El tráfico de divisas al exterior del país

La Razón

Editorial

El estado de sitio, las tomas de gasoductos y de oficinas, los cercos y las detenciones irregulares, además de la llegada de veedores internacionales y la reunión de Unasur para tratar temas relacionados con la crisis en Bolivia, han provocado nerviosismo entre los ahorristas.



A dos meses de haber dispuesto restricciones para la salida de divisas del país, el Gobierno sigue enfrentando problemas relacionados con la divisa estadounidense.

El Banco Central de Bolivia (BCB) acaba de informar, con el propósito de tranquilizar al mercado, que tiene a disposición de los ciudadanos todos los dólares que demanden.

El anuncio tiene relación con el hecho de que, después de más de 20 años, en las últimas semanas se ha vuelto a presentar el caso de que la cotización del dólar en el mercado paralelo es más alta que la oficial, del Bolsín del BCB.

Los expertos señalan que este caso se podía atribuir al temor de la gente por la situación política del país y el deseo de los ahorristas de volver a privilegiar la moneda estadounidense.

Pero hay también la sospecha, del Gobierno y de los especialistas en el tema, de que son muchos los ciudadanos nacionales que han optado por comprar dólares baratos en Bolivia y llevarlos al exterior. De acuerdo con esta lectura, el dólar es otro bien económico al alcance de los bolivianos, como las garrafas de GLP, la gasolina y el diesel. Es decir que, de ser así, se estaría dando el caso de un verdadero tráfico de divisas.

Esto se produce como consecuencia del proceso de apreciación del boliviano, a cargo del BCB. Como un caso de orgullo nacional se presentó el hecho de que la moneda de nuestro país se apreciara frente al dólar, la moneda de la potencia norteamericana.

En la actualidad, los efectos de esa política causan inquietud en las autoridades que, durante el lapso de tres meses, tuvieron que fijar restricciones a la salida de divisas del país y, en los últimos días, realizar anuncios tranquilizadores sobre la disponibilidad de divisas por parte del BCB. En agosto, se estableció la restricción de que, para sacar del país hasta 50.000 dólares, era preciso informar a las autoridades, mientras que por sumas mayores se debía contar con autorización especial.

La apreciación de la moneda nacional ha sido criticada por los exportadores, con el argumento de que ese procedimiento estaba encareciendo sus productos en el exterior. De todas maneras, la política del BCB no ha cambiado y hace una semana se informó que el ente emisor está autorizado a apreciar el boliviano frente al dólar hasta en cinco puntos por semana.

La peor lección de este episodio es que los bolivianos han comenzado a relacionar la estabilidad política con la toma de previsiones monetarias, referidas a los ahorros.

La demanda de dólares ha crecido tanto en las últimas semanas que el mercado paralelo mostró un incremento de hasta 20 puntos, como ya se advirtió acerca de este caso específico en estas mismas páginas de La Razón.

El estado de sitio en el departamento de Pando, las tomas de gasoductos y de oficinas, los cercos y las detenciones irregulares de la Policía, además de la llegada de veedores internacionales y la reunión extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para tratar temas relacionados con la crisis en Bolivia, han provocado nerviosismo entre los ahorristas.

El dólar, convertido en un medidor sensible del talante de los bolivianos, los muestra intranquilos, temerosos y quizá deseando que los líderes políticos recapaciten y ofrezcan soluciones al país, en lugar de más y más confrontaciones.