En Santa Cruz, cinco personas fueron encontradas muertas, tres en una vivienda con signos de tortura y dos al lado de una avioneta calcinada. Además, se halló otra aeronave quemada. En el trópico de Cochabamba, una patrulla antidroga fue atacada y hubo una balacera.
Una de las avionetas hallada quemada en Santa Cruz. Foto: captura de video RR.SS.
Fuente: Brújula Digital / Bolivia
En apenas cuatro días, el país registró cuatro hechos violentos vinculados al narcotráfico en los departamentos de Santa Cruz y Cochabamba, que dejaron un saldo de cinco muertos, al menos cuatro heridos y aeronaves destruidas.
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Los cuatro hechos, ocurridos en un lapso de apenas cuatro días y en dos regiones estratégicas para las rutas del narcotráfico, reflejan la creciente violencia asociada a esta actividad ilícita. El hallazgo de avionetas calcinadas, ejecuciones con signos de tortura, emboscada a fuerzas antidrogas y ataques armados en zonas pobladas evidencian no solo la capacidad operativa de las organizaciones criminales, sino también el alto riesgo que enfrentan tanto las autoridades como la población civil en medio de esta escalada.
El 12 de agosto, en menos de 24 horas, fueron halladas dos avionetas calcinadas en Santa Cruz, presuntamente utilizadas por narcotraficantes. La primera aeronave fue encontrada por la mañana en la comunidad de San Rafael, a 200 kilómetros de San Ignacio de Velasco. Cerca del ala derecha yacían dos cuerpos carbonizados y en estado de putrefacción.
“El Ministerio Público conoció el hecho a través de un reporte realizado el 11 de agosto por personal de Homicidios de la FELCC de San Ignacio de Velasco, que indicaba el hallazgo de una pista clandestina y una avioneta blanca siniestrada”, informó el fiscal departamental de Santa Cruz, Alberto Zeballos. Añadió que el caso es investigado como asesinato.
La segunda nave fue localizada por la tarde, cerca de la colonia menonita Brecha 16. Según la Red Uno, habría procedido de Paraguay y fue incendiada por presuntos narcotraficantes luego de que no lograran hacerla despegar. En el lugar solo quedaron la cola y algunos fragmentos de la estructura.
Un día después, la madrugada del 13 de agosto, la FELCC de Santa Cruz encontró a tres hombres muertos dentro de una vivienda en el barrio Petrolero Norte, en la capital cruceña. Los cuerpos presentaban signos de tortura y heridas de arma de fuego. Las víctimas habían sido reportadas como desaparecidas días antes.
Ese mismo día, en Villa Tunari, Cochabamba, dos policías resultaron heridos durante un operativo antidrogas. A las 05:30, una patrulla de UMOPAR Chimoré había destruido varias fábricas móviles de pasta base de cocaína en el sindicato Nueva Tacopaya. Al retirarse por la avenida principal, fueron emboscados por un grupo de comunarios que los atacó con piedras y petardos, causando daños a los vehículos y lesiones a dos uniformados.
El sargento segundo Miguel Becerra Zeballos sufrió un traumatismo craneoencefálico leve y heridas en el rostro que requirieron sutura. El subteniente José Luis Cruz Vargas presentó una herida abierta en la parte posterior de la oreja derecha y un traumatismo craneoencefálico leve. Ambos fueron trasladados al Hospital San Juan de Dios de Chimoré. En redes sociales circula un video del ataque en el que se escuchan disparos y gritos.
Horas más tarde, una balacera en el municipio de Entre Ríos, también en el trópico de Cochabamba, dejó dos personas heridas. Según la Policía, las víctimas, de 26 y 31 años, estaban dentro de un vehículo que recibió varios impactos de bala. Uno de ellos fue alcanzado en el abdomen y la rodilla derecha, mientras que el otro resultó herido en el pecho y el antebrazo. Ambos fueron trasladados al hospital Manco Kápac.
Vecinos del lugar afirmaron haber escuchado una ráfaga de disparos, lo que generó pánico en la zona. Las autoridades investigan el hecho y no descartan que esté relacionado con actividades de narcotráfico.
Las autoridades aseguran que han intensificado los operativos en las zonas afectadas, pero persiste la preocupación por la expansión de las redes de narcotráfico y la posibilidad de que se repitan episodios de violencia similares en el corto plazo, a escasos días de las elecciones nacionales. (BD/RPU)