En Bolivia se tiene 237 casos confirmados de sarampión, de los cuales el 56% corresponde a niños de 1 a 9 años. El Ministerio de Salud alertó que los niños sin vacuna tienen mayor riesgo de contraer la enfermedad en el retorno a clases.
Fuente: ABI
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El 84% de los contagios (198) están en Santa Cruz, distribuidos en 21 municipios. El resto se reporta en La Paz (13), Cochabamba (7), Potosí (6), Beni (4), Oruro (4), Chuquisaca (4) y Pando (1), mientras Tarija permanece libre y bajo estricta vigilancia epidemiológica.
Del total de positivos; 66 corresponden a menores de 5 años; 67, a niñas y niños de 5 a 9 años; y 99 a mayores a 10 años, de acuerdo con el reporte epidemiológico.
“Sin duda, esta situación debe preocuparnos, pues las consecuencias del sarampión no son menores. La enfermedad puede provocar desde ceguera y sordera hasta cuadros graves de neumonía que requieren hospitalización o cuidados intensivos. Además, puede desencadenar encefalitis, con secuelas neurológicas que afectan a largo plazo. Es fundamental que los padres asuman la responsabilidad de vacunar a sus hijos”, enfatizó el viceministro de Promoción y Vigilancia Epidemiológica, Max Enríquez.
Actualmente, las vacunas están disponibles en más de 3.600 establecimientos de salud y a través de las brigadas móviles que visitan unidades educativas, previa coordinación entre el sector salud, educación y los padres de familias.
“Por eso les pedimos a los padres que asuman la responsabilidad de llevar a sus hijos a vacunarse, para que puedan retornar a clases de manera más segura y tranquila, tanto para las familias como para sus compañeros”, insistió.
El sarampión es una de las enfermedades virales más contagiosas. Este virus se transmite de persona a persona, principalmente a través de gotitas de saliva expulsadas al toser, estornudar, o hablar.
También puede propagarse por contacto con secreciones nasales y de garganta de personas infectadas, o mediante superficies contaminadas como manijas de puertas, barandales y pupitres, donde el virus puede permanecer activo durante horas.
Ante esta situación, las medidas de bioseguridad también son fundamentales para prevenir contagios masivos. El lavado frecuente de manos, el uso correcto del barbijo y el distanciamiento físico son esenciales para evitar la propagación del sarampión, especialmente en espacios donde hay concentración de personas, como las aulas escolares.
nj/CC