Realmente, el vicepresidente Álvaro García Linera es, además de un sospechoso de tráfico de influencias y un confeso ex terrorista, también un notorio tejedor de ficciones ideológicas.
Su último artilugio discursivo fue presentado en el IV Congreso Internacional sobre Gas y Petróleo, donde afirmó con desparpajo que el ‘factor Evo’ consolida una “ingeniería productiva” en Bolivia.
Con esto se refería a una serie de supuestos “beneficios” que daría la gestión gubernamental evista para el crecimiento económico, como “estabilidad social y jurídica” (!), además de “planificación, normas regulatorias, régimen de gobernanza empresarial, que configuran un escenario económico muy propicio para el desarrollo de las empresas del Estado”.
Vamos por partes. Por un lado, la intencionalidad del vice con su halago al mandatario cocalero está directamente relacionada con la posibilidad de quedar fuera del binomio, a raíz de los escándalos de corrupción que lo rodean. Ante lo cual buscaría reforzar su posición apelando al ego más bien megalomaníaco de su acompañante de fórmula.
Veamos ahora el contenido de sus afirmaciones. Es evidente que el actual gobierno no ha logrado consolidar estabilidad social alguna, como lo demuestran diferentes estadísticas que colocan a la administración de Morales entre las de mayor conflictividad, junto a la del general Torres y la UDP.
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Lo de la estabilidad jurídica es casi una broma, con un régimen que ha volatilizado el Estado de Derecho y un presidente que se jacta de “meterle nomás” sin importar la legalidad. Lo cierto es que vivimos en el reino de la discrecionalidad.
Lo de la “planificación” propicia al “desarrollo de las empresas del Estado” cae por su propio peso; basta con ver los resultados deficitarios de la gran mayoría de las compañías públicas.
El ciclo de crecimiento de los últimos años tiene que ver con otras causas, como los altos precios internacionales de los hidrocarburos, junto a la exploración gasífera y los contratos de exportación concretados por gobiernos anteriores. Se cosecha lo que otros sembraron…