Depósitos y la venta de ropa usada crecen en Quillacollo sin control

Cochabamba.- Los depósitos de ropa usada y su comercio aumentan en Quillacollo sin que exista un control ni prevención contra incendios en los galpones donde se acumulan toneladas de prendas. La Alcaldía dice que no tiene una normativa para regular la actividades.Basta con recorrer el centro de Quillacollo para constatar que el comercio de ropa usada ha invadido las calles céntricas en medio de deficiencias.En un recorrido se evidenció que decenas de personas acuden a comprar ropa a precios módicos o en remate.Los mayores puntos de venta se encuentran en la OTB Albina Patiño, en la zona central y en la avenida 9 de Diciembre.En los dos primeros sitios, la comercialización se realiza toda la semana; en tanto que en el último, sólo en ferias.Los vendedores evitan dar información sobre la ubicación de sus depósitos de ropa y comentan que se dedican a esta actividad por falta de empleo.“Pagamos alquiler, la cantidad depende de la venta. Hay épocas buenas y malas. Utilizo naftalina para evitar que aparezcan polillas, también limpió constantemente”, aseveró una comerciante, Tomasa Parra.DepósitosLos dos incendios registrados el 12 y 21 de junio alertaron a los vecinos sobre el riesgo y el aumento de roedores por el acopio de este tipo de mercadería sin cumplir con normas de seguridad.El incendio del 12 de aparentemente fue provocado por los propietarios cuando hacían una quema.Una vecina, Ignacia Meneses, contó que los dueños del depósito hacían quemas permanentes de la ropa dañada por la lluvia y que el humo afectada a los habitantes y al ganado.“A todo el sector nos contaminan. Humo negro sale, afecta a nuestro ganado que ha quedado estéril”, dijo.Otro vecino, Pedro Coca, aseguró que el depósito de ropa usada ocasionó la propagación de ratas y pidió control.El incendio de magnitud del 21 consumió casi toda la mercadería y destruyó tres motocicletas y un vehículo.A más de dos semanas de los incendios, aún realizaban los trabajos de limpieza en el primer depósito para llevar los desechos al botadero.“Esta ropa era para fabricar colchones, seleccionábamos algodón y poliéster. Teníamos los permisos. El dueño nos informó que se va a cerrar definitivamente porque las pérdidas son enormes”, dijo un trabajador.El riesgo de incendios también preocupa a los vecinos del centro, porque saben que hay depósitos en esa zona.“No tienen extintores y nadie controla la limpieza. Desde hace unos tres años empezaron a abrir tiendas a lo largo de la calle Carmela Cerruto. En la noche sacan a las aceras sus mercancías”, aseveró una vecina, Soledad Fuentes.El presidente de Control Social del distrito 1, Gerald Quintanilla, indicó que los asentamientos molestan y aumentaron los roedores en las plazas.“La aparición de estos negocios además perjudica la circulación de vehículos y transeúntes. Ha hecho que el caos se agrave”, expresó.El presidente del distrito 2, Álvaro Zamorano, dijo que la Intendencia se limita a retirar a los ambulantes y que los vecinos no presentan su queja, porque desconocen cómo hacerlo. “Al parecer, es competencia de la Dirección de Medio Ambiente emitir autorizaciones”, declaró.SEPA MÁSLa quema de ropa usada es un peligroEl coordinador nacional del grupo SAR Bolivia, Bernardo Aranibar, explicó que los incendios en depósitos de prendería constituyen un atentado al medio ambiente y a la población porque el humo que se desprende del fuego es tóxico.“Los textiles no son netamente orgánicos. Las corrientes de aire pueden esparcir los gases a diferentes lugares”, manifestó.Sostuvo que el personal que interviene en el control de un incendio en almacenes requiere al menos tres implementos de protección y que el proceso demora porque se remueven las prendas a para evitar que las llamas se reactiven.

En 4 sectores de Quillacollo



la gente puede encontrar variedad de ropa a medio uso. Los son de Bs 5, 10, 20 o más, depende del cliente.

La oferta de ropa usasa en el centro de Quillacollo.
PABLO RIVERA

Alcaldía, sin normativa específica para galpones de acopio y comercio

Ante la falta de control de los depósitos de ropa usada y su venta, el intendente de Quillacollo, Alfredo Guzmán, manifestó que hay una ausencia de normativa que les delegue esa competencia.“Nosotros liberamos las vías de los comerciantes, podemos intervenir en la manipulación de alimentos, pero no hay nada sobre la ropa usada”, afirmó. “Hay un decreto indica que la Aduana y el Ministerio de Salud deben hacer los controles”, agregó.El concejal Antonio Montaño (FPV) afirmó que el Decreto Supremo No. 28761 es la única disposición a nivel nacional que identifica a las instancias que deben hacerse cargo de las tareas de destrucción e intervención sanitaria. “Hay que comenzar a dirigir la atención a este rubro. Tengo entendido que se ha restringido el ingreso de ropa usada”, sostuvo el concejal.Reconoció que es imposible prohibir la compra porque miles de familias están acostumbradas a estos productos por su economía.El decreto establece que el Ministerio de Salud, en coordinación con las alcaldías, tiene que realizar los controles a los comercializadores de ropa usada exigiendo los certificados de desinfección.Otro factor que influye es la inestabilidad de personal en la Intendencia, según el dirigente Álvaro Zamorano. Esto también dificulta el ordenamiento del comercio en general en Quillacollo.

Fuente: lostiempos.com