Termómetro político

El Nuevo Día. 1/9/2008

¿Qué deben hacer prefectos y cívicos autonomistas para frenar la estrategia de poder del MAS? Debe dejar de «frenar», de defenderse. Y deben pasar a la ofensiva. Es la última vez que podrán hacerlo. Lo próximo es cárcel o exilio. Se requiere estrategia y mensaje alternativo al del MAS.

La semana pasada y la que hoy comienza



El MAS no ha terminado de ganar. Aun le queda terreno por conquistar: la media luna.

El MAS actúa con una estrategia de dos patas. Con una pata avanza electoralmente y con la otra avanza físicamente y controlando el territorio. En ambos avances, en el físico y en el electoral, el MAS lleva un solo mensaje: el cambio. Cambio, que es una vieja fórmula boliviana: nacionalismo con indigenismo, presentados en tono y métodos ultra populistas.

Pero, a pesar de tener un único mensaje, el MAS ejerce distintas tácticas para validar su mensaje. La principal es la táctica orientada a seducir. El MAS seduce y convence.

Ahora bien, si no te dejas seducir, el MAS activa su táctica de reserva: te pega y te vence.

Si la ley y Dios le ayudan al MAS en todos estos avances, estrategias y tácticas, bien por la ley y bien por Dios. Y si no, peor para la ley y lo mismo para Dios.

El MAS no ha terminado de ganar, va por la mitad. Primero tomo el Chapare. Luego El Alto en alianza con los potentes sindicatos urbanos de esa urbe y en alianza con los campesinos del altiplano. Después tomo todo el mundo aimara y quechua. Y ahora le toca tomar Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija. Por lo pronto el avance sobre la media luna es en votos, pero luego será en control físico y territorial. El MAS ha ido del 4% de los votos hace nueve años, al 67% que saco hace unas semanas. Da envidia.

Ahora, el MAS se propone aprobar su nueva constitución y además avanzar electoral y territorialmente en las provincias. Los famosos decretazos. La constitución es para una cosa básica: para la reelección. Y luego es para dos cosas en general: para hacer unas normas que faciliten al MAS la toma de todo el país (es decir la toma de la media luna que es lo que le falta), y además, para que el MAS «institucionalice» y ofrezca legalidad constitucional a sus victorias políticas.

En otras palabras, los tales decretazos son el final de una etapa de la lucha del MAS: la etapa de la toma del poder. Después vendrá la etapa de conservar lo tomado.

Frente al MAS están los autonomistas: la media luna, los prefectos, los cívicos. ¿Qué van a hacer?

Pueden negarse a ir al referendo «porque hay fraude, porque es ilegal y porque la constitución del MAS hecha en Oruro fue media trucha y elaborada con violencia». Negarse al referendo puede retardar el avance del MAS, pero no puede frenarlo. Además, es difícil que tenga éxito una estrategia basada en negar a la gente la oportunidad de votar.

También, la media luna, puede hacer campaña por el NO frente a la constitución del MAS. Y eso es justamente lo que está esperando el MAS. En el momento en el que alguien de la media luna haga campaña por el NO, asegura el 55% de votos a favor del SI.

Entonces, ¿Qué deben hacer los prefectos y los cívicos autonomistas para frenar la estrategia de poder del MAS?

Deben dejar de «frenar». Deben dejar de defenderse. Y deben pasar a la ofensiva. Es la última vez que podrán hacerlo. Lo próximo es cárcel o exilio.

¿Qué se requiere para pasar a la ofensiva? Se requiere cinco cosas. La primera, una decisión política. Decidir así: quiero pasar a la ofensiva y dejar de utilizar mi fuerza para zapatear y quejarme mientras me aniquilan sin remedio. La segunda, se requiere estrategia y mensaje alternativo al del MAS: en lugar del socialismo del MAS, desde la media luna propongo votar para construir un proyecto alternativo. La tercera, se requiere organización: vale decir, unidad, verticalidad y disciplina en la estructura del tal Conalde. La cuarta, se requiere plata. Porque el MAS gasta en torno a un millón de dólares mensual, lo que significa que hay que gastar como ellos o más. Y la quinta, se requiere lo que ponen las gallinas. Porque así es la política, es con eso.