Mundo al Día VIII

clip_image002

Mundo al día, todos los viernes para hacer mejor tu fin de semana



INDICE

1. EL FIN DE LA OLIGARQUIA PACEÑA, ¿ES EL FIN DE BOLIVIA?

La Paz- Siglo XXI

2. PROHIBIDA LA VERDAD

Fuente: Jose Brechner

3. MISTICA

Fuente: El Director de El Mundo

4. el crac de 2008 por tomas eloy martinez

Fuente: Tomás Eloy Martínez Novelista y periodista argentino

5. Los Estados Unidos de la crisis por Carlos Fuentes

Fuente: El País, Carlos Fuentes, escritor mexicano

6. El fantasma de la Casa Blanca por Fidel Castro

FUENTE: Fidel Castro

7. ¡Atrás a toda marcha! por Umberto Eco

FUENTE: Umberto Eco, escritor italiano

8. HUMOR

1. EL FIN DE LA OLIGARQUIA PACEÑA, ¿ES EL FIN DE BOLIVIA?

La Paz- Siglo XXI

La oligarquía paceña, la que inventó Bolivia a principios del siglo XX, ha desaparecido derrotada. La Bolivia del siglo XX la contemporánea fue inventada en y por La Paz, es  para ser más específicos, un invento de las elites mineras paceñas. Hoy, de esa oligarquía paceña dominante y aristocrática, capaz de inventarse un país para sacar y vender minerales, no queda ni la sombra. Porque esa elite, a veces brillante -y a veces no-, hoy es un grupito de collas blancoides, acorralados y asustados en sus casas de la zona Sur de la ciudad. Y el control de La Paz, el control del poder, el control de lo que queda de ese invento que fue la Bolivia minera del XX, está ahora en manos de ese fenómeno "urbano" llamado  El Alto.

Como en las leyendas clásicas, a La Paz y a sus elites, las derrotó uno de sus hijastros predilectos. El más feo, de cuantos pudo haber parido: El Alto. La derrota era casi inevitable. El Alto y su elite son jóvenes. La Paz y la suya, viejas. El Alto, aunque contiene pobreza profunda, goza-sin embargo- de una burguesía comerciante despierta, rica e informal. La Paz, por su lado, empobrecida y vieja cobija una elite, soñolienta caduca. Esa elite paceña, otrora minera, exportadora, funcionaria, ministerial, hoy se hunde en un provincianismo sin paliativo. Y su provincia es el barrio; las cuatro calles, los 3 cafés y el supermercado de la zona Sur y aledaños. Las elites paceñas han terminado siendo provincianas de barrio. Sus vidas y sus perspectivas comienzan en el barrio y finalizan en el barrio.

Por eso, ya no existe esa La Paz, cuya dimensión era el país, ese país que fue, precisamente, la más atrevida invención paceña. El capitalismo -implacable- impone que la pobreza, te vuelve provinciano. Y a los paceños los ha vuelto. E impone que la riqueza, en tres generaciones, te vuelva universal. El problema de La Paz y sus elites fue la quiebra de sus dos grandes ingresos, la gran minería y el estatismo. Y ahora que el estatismo intenta recuperase con los precios de las materias primas, entonces, la noticia es que hay materias primas y hay buenos precios, pero lo que ya no hay es Estado.

Porque el Estado, o lo que había de Estado, se difuminó. Por ejemplo, se fue a las regiones aledañas a los municipios, a los sindicatos. Se fue de las manos de la elite paceña. Y lo que quedó de burocracia en La Paz, para más ironía, se lo llevó el Movimiento Al Socialismo (MAS). Con lo cual, la elite paceña está aniquilada. No vale nada. El Alto y sus elites son dedicadamente comerciantes. Ejemplo mundial del capitalismo comerciante. El transporte en el mundo andino -que desde hace siglos es mundo de puro comercio- pertenece al El Alto. El Alto es puerto de entrada y salida de Bolivia.

Y es puerto para el contrabando feroz y para la importación y exportación formal. Puerto para Santa Cruz, por ejemplo. El Alto es una potentísima y muy abierta economía informal. Sería el delirio de los clásicos liberales. Y la feria de El alto. La gran feria de El Alto, funciona en torno a 350 hectáreas de puestos de venta. Feria, donde contra todo pronóstico, la gente no engaña a la gente. Porque es feria con códigos propios que se cumplen sin lentitudes ni contemplaciones.

Los alteños en su feria son unos caballeros ingleses. Cumplen su palabra porque quieren que al día siguiente los clientes sigan viniendo. Por cierto, los caballeros hispánicos cumplen la suya para honrar a sus muertos y a sus apellidos. Los de El Alto y los británicos, para seguir vendiendo.

En esa Feria, cuatro metros cuadrados cuestan 250 $US y se usan para poner un kiosco por dos días a la semana. El kiosco, a veces, no ofrece nada a la venta -pone de muestra calcetines militares usados, por ejemplo-, pero lo importante para el propietario es tenerlo, poseer el kiosco. Si tienes kiosco, podrás utilizarlo cuando haya algo que vender. Tengo kiosco, luego existo.

La feria de El alto -"la 16 de julio" se llama- vende desde periódicos con números del mes pasado hasta Mercedes Benz y otros coches que la vieja elite paceña ya no puede comprar. Vende lagartos vivos y coleando, vende mapas militares en japonés.

Ofrece pescado frito, niños en adopción, medicinas para evitar el mal aliento y la flatulencia (así, literalmente, se anuncian estas ofertas medicinales desde un megáfono a toda voz); ofrece trenzas postizas de chola rubia y en fin; ofrece todo lo que la imaginación alcance.

