El MAS-IPSP afronta una división interna entre evistas y arcistas desde 2021. Esta pugna se ha agravado en las últimas horas a puertas de la llegada de la marcha dirigida por Evo Morales.
eju.tv / Video: RTP
Juan Carlos Véliz / La Paz
La ciudad de El Alto es escenario de una batalla campal entre evistas y arcistas, los dos bandos en los que derivó el MAS-IPSP. El partido que llevó a Evo Morales a la silla presidencial en 2005 y a Luis Arce en 2020 afronta una fractura interna desde 2021 y ahora se enfrascó en una refriega en las calles de la urbe que fue leal con el partido desde 2005.
“En este lugar se estaba desarrollando un cabildo convocado por el Pacto de Unidad en defensa de la democracia de manera pacífica, pero lamentablemente los grupos radicales afines al señor Evo Morales han intentado en distintas oportunidades que se suspenda, no han podido lograr su propósito; sin embargo, podemos apreciar el nivel de agresividad e intencionalidad que tienen”, denunció esta tarde el viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos.
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Las fracciones del MAS se enfrentaron esta tarde con petardos, piedras y dinamitas en la zona Ventilla sobre la avenida principal mientras se desarrollaba un cabildo organizado por movimientos sociales afines al presidente Luis Arce que se oponen al ingreso de una marcha dirigida por el expresidente Evo Morales que partió el martes desde Caracollo (Oruro) y mañana pretende ingresar hasta el centro de la ciudad de La Paz.
La alcaldesa de El Alto, Eva Copa, denunció en pasados días que el exmandatario tiene el objetivo de tomar el poder por la fuerza después de dejar luto y dolor en esa ciudad que en una asamblea determinó una concentración para rechazar el ingreso de la marcha evista.
Morales llegó junto a sus leales esta tarde hasta la tranca de Achica Arriba, a 50 kilómetros aproximadamente de la ciudad de El Alto, y anunció que la columna mañana llegará hasta la sede del Gobierno.
El expresidente responsabilizó al Gobierno de movilizar “grupos de choque” integrado fundamentalmente por funcionarios públicos con el objetivo de enfrentar a los marchistas.
“Cómo un partido nos está haciendo enfrentar entre alteños, que arreglen sus problemas entre ellos. Nosotros no tenemos nada que ver con este problema, que se sienten a dialogar Evo Morales y Luis Arce, y que no nos arrastren a la muerte”, protestó doña Florinda, una de las vecinas del Distrito 8 de El Alto afectada por los gases lacrimógenos disparados por la Policía que hace instantes dispersaba a los bandos enfrentados.
“La culpa es de Evo Morales, por su ambición de poder. ¡No volverá al gobierno!”, sentenció un minero identificado como parte de bando arcista. “Lucho Arce está masacrando al pueblo, nos han atacado sin motivo a esta zona, han traído gente del oriente para enfrentarnos”, denunció un vecino que admitió ser militante del evismo.
Hasta hace cuatro años, El Alto era uno de los principales bastiones de votación del MAS-IPSP. Su lealtad al Gobierno quedó sellada en numerosas movilizaciones de sus organizaciones sociales, pero la fractura del partido gobernante cobró una alta factura en la cohesión de sus instituciones.
En 2005, el 80% de la ciudad esencialmente aymara respaldó la candidatura de Evo Morales, quien obtuvo la victoria electoral nacional con 53%, según el cómputo oficial y mantuvo ese nivel de respaldo en los siguientes procesos electorales hasta que llegó la crisis política de 2019 que derivó en la renuncia de Morales y su salida a México.
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Las organizaciones alteñas se opusieron al gobierno transitorio de Jeanine Añez, tildaron su posesión como “golpe de Estado” y se enfrentaron a fuerzas militares en inmediaciones de la planta gasífera de Senkata con un saldo de 10 muertos.
“Los alteños decidimos no ofrendar ninguna vida más por la ambición de una persona” dijo en pasados días la alcaldesa Eva Copa en referencia a ese episodio que enlutó a las familias y enfrenta a un juicio a la expresidenta detenida en la cárcel de Miraflores en La Paz.
