El desempleo subirá por la crisis en EEUU

Bonanza. Analistas afirman que, con la caída de los precios de las materias primas, el período de “vacas gordas” acabó para Bolivia.

Situación. Según los expertos, Bolivia no está preparada para afrontar una recesión porque no creó un fondo de estabilización.



Ejecutivo. El Gobierno sostiene que no hay que asustarse ni tampoco relajarse, y que está atento con lo que sucede en otros países.

Región. Aunque reconocen que habrá impactos, los países de América Latina dicen estar en una buena posición frente a la crisis.

La Razón

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• El desarrollo de la mineria• La imagen de archivo muestra una parte del proyecto San Cristóbal, situado en Potosí. Este emprendimiento es considerado el motor de la economía.

 

La crisis financiera de Estados Unidos y la inminente recesión en ese país tendrán un efecto indirecto en Bolivia, que no se podrá atender con los elevados niveles de Reservas Internacionales Netas (RIN) ni con el superávit fiscal en las finanzas nacionales, que son dos de las fortalezas con que cuenta el país para protegerse de la situación. Se trata del desempleo.

Además de ello, tres economistas de diferentes instituciones consultados por La Razón piensan que se terminó el ciclo de bonanza para el país, debido a los efectos que está ocasionando la recesión económica de EEUU y Europa. Advierten que la situación tendrá repercusiones en el Asia, el principal mercado de los minerales bolivianos, las materias primas que, junto con el gas, están reportando mayores ingresos a la economía nacional.

“Bolivia no se preparó en la época de vacas gordas para la época de vacas flacas”, manifiesta el economista y director ejecutivo de la Fundación Milenio, Napoleón Pacheco.

El Gobierno, sin embargo, opina lo contrario y apuesta a que las altas reservas internacionales que tiene el país (7.780 millones de dólares) y el superávit fiscal logrado servirán de blindaje frente a los efectos de la crisis estadounidense, por lo que los ministros de Hacienda, Luis Alberto Arce, y de Planificación del Desarrollo, Carlos Villegas, minimizan los posibles efectos.

En este contexto, Pacheco señala que las reservas, por más grandes que sean, no pueden ser un blindaje, son sólo un “amortiguador”, que no nos salvará y que —dependiendo de la profundidad de la crisis— llegará un momento en que se terminen.

El analista económico y ex ministro de Hacienda, Herbert Müller, indica que el problema del desempleo es independiente a las reservas internacionales que se tenga. “Yo puedo tener reservas pero si se reducen las ventas, se cierran las fábricas, no tengo trabajo para los bolivianos emigrantes que vuelven, entonces empieza a aumentar el desempleo. Y no importa cuánta reserva internacional tenga, eso no resuelve el desempleo”, añade.

La crisis estadounidense empezó con un manejo irresponsable de los créditos hipotecarios y continuó con la caída de las bolsas. Aunque ahora, con la propuesta de rescate financiero del presidente de EEUU, George Bush, que asciende a 700.000 millones de dólares, se espera una reducción del impacto.

Al respecto, Müller señala que aún se debe ver si la medida tendrá los resultados esperados. Explica que lo que está viviendo EEUU se traduce en una de las más fuertes crisis de su historia.

Recuerda que la anterior crisis de magnitud fue la de los 70, que duró ocho años, “lo que hace pensar que ésta última podría extenderse a cinco o 10 años”.

El economista indica que la situación de EEUU incidió en que se reduzca la demanda de ese país. Este hecho hace que el consumo sea menor, lo que afecta a las exportaciones de otros países, como Bolivia, que se verá obligada a reducir producción y, por ende, también el empleo.

Lo mismo sucederá con los productores de países como China, que demandarán menos materias primas, entre ellas, los minerales. Esto incidirá en la reducción del precio de los metales, lo que podría afectar a la actividad minera nacional, que apenas logró recuperarse de la última caída de cotizaciones registrada a mediados de los 80.

Los expertos consultados indican que en EEUU y en Europa también habrá problemas de empleo y los primeros afectados serán los migrantes de América Latina, que se verán obligados a retornar a sus países, como está ocurriendo en el caso boliviano.