El Alto (y sus elites), maravilloso, truculento, fiera. La Paz (y sus Elites), cansada, coja, pobre, pueblerina. Sobre todo pobre. Y claro, lo más importante y lo más paceño: La Paz solemne. Sus elites solmenes. A La Paz le queda la solemnidad. Es pobre y solemne como nadie más. Porque el boliviano solemne es paceño de necesidad. Y mientras el paceño de elite, mestizo solemne, busca trabajo el MAS ya no le da; el alteño, mestizo avispado, se limita a ganar dinero. ¿Cómo no iba a ganar El Alto a La Paz? ¿Cómo no iban a sustituir las elites alteñas a las paceñas?

El Alto en 20 años pasó de ser la barriada más inhóspita de Bolivia a ser una de las ciudades con el metro cuadrado más caro del país. Es el caso de esa zona alteña llamada La Ceja. En menos de una generación esa barriada creció y hasta se montó en una identidad: El Alto, en identidad, es mezcla de lo indio con lo urbano. Y funciona.

En menos de una generación, El Alto tuvo éxito vendiendo de todo, sufriendo, muriendo y matando, no pagando impuestos (como en toda sociedad salvajemente capitalista, en El Alto, la palabra "impuesto" es pecado).  Y si todo eso ocurre en menos de una generación, ¿saben qué es lo próximo? Lo próximo es que esa comunidad quiera el poder del estado. Y si puede, lo lógico es que lo tome.

Érase una vez una barriada que tomó el poder en Bolivia. Y érase la misma vez, que La Paz y su elite lo perdió.  Ahora, el poder económico, social y político del Altiplano, lo tiene El Alto. No digo el poder de Bolivia entera, porque Santa Cruz es lo que es; es el otro poder.

A ver ¿No era que el poder -gracias a la economía- tendría que haber salido de La Paz y haber venido íntegro a Santa Cruz? Era. Pero no lo fue. Porque el poder del occidente boliviano, el poder político colla, hoy por hoy, lo ha tomado El Alto. Y lo ha tomado bien. A votos y a patadas.

No hay que equivocarse. Los alteños no son unos indios martirizados y tristes al son de una quena. No estamos ante unos indígenas explotados, buscando el socialismo místico y la reivindicación telúrica de la raza y de la montaña. Ni siquiera son nacionalistas.

Esos son inventos de los políticos y sobre todo, de los politólogos. Paceños, por cierto.

Los alteños son tipos y tipas súper-racionales. Y lo de los ritos, los humos mágicos, la hoja de coca para leer la suerte, la llamita muerta con el cuello torcido, las piedras porno y el gran sexo que practican, el Dios sol y las ideologías del XIX y del XX como el nacionalismo, son detalles decorativos en el hombre de El Alto.

Porque en realidad, realidad, los alteños son los primeros collas en llegar al siglo XXI.

En abandonar el siglo XX, tan paceño y modernizador. Y desde esta su Pos-modernidad, los alteños, no están para pasarse la vida en folklore y pachangas emotivas, están para comprar y vender. Están aptos para los retos del presente y del futuro. La verdad es que a primera vista, el modo de organizarse de los alteños es medio arcaico, el sindicato. Pero los objetivos de sus sindicatos, son auténticamente posmodernos. Sus modos de organizarse son el sindicato vecinal y el sindicato de servicios. El sindicato vecinal son las famosas juntas, cuyo principal objetivo es cuidar la propiedad urbana, evitar impuestos y a la vez, apreciar la propiedad con servicios, losetas, seguridad y todo eso que se le puede sacar a la política. Y el sindicato de servicios -comerciantes y transportistas- da organización a auténticos imperios económicos.

Los alteños son como los chinos. Milenarios, con dioses hasta por los codos, llenos de rituales y bailes folklóricos aburridísimos y reiterativos. Pero eso es para la diversión y la estética. Para el domingo. Porque a la hora de la plata, los alteños son como los californianos. Unas fieras capitalistas. O más claro, los alteños son unos tipos que quieren progresar y que para eso, usan con gran éxito- al capitalismo comercial.

¿Y el Estado? ¿Qué hacen los alteños, esos posmodernos, con el Estado que es una cosa tan moderna? ¿Qué Estado? La propia existencia de El Alto es la negación del Estado en Bolivia. La Paz y sus elites eran el Estado boliviano. El Alto es la superación de La Paz y del Estado andino.

El Alto es el caos convertido en poder, en comercio y negando siempre al Estado. Por eso, El Alto se pasa por donde mejor le place al mundo de lo político y a sus instituciones. De verdad: los alteños son como los auténticos liberales. O sea, con el Estado -o mejor con lo político- se divierten y de vez en cuando, muestran los dientes. Derrocan uno que otro gobernante y ponen sobre la mesa su listado largo de necesidades: calles, carreteras, hospitales, agua, escuelas, putas en redención, anulación de impuestos y todo eso.

Los alteños son unos tipos serios: no están para la política. La política se la encargan a los políticos. Hasta hace poco se la encargaban con entusiasmo a Goni, Banzer, & Cia. Hoy se la encargan a los cocaleros. Y en eso, el MAS debe tenerlo claro. El MAS es un inquilino circunstancial del poder. Y el poder es de El Alto. El MAS es un alojado que por hoy es bienvenido en la casa del El Alto. Y por eso, los masistas nunca deben olvidar que todo alojado es como el pescado, huele al tercer día. El MAS estará en Palacio hasta que su aliado físico y capitalista que es El Alto, lo decida.

Ni todo el ejército venezolano sostiene el Palacio si El Alto se opone. ¿El MAS pensaba que la caída de las elites paceñas era obra del MAS? Por favor; la caída de esas elites es obra de la pobreza y el empujón no lo da el MAS, lo da El Alto: la nueva elite del altiplano. Hoy el panorama es claro. Se acabó La Paz y sus elites monopolizando el poder con celo de loba parida. Se acabó el siglo de La Paz. Se acabó el estaño. Se acabó el poder paceño: primero se acabaron los patiños, esos. Y luego, se acabó la COMIBOL, las pegas y todo eso otro. El último pataleo paceño y blanco fue Goni. La caída de Goni no sólo representa el fin político de La Paz. Goni, el último minero, representa el fin económico de aquella vieja elite minera y paceña, elite que desde la minería privada o la estatal, inventó la Bolivia del XX.

