Las redes sociales explosionaron esto días con las últimas novedades poéticas y ese derroche de hormonas que desató la algarabía de los internautas. Nunca antes se había visto una lluvia de “memes”, esos graffitis virtuales que enloquecen, especialmente a los jóvenes, que han hallado en las viñetas una herramienta moderna para comunicarse y expresar su opinión en temas de interés nacional.
Los operadores políticos y de comunicación del régimen han anunciado que van a usar con mayor asiduidad las redes con el objetivo de defenderse de los ataques, pero lamentablemente se confunden cuando tratan de ingresar en el mismo juego.
Hace unas semanas, la propia Gabriela Zapata reconoció que en un ministerio donde daba órdenes y hacía labores de gestión empresarial, había un funcionario con muchas habilidades para hacer memes y de hecho le pidió que le haga uno para contrarrestar las bromas que se hacían en torno a ella. Donald Trump, es en este momento, el mejor ejemplo de lo que se puede lograr con un adecuado manejo de los nuevos medios digitales. Pero nadie se imaginaría hacer algo tan torpe como un meme empalagoso con loas al payasesco candidato, porque eso desataría la burla de los feisbuqueros. Mientras en el gobierno aprenden y planifican cómo “meterle a las redes”, los cocaleros andan difundiendo un plan de control que propone crear una oficina de afiliación, idea aún más ridícula.
Fuente: eldia.com.bo