Así, el país tendrá más gente que necesitará empleo. Los que se queden en el exterior ganarán menos y enviarán poco dinero.

El problema incidirá en la reducción de remesas, y dejará de ingresar al país todo ese dinero que se destinaba al consumo y a la construcción de viviendas.

“Eso tiene un impacto multiplicador, porque no sólo ya no se construyen viviendas, sino las ladrilleras, cementeras e industrias de ventanas y puertas, entre otras, producirán menos; el sector se deprimirá y generará mayor desempleo´, sostiene Müller.

Pacheco indica que los efectos de la crisis comenzaron a sentirse desde el 2007, con la caída de los precios de los minerales. Agrega que hoy, el problema alcanzó un grado más profundo y tendrá un efecto más fuerte.

“El ciclo alcista, el boom de las materias primas, el auge exportador para América Latina ha cambiado de sentido. A Bolivia le afecta con la reducción de los precios del oro, la plata, el zinc y el estaño”, manifiesta.

El gerente de la Cámara de Industria y Comercio de Santa Cruz (Cainco), Daniel Velasco, coincide con los analistas y dice que la crisis está provocando una contracción de la demanda que está derivando en la caída de los precios de las materias primas.

“El ciclo alcista, el boom de las materias primas,el auge exportador para América Latina ha cambiado de sentido ”

Según el Gobierno, Bolivia está en una buena situación
POSICIÓN • Los analistas creen que el país no está preparado porque no aprovechó sus altos ingresos para crear un fondo de estabilización.

El Gobierno sostiene que la crisis financiera originada en Estados Unidos encuentra a Bolivia en una situación ventajosa, donde el sector financiero está en su mejor momento y el Estado tiene altas reservas internacionales y un importante superávit fiscal, gracias a la nacionalización.

En una entrevista el miércoles en el gubernamental canal 7, el ministro de Planificación del Desarrollo, Carlos Villegas, explicó que la crisis impactará en la clase media y trabajadores de EEUU, y también a los países más débiles. No obstante, puntualizó que no afectará a Bolivia porque el país, al igual que otros, está encarando sus políticas de desarrollo con recursos propios.

“El año 2005, un 70 por ciento de la inversión pública se financiaba con recursos externos, créditos o donaciones, y sólo el 30 por ciento con recursos propios. Ahora todo ha cambiado y el 70 por ciento es con recursos propios y el 30 por ciento con recursos externos”, manifestó.

Añadió que ese no es el caso de México, Brasil, Argentina y Chile, países llamados emergentes, que están fuertemente integrados a EEUU, por lo que tienen mayor vulnerabilidad con el proceso de crisis internacional.

Villegas restó importancia a las voces que dicen que la baja de los precios de las materias primas afectará al país. Explicó que debido a que existe una crisis energética en el mundo, el precio del petróleo y el gas, aunque bajará un poco, mantendrá sus valores reales de acuerdo a la demanda y a la oferta, donde actualmente hay problemas.

En el caso de los minerales, el ministro señaló que, si bien el zinc y el estaño están bajando de precio, las cotizaciones se mantendrán por encima de los históricos. La autoridad agregó que el oro y la plata no bajarán de precio, porque se trata de metales que en tiempos de crisis mantienen un buen precio, ya que son considerados unidades de valor.

En cambio, los analistas económicos no piensan así. Según los expertos, el país no está preparado para hacer frente a los efectos de la crisis, porque no supo aprovechar los ingresos que ha obtenido por las exportaciones de gas y minerales, ni creó un fondo de estabilización, como lo hizo Chile para el cobre.

El Ministro de Planificación anunció que la situación está siendo analizada por el Gobierno y que, para evitar sorpresas, se hará un seguimiento minucioso a las economías de los países limítrofes, a la de Bolivia, de EEUU y a la de Europa, “por si se escabulle un elemento de crisis”.

Puntos de vista

“La capacidad de resistencia bajará”
HERBERT MÜLLER, analista y ex ministro de Hacienda.

