Se estima que hay entre 117 y 137 perfiles que se dedican a esos fines en Bolivia.
Los expertos en la materia consideran que las redes sociales pueden llegar a tener un alto nivel de incidencia en el electorado a la hora de emitir el voto.
Un reciente trabajo de investigación detectó que hay al menos un centenar de cuentas falsas que se dedican a difundir mensajes que apuntan a desinformar y polarizar en Bolivia. El dato, que cobra notoriedad en pleno año electoral, no es menor, puesto que los expertos en la materia consideran que las redes sociales pueden llegar a tener un alto nivel de incidencia en el electorado a la hora de emitir el voto.
De acuerdo con la investigación “El Tiktokazo”, realizada en el último año por la agencia de fact checking Bolivia Verifica, hay al menos entre 117 y 137 perfiles, en distintas redes sociales, que se dedican a la difusión de contenido político de las líneas “evista”, “arcista” y “antioficialista”. En entrevista con Visión 360, la editora en jefe de Bolivia Verifica, Patricia Cusicanqui, considera que existe una estrategia constante de “desprestigio” de las personas, pero que esta se acentúa durante un contexto electoral.
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“Hay una estrategia política para desprestigiar a las figuras públicas; suele pasar en general todo el tiempo, pero es un fenómeno que se acentúa cuando se aproxima un momento electoral. Es propio de un comportamiento de la desinformación, no hay que naturalizarlo y debe ser motivo de alerta en la ciudadanía”, expresa Cusicanqui.
Otro experto en la materia es Juan Cristóbal Soruco, cofundador de la verificadora Chequea Bolivia, e indica, en contacto con este medio, que la sociedad “tiende a creer en lo que está de acuerdo”. En ese contexto, subrayó que existen grupos que utilizan las redes sociales para provocar “desinformación y daño”.
“Aquí tenemos que basarnos en aquella teoría de la comunicación en la que uno tiende a creer en lo que está de acuerdo. Es decir, hay gente que cree donde está a su gusto el ataque y no cree cuando el atacado es la persona o la idea que uno cree. Es una teoría nuestra que hemos trabajado siempre. En todo caso, lo evidente es que yo creo que hemos tenido un descontrol en el uso perverso de las redes (…). Hay grupos que utilizan las redes precisamente para provocar desinformación, daño. En función a intereses políticos, económicos, culturales. Y hay que seguir combatiendo lo que se pueda”, sostuvo.
La incidencia de TikTok
TikTok, la aplicación creada por la empresa china ByteDance, se ha constituido en una de las redes sociales de mayor crecimiento en los últimos años, superando en muy corto tiempo a Facebook. El aplicativo impactó tanto en el último tiempo que incluso llegó a ser utilizado como un motor de búsqueda, más que como una red social.
Cusicanqui enfatiza en que esta aplicación posee un algoritmo que permite llegar a más personas, por lo que resulta ser una herramienta “muy bien utilizada por los desinformantes”. El contenido de dicha información tiene un impacto mayor primero en TikTok, después en otras redes como Facebook, WhatsApp y “X”, antes llamada Twitter.
“Desde que apareció Tik Tok y ustedes saben las características que tiene la enorme capacidad, su algoritmo de llegar a más gente, evidentemente ha sido identificado como una plataforma que puede ser muy bien utilizada por los desinformantes. En el último tiempo, la mayoría de los contenidos falsos y engañosos que hemos detectado han estado en TikTok. Luego viene Facebook, luego WhatsApp y luego, X. En ese orden más o menos es que detectamos nosotros contenidos falsos, engañosos. Y hay muchas cuentas que evidentemente se repiten y que van apareciendo con cierta regularidad”, argumentó.
Por solo poner un ejemplo, la editora en jefe de Bolivia Verifica puntualizó cuentas como “Bolivia Libre”, “Tío Evaristo”; “Bolivia tiene memoria”; “Guerreros Azules”, “Generación Evo”, “Imilla Malcriada”, “Guerreros Samurai”, entre otras, como las cuentas encargadas de difundir contenido e información falsa de línea “arcista”, “evista” y “antioficialista”, con respecto a políticos, empresarios y candidatos a la Presidencia.
