En el parque nacional Cotapata y el TIPNIS se tiene entre el 12% y el 39% de incremento de cultivos ilegales de coca
La superficie cultivada con hoja de coca llegó a cerca de 34.000 hectáreas en 2024 en Bolivia, lo que representa un incremento del 10% respecto a 2023, según el Informe de Monitoreo de Cultivos de Coca 2024, elaborado con acompañamiento técnico de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
Los datos novedosos del informe establece que las 22.000 hectáreas de coca de zonas autoridades (Yungas y el Chapare) tiene un potencial de producción de 143 toneladas métricas de cocaína, mientras las 29.636 toneladas de coca comercializada en mercado legales un potencial de producir 223 toneladas de cocaína.
En materia de erradicación y racionalización de cultivos, fueron eliminados en el mismo periodo 10.001 hectáreas de cultivos de coca ilegales, de los que la UNODC validó el 23% mediante acompañamiento en campo y análisis de la información generada por las instancias nacionales, según el reporte oficial.
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Los datos dan cuenta de una reducción del 12% de cultivos de coca en Áreas Protegidas, principalmente en el Parque Nacional Amboró con 55%, en tanto que en el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Madidi llegó al 16%), en el Parque Nacional Carrasco al 14% y en el Área Natural de Manejo Integrado Apolobamba al 4%.
“Sin embargo, el informe identifica incrementos de superficie cultivada en zonas específicas como el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Cotapata y el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), con aumentos que oscilan entre el 12% y el 39%, lo que subraya la necesidad de una intervención más focalizada”, refiere el organismo internacional.
El Informe de Monitoreo de Cultivos de Coca 2024 corresponde al gobierno del expresidente Luis Arce. Bolivia tiene cultivos legales de coca en la zona tradicional de los Yungas y en el Chapare.
Los dato de monitoria constituyen un insumo fundamental para proyectar la planificación de la erradicación, con un enfoque estratégico centrado en la protección del medio ambiente, el control de cultivos excedentarios y el respeto social a las áreas legalmente autorizadas para la producción de coca, fortaleciendo una política equilibrada y responsable.