¿Y Mesa? Ya con Mesa, la elite paceña era lo que es, nada. ¿Y no existe hoy en día una elite paceña, blancona, tendiendo nexos con El Alto? Cómo no. Si algo aprendieron las elites paceñas, de izquierdas y de derechas, fue cómo hacer política. Y ahora, esa izquierda blanquecina no iba a dejar pasar la ocasión. Existe esa izquierda paceña jugando al indigenismo. Y haciéndole venias al nuevo poder que es El Alto y su inquilino el MAS.

El problema es que El Alto y el MAS no necesita a la tal izquierda blanquecina, y ésta está acabada. Es innecesaria. Prescindible. Es más, resulta molesta, para El Alto. ¿Qué le queda entonces a esta elite blanca e izquierdosa de La Paz? Varias opciones. Una, hacer sala de espera en el despacho de Choquewanca o de uno de esos. Ni se sabe para qué. Otra, que los cubanos les inviten a una recepción. Que el vicepresidente les de una consultoría. Abrir una fundación para algo de derechos humanos, o de ecología. Estudiar antropología y decir frases en algún dialecto u idioma de aquellos tan exóticos.

En suma, el poder colla lo tiene El Alto y no necesita a nadie. Sus condiciones geopolíticas, sus energías generacionales, su capacidad capitalista, su arrojo y organización para la toma física del poder en la plaza murillo y todo eso, le ha dado el poder. Por eso, Bolivia o lo que queda de ella, es en este momento, la relación de poder entre dos fuerzas: El Alto por un lado y Santa Cruz por otro. Que Bolivia -ese invento de las derrotadas elites paceñas- siga existiendo, depende de cómo se lleven estas dos fuerzas. Y si ya no está el inventor ¿puede el invento seguir adelante? ¿Quieren y pueden El Alto y Santa Cruz seguir cargando con Bolivia? Habrá que ver.

Por lo pronto, el MAS y sus cosas -nacionalizaciones, spots, constituyentes, venezolanos y todo eso- está atrapado entre El Alto y Santa Cruz. Si el MAS cree que tiene proyecto propio, se equivoca. El Alto es El Alto con o sin el MAS. Y ni qué decir de Santa Cruz, donde el MAS ha terminado siendo una anécdota. Por eso no deja de ser absurda e ingenua la aspiración del MAS de resucitar el viejo proyecto paceño -el nacionalismo centralista, estatista y todo eso- tan típico del 52, o sea, tan típico de las elites paceñas.

Lo curioso es que el MAS acaba siendo la única esperanza de reconstruir, de restaurar, el antiguo régimen; restaurar el estatismo fundado por las elites paceñas. Claro, la verdad es que ningún masista inteligente se toma esa resurrección -esa restauración- en serio. El único era Solís Rada. Por eso lo botaron. Por su parte, la vieja elite blanca y paceña también tiene oficio, limpiar sus viejos volvos, hablar en voz baja en su mal español (es un español bastante aimarizado), aburrirnos con las historias sobre sus abuelos (sus abuelos eran la cholada de finales del XIX que desplazó a los apellidos chuquisaqueños) y  mostrarnos sus oscuros cuadros -tan fuera del circuito universal de la estética- colgando de sus paredes en la zona Sur.

Además, esa elite ya puede desechar sus corbatas (por lo general, corbatas de poliéster, porque madre mía, qué elite tan mal vestida, mal comida y mal bebida). La otra tarea histórica que tiene la vieja elite paceña es casar -sin demora- a sus hijas con alteños o con cruceños. Lo primero, les permitirá permanecer en el Altiplano por derecho propio. Lo segundo, entrar al "Cantri". Finalmente, la labor esencial de la caduca elite paceña de aquí en adelante, será rogar.  Rogar para que sus captores, los alteños, no amanezcan de mal humor y por cualquier motivo, bajen un día a sacarles la entretela. Frivolidades aparte, lo cierto es lo siguiente: ¿tiene algún interés El Alto o Santa Cruz en sostener el invento de la oligarquía paceña derrotada? Es decir, ¿qué interés tiene El Alto y Santa Cruz en sostener Bolivia?  Y por eso, el fin de la oligarquía paceña, ¿es el fin de Bolivia tal y como la conocimos en los 100 últimos años? Quizá.

2. PROHIBIDA LA VERDAD

Fuente: Jose Brechner

El oscurantismo actual es difícil de comprender porque sucede en pleno siglo XXI. Pero el oscurantismo de otras épocas también fue en su momento el más moderno. Los oscurantistas están tan convencidos de su modernismo y comportamiento correcto, que ni siquiera se dan cuenta de su ceguera. Por eso mismo se llama oscurantismo.

La última ofuscación colectiva se vivió en la educada Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Hoy la oscuridad es global. Algunos oscurantismos pueden durar muchísimo tiempo, dependiendo del color predominante de la obcecación, pudiendo ser de tinte político, religioso, científico, social, o la combinación de todos. La Inquisición Española comenzó en 1478 y se abolió oficialmente recién en 1834. La miopía además es contagiosa.
Es al llegar a los más altos niveles de civilización que comienza la barbarie, cuando aquellos que creen que lo saben todo, que construyeron sociedades libres y lograron superarse ante sus pares, dan el salto hacia la decadencia espiritual, intelectual, familiar y social. Es que después de arribar a la cumbre lo único que queda es la cuesta abajo.