TikTok fue la plataforma elegida para la socialización del material, mayormente consistente en videos y fotografías. “Son algunas de las cuentas que hemos detectado que son de las cuentas que con mayor frecuencia comparten contenidos desinformantes y ocasionalmente contenidos polarizantes”, sostiene y señala que surgieron al menos 23 nuevas cuentas en TikTok.
Su difusión
El periodo de difusión de desinformación suele ser relativo; puede ser por día, interdiaria, o cada tres días, o una vez por semana. Cusicanqui prevé que este fenómeno irá en incremento en los siguientes meses, previos a las elecciones presidenciales venideras.
“Puede aparecer una semana, desaparece otra, por ejemplo, o de pronto las cuentas también se van cerrando. O sea, es bien diverso. Es bien diversa la forma que tienen de moverse, pero lo que sí podemos asegurar con certeza es que en los próximos meses esto va a ir subiendo de volumen y que la cantidad de desinformación y de contenidos polarizantes también va a ir en aumento”, sostiene.
Desinformar y polarizar
Para Patricia Cusicanqui, en el mundo existe actualmente una tendencia a desinformar, “polarizar y dividir” las opiniones políticas, como si no hubiera puntos medios, a tal grado que no hay margen para el diálogo y el consenso.
“Hay una tendencia en el mundo de dividir las opiniones, las filiaciones ideológicas y políticas; como que se han perdido los grises, y la movida global en el mundo entero es ‘o eres de izquierda, o eres de derecha’, como si no hubiera grises, y además las visiones ideológicas no tendrían cierto grado de diálogo y consenso, en los mensajes están claramente destinados a dividir y polarizar”, indica Cusicanqui.
Soruco subraya la importancia de identificar y revertir la desinformación; sin embargo, agrega, esta tarea se torna complicada, debido a que la audiencia que recibe ya un contenido curado y verificado es menor de la audiencia a la que llega la desinformación desde el anonimato en distintas plataformas digitales.
“Lo que hacemos es identificar la desinformación y revertirla. Pero la audiencia que tiene una desinformación es un montón más que la audiencia que tiene una rectificación. Por tanto, mi teoría es que no se podrá hacer mucho mientras la ciudadanía no asuma conciencia de que no debe creer todo lo que hay en la red. Ahí está el anonimato: se tira la piedra, pero no se muestra la mano”, advierte Soruco.
Recomendaciones
Dudar de lo anónimo, revisar errores ortográficos en la estructura de un contenido dudoso y evitar la replicación de lo anónimo mediante las redes sociales son algunas de las recomendaciones propuestas por Soruco, para combatir la desinformación y la difusión innecesaria de estos contenidos.
“Lo primero que recomiendo es definir si hay un autor, si no, dudar de todo anónimo. Segundo, revisar la estructura de la nota, de la desinformación. Normalmente solo es escrita por personas que lo hacen a la rápida y hay muchos errores de redacción de contenido, que uno bien determinadamente puede darse cuenta. Y tercero, consultar Chequea Bolivia o Bolivia Verifica, que expresan rápidamente el servicio. Y nunca redistribuir una noticia en duda. No reproducir anónimos”, asegura.
RRSS pueden llegar a tener “altísima” incidencia en el voto
Se aproximan las elecciones generales y la incidencia de las redes sociales en estos comicios puede llegar a ser “altísima”, de acuerdo con Patricia Cusicanqui. La periodista y editora de Bolivia Verifica manifiesta que la votación es determinada en muchos casos por las emociones del votante, más que por la racionalidad.
“Yo creo que la incidencia que pueden tener, pueden llegar a tener, las redes sociales para las elecciones presidenciales es altísima. Precisamente eso que hablábamos, porque la gente vota en función más de sus emociones y de sus convicciones que de la racionalidad”, indica.
La periodista puntualizó un ejemplo visto en las elecciones judiciales. La difusión en redes sociales de una lista de los candidatos a magistrados “sin afinidad política”, 48 horas antes del proceso eleccionario, sirvió para que varias personas vayan a emitir un voto consciente, el 15 de diciembre.
En aquellas elecciones efectuadas a finales del año pasado, varias personas, adultos mayores en su mayoría, acudieron a los recintos de votación con listas en la mano, para saber por cuál candidato debían votar.
