histórica desde la etapa de las dictaduras militares; sin embargo, en la última década se ha convertido en una aliada estratégica de los gobiernos y recientemente el evismo anunció que pretende tomar el control de esta entidad liderada por el dirigente Juan Carlos Huarachi.

“La siguiente que vengamos no vamos a venir sólo a protestar, vamos a venir a sacar a patadas a todos esos dirigentes malandrines que ahora se han prorrogado en la Central Obrera Boliviana. Estamos advirtiendo cuando mañana vengamos vamos a tomar definitivamente la Central Obrera Boliviana y vamos a sacar a estos autoprorrogados de la COB”, amenazó ayer el dirigente leal al expresidente Evo Morales, Humberto Claros, después de un intento de toma física de las instalaciones en el centro de La Paz.

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La COB fue una de las organizaciones aliadas de Evo Morales (2006-2019) y junto al llamado Pacto de Unidad dieron su respaldo al Gobierno mediante declaraciones de respaldo y movilizaciones callejeras hasta que durante la crisis política de noviembre de 2019 dio un giro inesperado.

El secretario ejecutivo, Juan Carlos Huarachi, pidió la renuncia de Morales como una salida al conflicto social después de las elecciones generales de octubre de 2019 que fueron anuladas debido a irregularidades en el cómputo de votos. El entonces Presidente renunció a su cargo el 10 de noviembre de 2019 y posteriormente salió a México como asilado político después de perder también el respaldo del comandante de las Fuerzas Armadas de entonces, Williams Kalimán.

Después llegó Jeanine Añez al poder, aunque por un periodo de un año. Huarachi firmó varios convenios con la administración de entonces como el reconocimiento de la ampliación de su mandato por parte del ministerio de Trabajo de entonces.

En noviembre de 2020, Luis Arce se hizo de la silla presidencial y el MAS regresó a Palacio de Gobierno; también, lo hizo con sus aliados como la Central Obrera Boliviana encabezada por Huarachi, a quien ahora acusan de prorrogarse en el poder.

No obstante, las pugnas internas en el MAS entre evistas y arcistas mellaron la cohesión de las organizaciones sociales otrora leales al órgano Ejecutivo. Primero fueron las mujeres campesinas, después las mujeres interculturales, los campesinos, los interculturales y los indígenas de tierras altas y bajas.

El otrora llamado Pacto de Unidad se fracturó y actualmente existen organizaciones paralelas, unas respaldan a Evo Morales y otras a Luis Arce.

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La COB hasta ayer era un bastión del arcismo, pero el evismo intentó tomar sus instalaciones en el centro de La Paz por la fuerza con el argumento de que Huarachi debe convocar a un congreso para elegir a nuevos dirigentes.

“Este intento de golpe sindical tiene un fin político, es un asalto delincuencial porque ha venido gente encapuchada”, denunció el dirigente sindicalista. “Otra cosa es exigir a la COB que haga su congreso, que lo vamos a hacer y no tenemos miedo, y nada de interés pero que sea en el marco orgánico”, afirmó.

Huarachi exigió garantías para su integridad física y de los dirigentes que lo acompañan debido a amenazas de agresiones y denunció que Evo Morales quiere ahondar la división en las organizaciones sindicales y generar un “paralelismo”.