En Estados Unidos, la sociedad más avanzada de la historia, los primeros brotes de oscurantismo aparecieron en los 60, cuando la prosperidad económica permitía una vida segura y feliz para toda la familia. Entonces creíamos que la vida estaba demasiado estructurada, se abrió la brecha entre padres e hijos, y buscamos crear una sociedad más permisiva.
En ciertos aspectos el cambio tuvo efectos positivos al destruir algunos tabús y limpiando la mente de arcaicos prejuicios discriminatorios, hasta que aparecieron los extremistas de la contracultura respaldados por psicólogos y sociólogos que convinieron en que todos los problemas, incluidos los personales y familiares los inculcaba la sociedad. La respuesta al conflicto fue: cambiemos la sociedad adaptándola a nuestros apetitos y desvaríos, en vez de, mejoremos a la persona, fortalezcamos los valores individuales, espirituales, familiares y sociales, y lograremos perfeccionar el mundo.
Así aparecieron nuevas reglas educativas en las que – para "evitar traumatizarlos"– se impidió repetir de grado a los malos alumnos, se aconsejó no reprender a los niños, y en los colegios se entregó a los monos las llaves de las jaulas para que dirigieran el zoológico.

El resultado de la declinación en los niveles educacionales, es que hemos llegado a una etapa donde los menos claros, los ignorantes, los radicales, empiezan a ser mayoría y comienzan a tomar control de la cultura y la sociedad. Hoy el mundo está plagado de gobernantes y líderes extremistas, que son aplaudidos por individuos que se autodefinen como moderados. El ejemplo más claro es Barack Obama, que con una elaborada retórica prefabricada, pretende esconder su pensamiento radical y sus vínculos con personas que no quisiéramos tener en el vecindario.

Tal como en la Edad Media el oscurantismo negaba los avances de la ciencia astronómica, la física o la medicina, hoy reniega de la historia y la experiencia. Es así que se permite que sociedades ofuscadas y fanáticas, lindantes con el salvajismo, traten de imponerse sobre las civilizadas. La evidencia más contundente la encarnan los musulmanes, que a través de la violencia pretenden convencernos de las bondades de su religión, tal como sucedió con el catolicismo de la Santa Inquisición.

Otra manifestación del oscurantismo se está enseñoreando en América Latina con el indigenismo, donde algunas poblaciones nativas que no brillan por su  intelectualidad, están tomando el control sobre la vida de sus semejantes más evolucionados, forzando un retroceso cultural a la Edad del Bronce.
La negación de la realidad y la verdad son la carta de presentación de los oscurantistas de hoy, que se autocalifican como políticamente correctos, pero su comportamiento no se diferencia del de Tomás de Torquemada. La verdad molesta porque significa tener que aceptar los defectos. No obstante, la mentira y la calumnia son bienvenidas si los ofendidos son aquellos que lograron éxito, riqueza o una posición destacada. Es que los políticamente correctos se han convertido en moralmente incorrectos.

La verdad es lo que es. No es buena ni mala. Es simplemente realidad. Hay que adecuar los conceptos para que concuerden con la realidad, en vez de tratar de hacer encajar la realidad con los propios conceptos. No importa qué es lo que uno crea, eso no cambiará los hechos. Tampoco los hechos dejan de existir porque estos sean ignorados.

Si millones de personas creen una estupidez, sigue siendo una estupidez. Y si todos asumimos que lo que se acepta como verdadero, es realmente verdadero, no habría mucha esperanza para el progreso en el mundo. La gente realista no se deja engañar por apariencias ni corrientes en boga como la corrección política, pero vivimos en una época en que la ignorancia y superficialidad imperan, y la verdad se fabrica a gusto del cliente.

3. MISTICA

Fuente: El Director / El Mundo

Hoy se escribió una página en la historia de Bolivia y otra en la historia autonómica de Santa Cruz. Primeramente debemos saludar la convocatoria y la mística de Evo Morales quien indudablemente es el gran ganador, logró la convocatoria al referéndum, lo consigue en consenso y cedió en gran parte a las modificaciones del proyecto constitucional; se logró por las buenas y eso lo debemos saludar, lo pudieron hacer por las malas (Decreto, expulsión de los opositores o cambio de funcionamiento del congreso), obtuvo la posibilidad de su reelección (previamente debe ganar el SI) y lo recibió emocionado, demostró su lealtad con la gente marchando con ellos, soportando en la plaza Murillo toda una noche en un frió primaveral, su pueblo estuvo a su lado, hizo renunciación para que la pastilla que se tendría que tragar la oposición sea disimulada (sucede que tanto discursos de la oposición, terminó encerrándolos en una trampa), Evo fue el gran triunfador, indudablemente mantuvo a un pueblo en movimiento desde su acenso a la Presidencia.

Los derrotados fueron los abanderados de la autonomía, no por el proyecto autonómico sino por una serie de circunstancias que van desde el tremendo autogol de los partidos políticos tradicionales, los lideres autonómicos carecían de una bitácora, los acontecimientos políticos los sobrepasaron dejándolos sin respuestas a preguntas que no se hicieron nunca, la responsabilidad no es solo de los lideres sino de los ciudadanos también, era lastimoso ver a 4 Damas hacer una vigilia hasta la media noche, mientras en La Paz la vigilia era de 150.000 personas y varios millones que estamos espectando por los medios lo que sucedía, aquí los cruceños tenemos otras prioridades:

La Feria exposición, el carnaval, las fraternidades, la gloriosa juventud no sale de “equipe”, los otros llenan las discotecas y los reinados de belleza llenan la agenda.

Si, el proyecto autonómico no le interesó a nadie, sus prioridades definitivamente no pasaban por ella, para tener mística simplemente el requisito es quererlo, requerirlo, sufrirlo, somos diferentes si, sin duda alguna, que somos privilegiados si, solo basta que usted lance un tomate y nace una mata, en el altiplano usted siembra con sacrificio y cosecha miseria, a nosotros nos faltó sufrir para que nos sacrifiquemos por algo, esto lo hago sin conocer cuales fueron las negociaciones.

Debemos reconocer que nos equivocamos y ahora debemos asumir una autocrítica y una respuesta democrática, y no creo en los diputados de Podemos que decidieron votar por el NO, para que tenga validez ese voto definitivamente deben renunciar a sus partidos, de no hacerlo son parte de una componenda; y cuanto mal nos hicieron los radicales, si, la UJC, los que llenaban los sets televisivos con discursos llenos de adjetivos, los sopapos al que piensa diferente, las persecuciones a los cholos y la xenofobia a los morenos, siempre los denuncié, por lo tanto lo sucedido no me llena de frustraciones, me siento ganador con la paz, con que se darán pasos para cuidar la democracia.