“Resulta en el 90 por ciento de los casos, las autoridades que han sido electas son las que estaban en esta lista. No puedo asegurar con certeza de que el mensaje masivo que ha circulado en las redes sociales sea la razón de su elección. Pero los analistas con los que estamos trabajando y el análisis de la tendencia que hemos hecho de la desinformación en Bolivia Verifica nos ha permitido establecer que sí ha habido algún tipo de influencia de las redes sociales en el voto ese día”, agrega.
Juan Cristóbal Soruco afirma que las redes pueden influir en los “afectos y desafectos” de la población en general al momento de votar.
“Mi esperanza es eso de que solo crean la duda y estén de acuerdo básicamente con él y no estén. Yo tengo la impresión de que las redes pueden influir en los afectos y los desafectos (por los candidatos que haya) (…). Sigo confiando en la intuición de saber qué es verdad y qué es mentira”, finalizó el periodista.
Puntos de vista
Patricia Cusicanqui: “Hay que dudar de todo lo que se nos dice”
Lo primero que hay que hacer es tomar conciencia de que vivimos en un mundo donde los sistemas y los medios de comunicación han cambiado mucho. Ya no se reduce esto al periódico, que prácticamente ha desaparecido, la radio y la televisión. El espectro comunicacional hoy está liderado, digamos, por lo digital.
No estamos hablando de aplicaciones de mensajería, estamos hablando de plataformas, de interacción humana, de interacción ciudadana, como son, por ejemplo, Facebook, TikTok, Instagram, entre otras.
Entonces, lo primero es que hay que tener una conciencia clara de que hoy estamos en un mundo donde recibimos un volumen de información enorme. Eso lo llamamos infodemia. Entonces, conscientes de eso tenemos que saber que no todos los contenidos que recibimos son necesariamente contenidos verificados, contenidos verdaderos, contenidos que tengan evidencia por detrás.
Y lo siguiente es obviamente llamar a la gente a dudar de todo lo que recibe. Pensar dos veces antes de republicarlo. Por ejemplo, pensar dos veces antes de dejar que ese contenido le afecte en su toma de decisiones.
Si un contenido, además, te genera algún tipo de emoción, no sé, miedo, preocupación, rabia, ira o incluso alegría por el mal del otro, entre comillas, hay que pensarlo dos veces y preguntarnos si esto realmente puede ser verdad. En periodismo, una máxima es dudar de todo lo que se nos dice.
Y creo que esa debería ser la máxima de toda la ciudadanía en general, en este momento. No dejarnos conocer por absolutamente todo lo que circula. Y un punto importante es que los grupos cerrados son muchísimo más peligrosos. Estos grupos, lo único que hacen es validar todavía más las creencias, ¿no es cierto?
Marcelo Durán: “Hay una industria de crear contenido falso”
Hay una tendencia, desde hace más de una década, en la que a partir de la creación de cuentas falsas, explotando una debilidad en las plataformas digitales, donde tú no necesariamente tienes que comprobar quién eres a través de una llamada o algún otro mecanismo.
Uno puede manejar desde una hasta miles de cuentas falsas para inclinar a la opinión pública sobre un tema en particular, en el entendido que las redes sociales se basan en un principio de popularidad. Mientras más se habla de un tema, el tema se vuelve tendencia y si se vuelve tendencia, la gente lo empieza a seguir.
Y si lo sigues, empiezan a hablar de él y así sucesivamente. Es un círculo, bola de nieve en muchos casos. Entonces, para decir que alguien es bueno o no, yo puedo crear 100 cuentas diciendo que sí es bueno, que hace un gran trabajo y que nos gusta.
Y en ese sentido, el trabajo que hacen las empresas de fact-checking, como Chequea Bolivia o Bolivia Verifica, es bueno hasta cierto punto, porque ellos científicamente documentan que ese tema es falso o es verdadero o no, pero en el imaginario el daño ya está hecho. La noticia ya ha sido lanzada. Entonces, el impacto que tiene una granja de “trolls”, el nombre que se le da en el ambiente es muy fuerte.
Entonces, yo diría que aunque el candidato no lo use, el candidato se va a enfrentar con trolls. Aunque el candidato no lo quiera, va a tener trolls comentando en sus publicaciones. Incluso las empresas de marketing digital le van a ofrecer comprar seguidores falsos para abultar sus números. Siendo así, no solamente son los que generan comentarios, sino es toda una industria de crear contenido falso.
Incluso hay una teoría que sugiere que hay una inteligencia artificial generando contenido para que otra responda.