Casi el 60% de estas hectáreas se encuentran en áreas destinadas al manejo forestal sostenible.
Video: RTP
eju.tv
Pobladores del Valle de Tucabaca, en la región chiquitana, denunciaron los graves impactos de la deforestación autorizada en la zona, que estaría provocando escasez de agua, incremento de las temperaturas y restricciones en el acceso a los ríos.
Según una investigación del Movimiento en Defensa del Valle de Tucabaca, al menos 36 mil hectáreas del bosque seco chiquitano fueron autorizadas para desmonte entre 2016 y 2024 por la Autoridad de Bosques y Tierras (ABT). Lo preocupante, según los datos, es que casi el 60% de estas hectáreas se encuentran en áreas destinadas al manejo forestal sostenible.
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«Quiero denunciar, los menonos lo que nos han deforestado y nos han prohibido el acceso a nuestros ríos», «esta deforestación está causando, además de la escasez de agua, temperaturas demasiado altas» señalan algunos de los pobladores.
Ante estas denuncias, la senadora Cecilia Requena, presidenta de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Senadores, calificó como un delito la falta de control sobre estos hechos y anunció que presentará una solicitud de informe a la ABT, al Ministerio de Medio Ambiente y a otras instituciones implicadas.
La situación ha encendido las alarmas en la Chiquitania, una región ya afectada en años anteriores por incendios forestales y pérdida de biodiversidad, mientras las comunidades exigen acciones urgentes para frenar el avance del desmonte.