Diferencias entre el discurso y la práctica: el presidente boliviano Evo Morales suele hablar de la “defensa de la Madre Tierra, la Pachamama”, pero en los hechos favorece grandes proyectos de infraestructura que no tienen en cuenta el impacto ambiental.Para esto su gobierno otorga de manera directa contratos multimillonarios a empresas internacionales, últimamente chinas, como es el caso de Sinohydro, firma “gemela” de Camc a la que su administración acaba de adjudicar nada menos que 1.000 millones de dólares en proyectos camineros.En el otro extremo tenemos el caso de la activista ambiental hondureña Berta Cáceres, recientemente asesinada tras oponerse a similares iniciativas en su país.De hecho, Cáceres fue premiada por organizaciones ecologistas internacionales luego de lograr la salida de Honduras de la mismísima Sinohydro, llevada a esa nación con el cometido de construir un gigantesco complejo hidroeléctrico que amenazaba con afectar el hábitat de pueblos indígenas de la zona.Su homicidio, rápidamente caratulado como “crimen común”, bien puede tener su origen en represalias de intereses afectados.¿Qué dirá Morales sobre las protestas (y cosas peores) desatadas en otras latitudes por sus empresas [email protected]