¿Podría Bolivia acabar como Venezuela en poco tiempo, con cortes diarios de electricidad? Aunque el gobierno se esfuerce en negar esa posibilidad, hay bases técnicas suficientes para creer que sí. La demanda en La Paz y Santa Cruz está a punto de sobrepasar la oferta, lo que obligará a adoptar planes de racionamiento energético en un corto plazo. ¿Tendremos entonces al presidente en cadena nacional, diciéndoles a los bolivianos que sólo tienen 3 minutos para darse una ducha?
Autonomía municipal
El gobierno ha vuelto costumbre la violación a las autonomías municipales. El mal ejemplo parece haber cundido y es posible que un fallo judicial consolide el día de mañana un nuevo atentado, obligando a la alcaldía cruceña a recontratar a la empresa SIO, a pesar de que la firma incumplió varias de sus obligaciones contractuales. De confirmarse esto, la justicia estaría usurpando funciones del municipio e imponiendo la ampliación de un contrato económicamente lesivo al Estado.
Chivo expiatorio
El secretario de cámara de la Corte Departamental Electoral de Santa Cruz, Marco Monasterio, parece haberse convertido en el chivo expiatorio perfecto para algunos grupos. Primero lo mandaron al frente en el caso Rozsa y ahora los vocales querellados por violar la Ley Electoral pretendieron hacerle creer que la demanda era contra él, para que saliera a declarar en los medios contra los querellantes.
El fin de la bonanza
La verdad detrás del conflicto salarial es que el gobierno perdió el margen de acción económica que tuvo en los años precedentes. Las exportaciones cayeron en 1.563 millones de dólares en el 2009 y las cuentas fiscales sintieron el cimbronazo. Lo cierto es que antes se vivió una bonanza con pies de barro, que no estuvo basada en un aumento de la productividad sino en un mero shock externo de los precios internacionales.
La nueva UTARC
En vez de promover el diálogo como vía para la solución pacífica de los conflictos, la administración de Evo Morales parece haber elegido el camino de la represión y el militarismo. Así lo sugiere la creación de un nuevo “escuadrón antiterrorista” que sucederá a la fenecida UTARC, tristemente célebre por las ejecuciones del Hotel Las Américas y por balear periodistas. También los planes de compra masiva de armas a Rusia, con fondos que de otra manera podrían utilizarse en mejorar salarios en el sector público. La pregunta que nos asalta es: ¿cómo se construye un Estado Policial con policías en huelga?
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