Cuando busco a los lideres “autonómicos” con mucho esfuerzo los veo comulgando, ¿por qué?, pero ya contrataron una empresa norteamericana para hacer la campaña por el NO y las presidenciales, están buscando candidato para alcalde de un “frente amplio” (así se llaman) y como la experiencia nos enseña que los candidatos aparecerán de todos lados reclamando sus méritos autonómicos y habrán 4 o candidaturas que es una invitación para que el MAS gane esas elecciones, me imagino que hoy muchos incautos que salieron en los cabildos, que fueron a los referéndum esperan la palabras de sus lideres y estos no deben rehuir una explicación.

4. el crac de 2008 por tomas eloy martinez

Fuente: Tomás Eloy Martínez Novelista y periodista argentino

Mientras George W. Bush habla sobre terrorismo en su último discurso como presidente de los Estados Unidos ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, hace un par de semanas, los estadounidenses se preguntaban hasta dónde llegaría la crisis que el Estado intenta conjurar. El Gobierno propuso tomar US$700.000 millones del bolsillo de los contribuyentes, es decir, US$100.000 millones más que la deuda generada por la guerra en Irak.

Desde hace un año y medio, cuando el sistema financiero comenzó a intoxicarse con el colapso de las hipotecas, a los norteamericanos comunes se les hizo cada día más difícil pagar el seguro de salud, financiar los estudios universitarios de los hijos, comprar la misma cantidad de alimentos con la misma suma de pocos meses atrás y llenar el tanque de nafta en un país donde la mayor parte de la población está obligada a manejar. Algunos ni siquiera pueden vender la casa para poner fin a la pesadilla de la hipoteca.

Las propiedades valen hoy casi 20 por ciento menos de lo que se pagó por ellas hace dos años, en plena burbuja inmobiliaria, y la deuda es superior al valor de la vivienda. El tema está en boca de todos porque la crisis, más allá de la complejidad de su ingeniería financiera o sus números inasibles —el salvavidas representa sólo una parte de los US$8 billones sueltos en créditos hipotecarios— refuerza la impresión de que la economía norteamericana sigue un rumbo de catástrofe debido a lo que el premio Nobel Joseph Stiglitz llamó “ocho años de mala gestión económica”.

Los primeros golpes alcanzaron a las clases bajas. Ahora, la clase media sucumbe a la inflación en el supermercado, cuando recibe las abrumadoras cuentas de electricidad y gas en un país que consume más del 25 por ciento del petróleo mundial y que envió su precio a los cielos. Lo siente cuando ve que los ahorros para la jubilación disminuyen mes a mes, arrebatados por la bancarrota.

En el suburbio de New Jersey donde vivo, los carteles de “ejecución judicial” se alternan con los que adornan los jardines en apoyo a Obama-Biden o McCain-Palin. Un colega de la universidad donde enseño envió un correo electrónico a sus amigos para recomendar dos páginas de internet que ayudan a ahorrar combustible. Una de esas páginas, www.GasBuddy.com, busca el surtidor más económico de la zona; la otra, www.fueleconomy.com, traza el camino más corto de un punto a otro para gastar menos.

“Pagar más de US$100 en la gasolinera es asunto de todos los días para la gente con camionetas familiares”, dice un vendedor de Home Depot de White Plains, estado de Nueva York. “Eso da miedo. Si el galón de nafta llega a US$10, vamos a caer en el infierno de la depresión”.

Casi 80 años después, la palabra “depresión” todavía eriza la memoria de las familias que sucumbieron a la crisis bursátil de 1929, cuyos efectos letales sobreviven en las novelas de Steinbeck y en las películas de la serie negra.

Las semillas del desastre pueden rastrearse en la torpeza de las administraciones de Hoover y Coolidge y en la convicción de los conservadores en que los mercados podían regularse a sí mismos.

Fue necesaria la audacia de un estadista brillante como el presidente Franklin D. Roosevelt para imponer planes que generaron trabajo, protegieron la salud, la educación y los ahorros de los sectores más bajos. Dos de las casas que se construyeron frente a la mía datan de esa época. Son modestas, tienen un pequeño jardín y se terminaron de pagar en 1956, sin traumas.

Fue antes de esa época cuando, en 1933, una ley, conocida como la Glass-Steagall, impidió que los bancos comunes jugaran en la bolsa y luego no tuvieran cómo devolver los ahorros a los ciudadanos. Las paradojas, sin embargo, entorpecen hasta las mejores intenciones.

Así se crearon los bancos de inversión que están ahora en el centro de la tormenta. Son los que compraron los fondos hipotecarios dudosos, los partieron y los reagruparon en nuevas inversiones que volvieron a colocar, permitiendo que se pagaran salarios como el de Richard Fuld, director ejecutivo de la quebrada Lehman Brothers: US$45 millones el año pasado.

No es a los especuladores de Wall Street, sino a los estadounidenses endeudados que quieren mantener sus casas y no pueden a los que —según cree el candidato demócrata Barack Obama— debería ir el apoyo del Estado. Obama, senador como su adversario John McCain, prefirió reflexionar un poco antes de aprobar el salvavidas de dinero. El candidato McCain defendió el proyecto de Ley de Estabilización Económica de Emergencia 2008. “Vamos a hacernos cargo de esos préstamos malos”, dijo. “No niego que sea enredado, no niego que sea costoso. Pero tenemos que detener la sangría”.

