Tipnis. Polémica vía avanza a toda máquina y bordea el territorio indígena

Bolivia. Sin ruido y pese al conflicto, las obras del que fue el tramo I de la vía Cochabamba-Beni marchan. Son 47 kilómetros y deben entregarse en cinco meses. Se dispara la alerta de la resistencia indígena.La entrada sur del parque las obras son evidentes hasta Isinuta, donde se construyó  un puente La motoniveladora ensancha cuatro veces la angosta senda de tierra que hay en el inicio del Polígono SieteLa entrada sur del parque las obras son evidentes hasta Isinuta, donde se construyó un puente La motoniveladora ensancha cuatro veces la angosta senda de tierra que hay en el inicio del Polígono SietePolémica vía avanza a toda máquina y bordea el TipnisRuy D’alencar / EL DEBER / IsinutaZumba como insecto enloquecido y remueve la tierra en medio del monte, poco después de Isinuta. Es una mañana cualquiera. Esta es la entrada sur del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), de acuerdo con el Servicio Nacional de Áreas Protegidas, dentro de la franja territorial ocupada por campesinos, el Polígono Siete. Frenética, amarilla, una motoniveladora zigzaguea entre camiones de ripio que van y que vienen. Ensancha el camino y se pierde en el verdor del fondo.Para llegar al lugar, a 50 kilómetros al norte de Villa Tunari, un automóvil cualquiera es suficiente. Está ubicado poco despúes del pueblo de Isinuta, cruzando el límite sur del parque. Solo se tiene que seguir las obras de la Asociación de Mantenimiento Vial (AMVI), constructora comunal de las seis federaciones de campesinos del trópico de Cochabamba, y de la Empresa Boliviana de Construcción (EBC), que avanzan a toda máquina sobre el trazo que fue el tramo I del proyecto Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, sin mucha publicidad, pese a la negativa de organizaciones indígenas, y como si fuese un proyecto vial distinto al que hacía la brasileña OAS.De hecho, la acometida de la obra sobre el parque toma por sorpresa a las organizaciones indígenas que se resistieron al proyecto original, entre ellas a la Subcentral Tipnis, liderada por el excandidato a la Presidencia Fernando Vargas, que tenía claro que el Gobierno insistiría en la obra, pero no imaginó que el avance ya estuviese golpeando las puertas del Isiboro Sécure.¿Un proyecto diferente?El lío estalló en 2011. Una marcha indígena protestó. El Gobierno impulsó la construcción de 384 kilómetros de carretera para vincular Villa Tunari (Cochabamba,) con San Ignacio de Moxos (en Beni) en tres tramos: el primero de Chapare a Isinuta (47 kilómetros); el segundo, cruzando medio parque, de Isinuta a Santo Domingo (177 kilómetros); el tercero, de Santo Domingo a San Ignacio (160 kilómetros).Todo a cargo de la constructora brasileña OAS, contratada por invitación directa después de que Bolivia y Brasil firmaron un convenio para que el Banco Nacional de Desarrollo Social de Brasil (Bndes) concediera un crédito de $us 332 millones a la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) para financiar el 80% de los $us 415 millones presupuestados. Todo se cayó con el reclamo por no haber hecho la consulta previa a los indígenas, cuyo derecho es constitucional.Hoy día, la ABC niega que exista el proyecto Villa Tunari-San Ignacio de Moxos. La Ley 180 de Protección del Tipnis lo impide porque afecta el trazo del que fue el tramo II, alega la autoridad.Dependiente del despacho del Ministerio de Obras Públicas, la institución informa que solo existe la construcción Villa Tunari-Isinuta, el mismo trazo del tramo I en el proyecto original.En Beni, la administración del gobernador masista Álex Ferrier avanza en el tramo San Ignacio de Moxos-Monte Grande, parte del trazo del que fue el tramo III. Ambos son presentados como proyectos aislados, pero calcan las líneas de la carretera que construía OAS.Pese a la negación de la ABC, cinco meses atrás, en una exclusiva con EL DEBER, el ministro de Obras Públicas, Milton Claros, dijo que recibió solicitudes de pobladores del Tipnis para integrar Beni con Cochabamba a través de esa ruta, que se estaba analizando cuestiones técnicas y que se debía resolver el tema del financiamiento que retiró el Bndes.“El presidente ya lo instruyó y seguramente nos va a dar el mandato para que esto se ejecute”, afirmó entonces Claros. El exmarchista indígena de 2011 y diputado opositor Rafael Quispe ve un engaño. Dijo que se busca presentar los trabajos de los tramos I y III como aislados, como si fuesen cosas diferentes, cuando en realidad son lo mismo “porque nadie hace carreteras hacia ninguna parte”.“Mi sorpresa, mi repudio. El presidente nos dijo en 2011, en Palacio, que no iban a hacer la carretera, que no iban a tocar. Y ahora nos quieren engañar de esta manera”, afirmó Quispe, que anticipó que pedirá informes escritos a quien corresponda sobre las obras, coordinará inspecciones oculares con los pueblos indígenas de la zona y cree que se debe enjuiciar si hay irregularidades.En dos partesEl viaje de Villa Tunari a Isinuta es un paseo por asfalto, alquitrán y terraplenes polvorientos.En el lugar se averiguó que los primeros 19,5 kilómetros están a cargo de AMVI, incluso ya se han instalado obras de drenaje. Entre la zona de El Castillo, kilómetro cero de la obra, y Santa Rosa, final de la primera fase, brotan decenas de camiones de ripio, buldozers, palas excavadoras y aplanadoras, como hormigas enojadas.La parte que corresponde a AMVI tiene un contrato por $us 13 millones. Y los 27,5 kilómetros de carretera desde Santa Rosa hasta Isinuta suponen el pago de $us 19,5 millones, que cobrará la EBC, empresa del Ministerio de Obras Públicas. La entrega del trabajo está prevista para un mes después del referéndum por la reelección y la obra es una buena razón para que los campesinos de Chapare voten por Morales