Los Lamborghini: «Las cosas no caen del cielo» 


Padre e hijo. Tonino y Ferruccio llegaron para presentar su inversión en el país con Faboce. Herederos de un emporio, no se dan por enterados de que vienen de cuna de oro

Padre e hijo. Tonino y Ferruccio, presidente y vicepresidente de Lamborghini, la  empresa fundada por el padre de Tonino

Padre e hijo. Tonino y Ferruccio, presidente y vicepresidente de Lamborghini, la
empresa fundada por el padre de Tonino

Silvana Vincenti



Son tan sencillos y accesibles al hablar que es difícil imaginarlos como cabezas del emporio Lamborghini, que se hiciera famoso por marcar hito con la industria automotriz y que después se fue diversificando a accesorios que promueven un estilo de vida sofisticado.

El heredero, Tonino Lamborghini, llegó de Italia junto a su hijo, Ferruccio, para lanzar la colección de porcelanato de lujo que lleva su nombre, y que será fabricada por Faboce. La empresa boliviana fue escogida para introducir al mercado sudamericano los productos de esta colección.

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El padre habló más. ¿Qué tal Bolivia?
Tengo una visión limitada, conocía muy poco y ha sido una gran sorpresa.

¿Qué lo sorprendió?
Encontré una ciudad muy moderna, a diferencia de lo que tenía en mente. Tenemos la misma matriz cultural, ambos somos latinos y la impresión ha sido de bastante afinidad. En el desarrollo de la ciudad he visto los primeros pasos de una modernización. Soy muy sensible a la construcción de edificios, vi ejemplos interesantes de buen gusto, más de lo que esperaba y, como Lamborghini, estoy en el tema de la hotelería y la construcción de los edificios.

¿Esa modernidad está lista para recibir un estilo de vida como el de Lamborghini?
Sí. El desarrollo es suficientemente maduro y he visto una inspiración, tanto de China como de los Emiratos Árabes y de Brasil, que tienen ejemplos interesantes de diseño, arquitectura moderna, y es positivo que se mire a otro lado.

Esta es su puerta de ingreso a Sudamérica. Para muchos Bolivia es un país del tercer mundo. ¿Cómo tuvo el valor de entrar por esta puerta?
No se trata tanto de valor o de coraje. Más que una cuestión de animarme, ha sido una fortuna porque, por un lado está la empresa en Italia, que produce su alta gama Lamborghini, y aquí ha sido el encuentro con la empresa Faboce, que permite mi presencia aquí.
Lamborghini propone un estilo de vida apegado a lo italiano. ¿Qué implica eso?
Es difícil explicarlo.

¿Hay que ir a Italia para entenderlo?
Sí, pero también se puede entender frecuentando a una persona italiana.

Desde Tonino, no desde alguien que visita Italia, ¿qué es ser italiano?Es alegría, creatividad, fantasía. En otro lugar hay todo eso, por ejemplo en Santo Domingo, Brasil y Cuba hay diversión, pero no hay la creatividad de Italia. Hay una cultura y una historia detrás que a veces uno ni sabe que la tiene, pero que da sentido al conjunto.

Y hay el sol italiano, que no es como el sol del Caribe, que calienta, pero no quema. Hay un espíritu de libertad que otros países no tienen. Ahora todo eso es grandioso, pero también tenemos muchos defectos .

¿Cuáles son esos defectos?
El mayor defecto es que este exceso de libertad hace que Italia sea un país poco gobernable.

¿Se puede ser libre viviendo en el lujo?
No se necesita dinero para gozar del lujo, no necesariamente lo que es lujo es caro, no hay que ser rico para gozar de él. El lujo es un hecho cultural, de prestigio.

Espero que estén de acuerdo conmigo en este concepto porque es vital para mí, estoy convencido e intento convencer a los demás de esto, porque la mayoría de las personas piensan que es solo abrir la billetera y no es así (le encantó la palabra billetera en castellano).

¿Quién es Tonino el empresario, el hombre, el padre, la pareja?Como empresario, uno que trabaja muchas horas al día y que cuando duerme piensa mucho en las cosas que puede hacer; como padre, me considero amoroso y atento, aunque mejor que yo podría decirlo mi hijo.