“Será el rescate mayor de la historia norteamericana”, dice un médico de Albany, capital del estado de Nueva York. “Permitirá que las instituciones financieras afectadas puedan seguir dando créditos y no se ahoguen. Si eso sucede, la tempestad se llevará muchos empleos. Pero no estoy de acuerdo porque esos US$700.000 millones saldrán del bolsillo de los contribuyentes y endeudarán a nuestros hijos y nietos. Compraremos valores que nadie sabe si alguna vez podremos recuperar. Hemos llegado a un déficit enorme, cuando Bush asumió con superávit. Podemos estar ante la puerta de un futuro peor”.

Aún no se sabe cómo se escribirá la historia, pero todo parece indicar que en el otoño boreal de 2008 está naciendo un crac tan letal como el de 1929. El Consenso de Washington, que pregonó el neoliberalismo en todos los continentes y dejó una estela de pobreza en América Latina, acaba de fracasar en su país natal y ahora requiere un salvavidas del Estado, que era una institución tabú.

Los caminos que elijan Obama o McCain serán sin duda diferentes, pero la responsabilidad que asumen es la misma: definir el destino de un mundo donde la crisis ha golpeado a la primera potencia sin que aún se pueda vislumbrar en el horizonte un camino nuevo.

5. Los Estados Unidos de la crisis por Carlos Fuentes

Fuente: El País, Carlos Fuentes, escritor mexicano

El mundo vive la peor crisis económica desde el desplome financiero de 1929 y la subsiguiente depresión a principios de los años treinta. La respuesta a aquella crisis fue el surgimiento de Hitler en Alemania, el fortalecimiento del fascismo en Italia y del militarismo en Japón, la consolidación del poder de Stalin en la Unión Soviética, el debilitamiento de la democracia en Inglaterra y Francia, la guerra de España y, al cabo, la Segunda Guerra Mundial.

Los Estados Unidos de América sufrieron la crisis pero la superaron, no con la dictadura o la debilidad, sino con actos de Estado, con soluciones de Gobierno. El presidente Franklin Roosevelt llegó a la Casa Blanca en 1932 (el mismo año en que lo hizo Hitler en Alemania) y puso en marcha un Nuevo Trato -el New Deal-: correspondía al Estado nacional restaurar la economía gracias a la actividad de los ciudadanos. El Nuevo Trato confió en el capital humano de los Estados Unidos y el capital humano, con el apoyo del Gobierno, sorteó la crisis y preparó a la economía para el combate de la Segunda Guerra Mundial.

La crisis actual sorprende a los Estados Unidos en medio de una campaña presidencial. Bush-Cheney y su equipo no previeron la situación. Estaban demasiado ocupados celebrando una economía de papel (literalmente, como hemos visto) y apadrinando políticas de fatal contradicción: bajar impuestos y aumentar gastos militares.

Clinton dejó un superávit de 500.000 millones de dólares. Bush deja un déficit por cantidad idéntica. La falta de reglamentación de la banca creó una pirámide de papel: deuda acumulada sobre deuda, ficción sobre ficción, hasta convertir el capital real de los bancos en sólo la quinta parte de sus haberes ficticios. Culpa de un gobierno ideológico y ajeno a la realidad. Oportunidad de la banca de inversión y el mercado de valores. Castigo a los pequeños inversionistas y compradores de inmuebles ofrecidos con garantías que hoy se han evaporado. Los Estados Unidos son una larga alberca de aguas recuperadas por los tiburones y abandonadas por los peces chicos.

La lista de desastres se prolonga y las soluciones propuestas por el actual Gobierno estadounidense naufragan. Los 700.000 millones de dólares que el secretario del Tesoro, Henry Paulson, le ha pedido al Congreso para salvar la economía, equivalen, dólar por dólar, al gasto bélico en Irak. Una guerra innecesaria le cobra, pues, dos impuestos de 700.000 millones de dólares cada uno al ciudadano americano.

Porque la ironía -si no la burla- del asunto es que, al final de cuentas, se le pide al ciudadano común y corriente que pague los platos rotos, eximiendo al Gobierno y a la banca de otra responsabilidad que no sea la de votar una ley que salve a ésta, y a corporaciones, que mantengan sus privilegios a costillas del contribuyente.

Si éste era el propósito de la ley ofrecida por el secretario Paulson al Congreso, el Congreso no se dejó engañar. Despojó a Paulson de su fantástico cargo de administrador único, sin límite o supervisión, de los 700.000 millones de dólares, estableciendo límite y supervisión legislativa al manejo del dinero, así como un capítulo de protección a los contribuyentes, sobre todo a los pequeños propietarios severamente afectados por la crisis. Mediante voceros como los presidentes del Senado (Harry Reid) y de la Cámara de Representantes (Nancy Pelosi), así como del muy agudo y combativo senador demócrata Chris Dodd, la legislación propuesta trata de asegurar que la fianza bancaria también sea una fianza favorable al pequeño propietario y al contribuyente, privando a los responsables bancarios de un paracaídas dorado.

No hay un Roosevelt en la Casa Blanca. No quiero abundar en la merecida crítica al fracasado Gobierno de Bush, el peor presidente de los Estados Unidos en los pasados cien años. Sí quiero hacer notar que dentro de un mes será electo un nuevo presidente norteamericano. A él -sea McCain, sea Obama- le tocará, ahora sí, hacer lo que hizo Roosevelt en 1932: heredar la crisis y superarla. Dudo que McCain quiera, pueda o sepa cómo. Sus volteretas ideológicas durante la campaña no sólo inspiran dudas: verifican errores que el candidato del Partido Republicano está pagando con un descenso grave en la intención de voto.

Queda Barack Obama. Como McCain, Obama ha debido aceptar las medidas de rescate porque parece no haber otra solución. Pero ha dejado bien claro que la crisis es el resultado del mal Gobierno de los últimos ocho años. Esto no eximirá a Obama, si es electo, de lidiar con la peor crisis de los últimos ochenta años y de proponer soluciones tan importantes como, en su día, fueron las del Nuevo Trato de Roosevelt.

