Que el presidente Evo Morales es admirador de la dictadura cubana no es secreto para nadie, ni tampoco que su régimen busca emular al de la isla en prácticas represivas y propaganda totalitaria.Pero lo que realmente debería imitar el gobierno evista son recientes medidas desestatizadoras tomadas por el neo-castrismo, como el cierre de 24 empresas públicas deficitarias, primera parte de un proyecto más amplio de privatizaciones en el contexto de su reforma económica a la Deng Xiao Ping y del deshielo en las relaciones con los Estados Unidos.En medio de la cada vez más evidente desaceleración de la economía boliviana, sería preferible la liquidación o transferencia a los trabajadores de las numerosas empresas estatales creadas por la administración de Evo Morales, invariablemente ineficientes y causantes de pérdidas para el Tesoro General del Estado, antes que echar mano al aumento de la presión fiscal, como al parecer planea el ministerio encabezado por Luis Arce Catacora.Engendros como Cartonbol o Papelbol, en rigor empresas fantasmas que solo han servido para que el presidente y el vice se tomen fotos de prensa, deberían pasar de una vez al museo de los proyectos arbitrarios, en los que el socialismo del siglo XXI, al igual que el del siglo XX, ha sido tan prolífico…[email protected]