Eso sí, ser padre es una de las cosas más difíciles que hay porque cualquier cosa que hagas, ellos quieren hacer lo contrario; luego, un día cambian de idea y se dan cuenta de que posiblemente el padre tenga la razón. Así hice con mi papá, así mis hijos harán conmigo y el mundo siempre es así.

¿Por eso Ferruccio estaba en el mundo de las motos y ahora está acompañándolo en el mundo empresarial? ¿Dejó de ir en sentido contrario?
Yo lo apoyaba cuando corría, tenía todo mi apoyo. Sinceramente era muy orgulloso de él.

¿Por qué vino con su hijo?
Porque el futuro son ellos.
¿Qué se siente haber nacido en cuna de oro, ser heredero de un imperio?
Uno no se da cuenta porque nace en medio de eso, pero uno escucha hablar de Ferrari y Lamborghini y cree que en la casa de esas personas el oro cuelga de las paredes y que hay muchísima servidumbre. En mi casa llevamos una vida muy normal.

El hogar en que nací estaba dentro de la primera fábrica de tractores con mil dependientes. Yo jugaba con los obreros, me ensuciaba jugando y también en las vacaciones de verano trabajaba, claro que como el hijo del dueño, pero de todos modos tenía mi overol, me ensuciaba, comía con los obreros. Posiblemente tenía un auto mejor que el de los demás, pero en un ámbito bastante normal.

Es fácil heredar y difícil sostener. ¿Qué se hace para lograrlo?
Tiene razón. Sabiendo que las cosas no caen del cielo y cuidando porque en un año una empresa puede quebrar, se han visto muchos casos. Hay que estar con los pies en la tierra.

¿Cuál es la parte divertida en medio de tanto trabajo?
Es que uno tiene una misión y uno se da cuenta de que, más que diversión, hay gratificación, que es lo que motiva. Hay una misión y con ayuda de colaboradores y de toda la estructura, se va logrando.

¿Lamborghini hace trabajo filantrópico?
Como empresa no mucho, personalmente sí, pero hay empresas que lo hacen por razones tributarias y un poco por una imagen que no sé hasta qué punto sea real y no lo comparto. Si lo hago, lo hago personalmente, no como empresa.

Como familia, los medios italianos o de otros países, al ser gente conocida, ¿de algún modo los persiguen?No, desde el punto de vista de empresa tenemos mucha atención, pero no hay el aspecto social y mundano. Separo mucho lo que es mi vida privada de mi actividad como empresario.

¿No le gusta pero, le permiten eso los medios?Si no hay material, porque no se los doy, automáticamente las cosas se apagan por sí solas. Por ejemplo, hace unos años, en Portugal, donde me asocié con una familia muy conocida, hubo interés por parte de la prensa, pero se apagó porque no les di elementos.

Pueden buscar una foto privada, pero si en esa foto no hay nada para mostrar, se apaga. Mi vida privada es normal y por eso no me gusta aparecer.

No es la misma cosa para mi hija, el tipo de trabajo que ella hace de aparecer en revistas, con declaraciones que en muchos casos no son verdaderas. ¿Le han dicho que tiene un hijo muy lindo?
(Ríe) Sí, lo es, también mis hijas son muy lindas.

¿Es una persona muy sencilla como parece, o lo es para la entrevista?
Es difícil dividirse y hacer dos personajes diferentes, hay que ser buen actor para lograrlo.

Su hijo habla poco, ¿es tímido?
No habla porque hablo yo, pero si me callo lo hace. Tiene su papel en la empresa, yo me enojo y él se enoja menos, es muy pragmático. Estoy dejando la empresa en buenas manos.

¿Qué falta a Bolivia?
Está avanzando con mucha fuerza, aunque muy poca gente lo sabe en el mundo. Cuando todavía no esté muy viejo, me gustaría mirarme al espejo y pensar que soy parte de ese desarrollo.

Habría que comunicar lo que es Bolivia en términos económicos y dar más facilidades para quienes quieran invertir. Si su Gobierno quisiera tener un punto de referencia en Italia, yo o mi familia estaríamos gozosos, considerando que el cónsul honorario trabaja mucho y gana poco, pero es por satisfacción personal (Tonino es cónsul honorario de Montenegro)

Fuente: eldeber.com.bo