6. El fantasma de la Casa Blanca por Fidel Castro

FUENTE: Fidel Castro

Hace cuatro días, el viernes 10 de octubre, el mundo se estremecía bajo el impacto de la crisis financiera de Wall Street. Se ha perdido la cuenta de los millones de dólares en billetes de papel que la Reserva Federal inyectó a las finanzas mundiales para que los bancos sigan funcionando y los ahorristas no pierdan su dinero.

El presidente Bush no consideró necesaria su presencia en esa reunión de los ministros de Finanzas. Se reuniría con ellos el sábado. ¿Dónde estaba el viernes 10 de octubre? Nada menos que en Miami. Asistía a un acto de recaudación de fondos para los candidatos republicanos de la Florida. Con la aprobación de sólo el 24 por ciento de los ciudadanos, era el jefe de Estado con menos apoyo en toda la historia de Estados Unidos. Se reunía con empresarios y cabecillas de la escoria cubana de Miami. Continuaba allí con su maniática obsesión anticubana al cabo de su tenebroso período de ocho años al frente del imperio. Ni siquiera pudo contar con el apoyo de la Fundación Cubano-Americana creada por Reagan en su cruzada contra Cuba.

Por razones puramente demagógicas, ésta le había solicitado públicamente levantar con carácter provisional la prohibición de enviar ayuda directa a familiares y afectados por los dos destructores huracanes que golpearon a nuestro pueblo. Raúl Martínez, un ex alcalde de Hialeah, rival del congresista Lincoln Díaz-Balart, había hecho críticas a la actual política de quien fraudulentamente fue electo presidente con menos votos nacionales que su adversario, en virtud del peso de la Florida en el conteo de votos electorales, cuando en realidad ni siquiera allí tenía mayoría.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, entra hoy en sus últimos cien días, ensombrecido por una altísima impopularidad y una de las crisis económicas más importantes de las últimas décadas.

Por su parte, el ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega, criticó hoy al FMI por colocar a los países avanzados como modelos a seguir y dijo que en la reforma futura del sistema financiero no deben primar las normas de esas naciones.

“El mundo asiste incrédulo mientras la crisis actual revela debilidades y errores graves en la política de países que eran tenidos como modelos, países que eran presentados como referencias de buen gobierno”, dijo Mantega.

Con la economía mundial hecha pedazos, el presidente de Estados Unidos, llevado a ese cargo de forma tan irregular e irresponsable, ha puesto en apuros a todos los aliados de la OTAN y a Japón, el más desarrollado y rico socio militar, económico y tecnológico de Estados Unidos en el Pacífico.

Miami es hoy una olla de grillos, y Bush se ha convertido en un fantasma. Las Bolsas no han caído más porque estaban ya en el piso. Hoy respiraban felices con las colosales inyecciones de dinero que las volvieron a inflar artificialmente a costa del futuro. Lo absurdo, sin embargo, no puede mantenerse. Bretton Woods agoniza. El mundo no volverá a ser el mismo.

7. ¡Atrás a toda marcha! por Umberto Eco

FUENTE: Umberto Eco, escritor italiano

En una columna mía de hace unos años, decía yo que estamos asistiendo a una interesante regresión tecnológica. Ante todo, se había puesto bajo control la influencia perturbadora del televisor gracias al mando a distancia, mediante el cual el espectador podía trabajarse su zapeo y, por consiguiente, entraba en una fase de libertad creativa. La liberación definitiva del televisor se produjo con la llegada del vídeo, con el que se completaba la evolución hacia el cinematógrafo. Además, con el mando a distancia se podía quitar por completo el volumen, volviendo a los fastos del cine mudo. Mientras tanto, internet, al imponer una comunicación eminentemente alfabética, se cargaba a la tan temida civilización de las imágenes. Llegados a ese punto, se podían eliminar incluso las imágenes, inventando una especie de caja que emitiera solo sonidos y que no requiriera ni siquiera el mando a distancia. Al escribir esto, yo pensaba que estaba bromeando imaginándome el descubrimiento de la radio y, en cambio (inspirado evidentemente por un numen), estaba vaticinando la llegada del iPod.

Claro que el estadio final se alcanzó cuando, abandonando las transmisiones por éter, se dio inicio a la nueva era de la trasmisión de las televisiones de pago mediante el cable, pasando de la telegrafía sin hilos a la telefonía con hilos, fase completamente realizada por internet, que superaba a Marconi y volvía a Meucci.

Retomé esta teoría de una marcha atrás en mi libro A paso de cangrejo, donde aplicaba estos principios también a la vida política (y asimismo es verdad que, en otra columna reciente, advertía de que estamos volviendo a las noches de 1944, con patrullas militares por las calles y niños y maestras de uniforme). Pero ha sucedido algo más.

Todo aquel que haya tenido que comprarse recientemente un ordenador (se vuelven obsoletos al cabo de tres años), se habrá dado cuenta de que podía encontrar solo los que llevaban el Windows Vista incorporado. Pues bien, basta con leer en los diferentes blogs lo que piensan los usuarios del Vista (que no me atrevo a referir para no acabar en el juzgado) y lo que te dicen los amigos que han caído en esa trampa, para hacerse el propósito (tal vez equivocado, pero absolutamente firme) de no comprarse un ordenador que lo lleve. Pues, si quieren una máquina actualizada de proporciones razonables, no les queda más remedio que tragarse el Vista. La otra opción es replegarse en un clon del tamaño de un camión, ensamblado por un vendedor con las mejores intenciones, que todavía puede instalar Windows XP y anteriores. En ese caso, su mesa de escritorio se parecerá a un laboratorio de la Olivetti con el mítico Elea 1959.

Yo creo que los productores de ordenadores se han dado cuenta de que las ventas bajan sensiblemente porque el usuario, con tal de no tener el Vista, renuncia a renovar el ordenador. Y ¿qué es lo que ha pasado? Para entenderlo tienen que buscar en internet “Vista Downgrading” o semejantes. Allí se les explica que, si han comprado un ordenador con el Vista pagando lo que vale, mediante el desembolso de una suma extra (algo no tan sencillo, puesto que hay que pasar por un procedimiento que me he negado a entender) y, tras muchas aventuras, podrían gozar de nuevo de la posibilidad de emplear Windows XP o anteriores.

