Nabokov, las mariposas y García Márquez


Pedro ShimosepedroshimoseNos citamos en el mariposario del Biocentro Güembé, a siete kilómetros de Santa Cruz de las Sierra, de ida a Porongo. Llegué cinco minutos antes y allí estaba él. Me explica que iba a pronunciar dos conferencias en Bolivia. Una, titulada Chernóbil, Fukushima y el efecto de los rayos gamma sobre las mariposas, y otra que llamó El efecto mariposa en el proceso de cambio plurinacional, referidas a la construcción de dos plantas nucleares en La Paz.Las conferencias se suspendieron porque no hay que ‘hacer política’. De modo que solo hablamos de mariposas y literatura. El escritor y entomólogo Vladimir Nabokov –autor de la novela Lolita– tenía interés en cazar mariposas en Yungas y Chapare, pero desistió porque le informaron que mariposas colombianas y mexicanas han emigrado al Estado Plurinacional de los sindicatos cocaleros. Además de enseñar literatura europea en la Universidad de Cornell, Wisc., EEUU, Nabokov imparte lecciones de lepidopterología, ciencia en la que ha llegado a ser una autoridad mundial.“Algunos escritores latinoamericanos son anticapitalistas cuando opinan sobre política, pero sus decisiones no dejan de ser desconcertantes. Neruda y García Márquez, por ejemplo”, dice. “Mr. Márquez era partidario de Cuba, pero su archivo personal y el manuscrito de Cien años de soledad están en la Universidad de Texas, en Austin. ¿Usted lo entiende? ¿Por qué no fueron cedidos a la Universidad de La Habana o a la de México (donde vivió gran parte de su vida) o a la Universidad de Bogotá, al ser colombiano?”. Y añade: “No me va a creer, pero el manuscrito de Canto general, de Neruda, está en la Biblioteca Taylor, de Oxford. ¿Por qué no lo donó a Chile?”.De García Márquez solo ha leído Cien años de soledad, en inglés. “Mr. Márquez conocía mi novela Lolita. Existe un parecido entre su Remedios, la bella, y mi Lolita, incluido un delirio amoroso en forma de poema en prosa. En fin, Mr. Márquez tenía un gran sentido del humor y sentía una auténtica fascinación por las mariposas amarillas, esas que persiguen hasta la muerte a Mauricio Babilonia. Pero la imagen poética de las mariposas amarillas se encuentra ya en la novela Canaima, de Rómulo Gallegos, venezolano como Nicolás Maduro. ¿Hablamos de Maduro?”. “Mejor no, porque el presidente Maduro es ornitólogo; solo entiende de pajaritos chiquiticos”, le respondí, convencido de que no hay que “hacer política”. Y en eso, desperté. // Madrid, 09.01.2015.El Deber – Santa Cruz