“En los últimos cinco años en el país se tuvo un crecimiento de los precios de las materias primas que se incrementaron en un 20 por ciento anual, eso ya ha desaparecido. Habrá un gran período de tiempo —en los próximos años— en que los precios de las materias primas empezarán a bajar y eso afectará a los ingresos del país, y como no hemos generado un fondo de estabilización para enfrentar las malas situaciones, esto va a tener un mayor impacto, más que en otros países como Chile.
Nuestras reservas internacionales obviamente van a amortiguar, permitirán atender la salida de depósitos al exterior, pero se irá disminuyendo, ya que tendrá un límite. Si la recesión es muy grande y larga en el mundo, lo que parece ser, obviamente la capacidad de resistencia disminuirá”.

“Se reducirá la renta petrolera”
NAPOLEÓN PACHECO, director ejecutivo de la Fundación Milenio.

“La disminución del precio del petróleo afectará al precio del gas natural que exporta Bolivia, el mismo que se ajusta trimestralmente. Entonces, la renta petrolera que se origina en las recaudaciones por el gas va a disminuir, con el agravante de que la producción del energético está estancada. Se achicará la torta de los ingresos del gas en el último trimestre de este año y el próximo año.

Por lo tanto, las recaudaciones por regalías e Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) se achicarán y a todos nos tocará menos. Ahí hay un impacto fiscal y eso afectará al Tesoro General de la Nación, a las regiones, a las universidades, a las alcaldías, entre otros.

Entonces, tenemos dos efectos, la disminución de las materias primas y de la renta petrolera, además de la disminución de las remesas”.

“No se aprovechó el ciclo de bonanza”
DANIEL VELASCO, gerente general de la Cainco.

“Bolivia no está preparada para la crisis, no hemos sabido aprovechar este ciclo de bonanza económica internacional. Bolivia ha estado con una mayor cantidad de recursos económicos, pero los volúmenes de exportación no han crecido, se mantienen desde el 2004. No hemos sabido desarrollar una base productiva mucho más amplia y diversificada, no hemos hecho un trabajo de apertura de nuevos mercados, más bien hemos tomado posiciones que nos llevan a cerrarlos. Las cuentas fiscales aumentaron porque se ha empezado a comprometer una serie de gastos que habría que ver si podrán mantenerse cuando baje el precio internacional de las materias primas.
No sé si se podrán cubrir esos niveles de gasto. Se actúa políticamente, más que económicamente”.

La crisis

PREÁMBULO • En los años 30, cayó el nivel salarial real en Estados Unidos. No obstante, a partir de los 70, aumentó el consumo de las familias estadounidenses. Este incremento de los ingresos se debió a que la población femenina se integró al sistema laboral y, además, a que durante los 80 se implantaron las horas extra de trabajo.

IRRESPONSABILIDAD • En los años 90, el consumo aumentó mucho más, alentado de forma irresponsable por los bancos y otras entidades financieras de Estados Unidos, que empezaron a dar créditos de consumo y de vivienda, sin una evaluación crediticia a los prestatarios. Actualmente, el endeudamiento que tienen las familias estadounidenses es equivalente al 70 por ciento del PIB de ese país.

COMPLICACIÓN • El endeudamiento se complicó con el déficit fiscal de la balanza de pagos de Estados Unidos por los gastos excesivos emergentes de la guerra con Irak. Para cubrir el déficit, este país comenzó a endeudarse por cerca de 700 billones de dólares anuales. Hoy, la deuda externa suma 2,5 trillones. Las deudas de las familias fueron titularizadas y los riesgos crediticios vendidos de banco en banco.

DESENLACE • La titularización de los riesgos crediticios llegó incluso a bancos de Europa. La crisis obligó a subir las tasas de interés de los créditos y los prestatarios se vieron imposibilitados de pagar. Las viviendas bajaron su valor en 30%. Surgió la crisis inmobiliaria, los valores titularizados perdieron su valor y se presentó la crisis financiera que afectó a las bolsas de EEUU y de Europa.