No cabe duda que el MAS será un actor importante en la próxima campaña electoral y si bien no tendrá a disposición el inmenso aparato estatal y los recursos públicos para hacer proselitismo, hará todo lo que esté a su alcance para dar y regalar, derrochar y hacer flamear sus banderas en el territorio nacional. Seguramente extrañarán los aviones, la plata de YPFB, de Entel y de Boa. No habrá helicópteros ni canal estatal, tampoco los empleados públicos para llenar estadios y pistas de aterrizaje. De cualquier forma, el MAS tendrá que ingeniárselas para costear una campaña millonaria en dólares y muy pobre en ideas, tal como sucedió en los últimos años. Los comedidos y los que extrañan los fondos estatales que financiaban espacios televisivos y medios de comunicación, muy afectos a las encuestas, deben tener en cuenta desde hoy que hasta el último centavo que invierta el antiguo régimen tiene origen dudoso, aunque no desconocido y prueba de ello es lo que pasó recientemente en la localidad de Orán, Argentina.
Fuente: eldia.com.bo