Abogada top, rica y con glamour: Zina Bash, la mujer de la que todos hablan en EEUU

La abogada de 36 años estaba sentada en el lugar perfecto para llamar la atención de millones de espectadores.

Abogada top, rica y con glamour: Zina Bash, la mujer de la que todos hablan en EEUU

En la mañana del martes, Zina Bash apenas había salido en unos cuantos artículos de prensa a lo largo de sus más de 10 años de carrera en Washington D.C. Llegada la hora de la comida, millones de personas en Estados Unidos se sabían su rostro de memoria.Bash es una abogada de 36 años que en la jornada del martes se ha sentado justo detrás de Brett Kavanaugh, que esta semana protagoniza unas audiencias en el Senado de Estados Unidos. En juego está su confirmación como juez vitalicio del Tribunal Supremo, lo que con suma probabilidad tenga efectos determinantes en la balanza ideológica de la corte durante décadas. Es de ahí que la atención mediática a sus reuniones con los miembros de la cámara alta sea enorme y el rostro de Bash, por tanto, una constante en las televisiones de millones de espectadores.

Para la gente que vive en los círculos políticos de Washington D.C., es probable que Bash no sea una cara desconocida. Ha trabajado para jueces como Samuel Alito, ahora en el Tribunal Supremo, y para el mismo Kavanaugh. Su historial académico también es intachable. Se graduó por Harvard, después se licenció en derecho por la prestigiosa escuela de derecho de esa misma universidad y hace unos años terminó un máster en finanzas y derecho por la Escuela de negocios de Wharton, de la Universidad de Pennsylvania, una de las líderes a nivel mundial.La abogada también fue elegida una de las 50 personas más guapas de Washington D.C. por la cabecera The Hill en 2017. Es una lista en la que ya han estado Barack Obama —cuando todavía era senador— o Ivanka Trump, aunque algunos dicen que sólo es una recopilación de «personas que en cualquier otra ciudad lejos de D.C. serían un 6 raspado».Junto a su marido, el actual fiscal general por el Distrito Oeste de Texas John Bash, Zina también cuenta con arcas de buen fondo. Según Above the Law, los Bash tendrían una fortuna de entre los 1.8 y los 6.75 millones de dólares, sobre todo gracias a inversiones y acciones familiares. Su padre, Lawrence Gelman, fue consejero delegado de un hospital de Texas y es descrito por una fuente como un «magnate de hospitales». Gelman también es un donante habitual de los republicanos que ha dado en torno al medio millón de dólares al partido en los últimos 15 años.Zina es bilingüe en inglés y castellano, y de hecho asegura que una de sus mayores aficiones es llegar a casa para cantarle nanas en español a su hija Maria Izabella (o Mabel). Su madre es mexicana y la familia de su padre tiene orígenes polacos judíos. Sus abuelos paternos escaparon de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, lo que hace mucho más improbable la razón por la que ha acabado convertida en trending topic mundial.El protagonismo de Bash ha empezado a coger tracción en redes sociales cuando la han acusado de sonreír con malicia durante las ponencias de algunos senadores demócratas que se oponen a Kavanaugh, un juez con probado historial conservador. Pero las referencias a la joven abogada pronto han tornado en incriminaciones de supremacismo blanco por hacer un gesto con la mano: el White Power Sign [gesto del poder blanco, en español].

Lejos de lo relevante que es la asecendencia judía y mexicana de Bash para descartar esas acusaciones, cabe decir que el gesto del white power tiene connotaciones contradictorias en Estados Unidos. Hay que remontarse a 2016 para entender su significación actual. Fue en marzo de ese año que una de las figuras clave del movimiento ultraderechista alt-rightMilo Yiannopoulos, lo usó para una foto tomada en la Casa Blanca con una gorra del Make America Great Again. Después le copiaron otros, incluido el nacionalista blanco Richard Spencer.»Los ataques de hoy contra mi mujer son repulsivos», ha escrito en Twitter el marido de Bash, John. «Todos los que están tuiteando esa cruel teoría de la conspiración deberían estar avergonzados de sí mismos. Ni siquiera estábamos familiarizados con el símbolo de odio que le han atribuido por la forma aleatoria en la que estaba descansando la mano en una audiencia de larga duración». Numerosos colegas, periodistas y compañeros han salido después también a la defensa de Zina.En 2017, el fenómeno del gesto se convirtió en broma pesada organizada en un foro de 4Chan. El objetivo era engañar a los medios y a cualquier persona dispuesta a creerse que el uso del mismo estaba directamente relacionado con el supremacismo blanco. De hecho, hay ejemplos de miembros de la Casa Blanca acusados de hacer el gesto a propósito como guiño a la alt-right.El uso irónico del gesto se ha convertido en algo tan común en los círculos del movimiento de ultraderecha que al final también se ha quedado fijado como símbolo representativo de la alt-right. Tanto, que incluso cuatro miembros de la policía de Alabama fueron suspendidos en julio después de posar haciéndolo en una imagen del equipo antidrogas de la ciudad de Jasper.Muchos de los usuarios que habían enlazado alguna imagen o vídeo de Zina ya han borrado sus tuits, pero el nombre de la abogada ya ha recorrido las portadas de decenas de medios de comunicación. La figura de Zina promete convertirse en una más seguidas en Washington D.C. en los próximos días conforme las audiencias de confirmación de Kavanaugh sigan su curso, aunque quizá sin prestar tanta atención innecesaria a la posición de sus dedos y manos.Fuente: revistavanityfair.es