El que usa el ordenador sabe qué es el upgrading: algo que te permite actualizar tu programa hasta el último perfeccionamiento. Luego el downgrading es la posibilidad de reintegrar tu ordenador, superavanzado, a la feliz condición de los programas más viejos. Pagando.

Antes de que en internet se inventara este bellísimo neologismo, en un diccionario normal se encontraba que downgrade, como sustantivo, significa cuesta abajo, declive, rebaja, versión reducida, mientras que como verbo quiere decir bajar de categoría, degradar, desvalorizar. Por lo que se nos ofrece la posibilidad, después de un buen trabajo y cierta cantidad de dinero, de bajar de categoría y degradar algo por lo que habíamos pagado una cierta cantidad. Parecería increíble si no fuera cierto (hay un artículo muy gracioso de Gianpaolo Proni al respecto, en www.golemindispensabile.it): hay centenares de desgraciados en línea que están trabajando como locos y pagando para degradar su programa. ¿Cuándo llegaremos al estadio en que, por una cantidad razonable, nos cambien el ordenador por un cuaderno con tintero y cálamo con plumilla Perry?

Ahora bien, el tema no es solo paradójico. Hay progresos tecnológicos más allá de los cuales no se puede ir. No se puede inventar una cuchara mecánica cuando la de hace 2.000 años funciona tan bien. Se ha abandonado el Concorde, que hacía París-Nueva York en tres horas. No estoy seguro de que hayan hecho bien, pero el progreso también puede significar dar dos pasos atrás, como volver a la energía eólica como alternativa al petróleo y cosas por el estilo. ¡Tendamos al futuro! ¡Atrás a toda marcha!

8. HUMOR

El contador sordomudo

Un jefe de la mafia descubrió que su contador había desviado 10 millones de dólares de la caja.

El contador era sordomudo por eso fue admitido en la mafia, pues como no podía oir ni decir nada, en caso de una eventual detención y proceso, no podría actuar como testigo. Cuando el jefe le fue a preguntar por los 10 millones, llevó consigo a su abogada, que conocía el lenguaje de las señales de los sordomudos.

El jefe pregunto al contador:

–¿Dónde están los 10 millones que te llevaste?

La abogada, usando el lenguaje de las señales, le hizo llegar la pregunta al contador, que a su vez respondió con señales:

–Yo no sé de qué están hablando.La abogada lo tradujo para el jefe:

–El dice que no sabe de que le hablamos. El mafioso sacó un pistola calibre 45 y apuntó a la cabeza del contador,gritando:

–¡Pregúntale de nuevo!

La abogada, por señales, le dijo:–Él te va a matar si no le cuentas dónde está el dinero.

El contador respondió con señales:

–Ok, ustedes ganaron. El dinero está en una valija marrón de cuero,que está enterrada en el jardín de la casa de mi primo Enzo, en el Nº 400 de la calle 26.

El mafioso le preguntó a la abogada:

–¿Qué dice?

La abogada respondió:

–Dice que no tiene miedo de morir y que usted es un pobre hijueputa que no es lo suficientemente hombre para apretar el gatillo…

ASI SON LOS ABOGADOS …

EDGAR, te olvidaste otra vez!

De que, Alejandra?

Hoy cumplimos 5 años de casados!

Pe… pe… pero querida, cómo me voy a olvidar de eso?

Quiero que me lleves a cenar, a ver un buen espectáculo y a bailar.

Justamente eso era lo que tenia planeado!

Bueno, quiero que me lleves a Fase 2

Queeee? ?Estás loca? !Eso es un night club !

Edgar! !Quiero que me lleves ahí y punto!

Y fueron…Apenas llegaron, el valet parking dijo:

Buenas, cómo le va caballero? !Que bueno verlo otra vez!

La mujer salto sorprendida:

Que dice este? Que qué bueno verte otra vez?. Has venido antes?

Yo? ?Pero estas loca? ?A este night club? Les dicen a todos lo mismo.

Estos lugares son así

Llegaron con el portero:

Señor Murillo… ! Que gusto!

Te dijo Señor Murillo…! Te conoce!

Ehhh?… Y como no me va a conocer, si este tipo trabaja en el edificio de mi

Oficina. Es el electricista del edificio.

Ya adentro, los recibió Alex, el gerente:
Como esta Licenciado Murillo! La mejor mesa, como siempre, verdad?.
Este también es electricista en tu oficina Edgar? !Te voy a matar!
No…no, este señor me conoce porque es el que me vendió la Ford
Explorer que te compré.
Edgar, me estás…
En ese momento apareció la vendedora de cigarrillos:

-Mi Reeeeeeeeyy! Te doy tu tabaco Cohíba? …
La cigarrera se puso el habano entre los pechos:
-Méteme la manita, mi amor, y saca tu habanito!
Alejandra estaba a punto de matar a su marido cuando se apagaron las luces.Edgar y su mujer se sentaron y empezó el espectáculo.
Apareció una mujer súper sensacional que empezó a hacer un
strip-tease.
Cuando se quedó solo en tanguita se acerco a la mesa de Edgar y,
cariñosísima, le preguntó a toda la concurrencia:
-Y ahora, quien me va a sacar la tanguita?
Todos los presentes gritaron a coro:
Se vive, se siente, Edgar con los dientes!
Se vive, se siente, Edgar con los dientes!

Alejandra no aguantó más. Salió corriendo y se metió en un taxi.
Edgar la siguió dentro del vehículo. La mujer empezó a pegarle y
trató de arrojarlo fuera.
-Eres el hijueputa mas grande de toda la historia!
Alejandra se sacó un zapato histérica y comenzó a pegarle en la
cabeza y a gritarle groserías.
En esas el taxista se dio la vuelta y dijo:
Mire que hemos llevado putas locas Don Edgar…! Pero como esta?
Ninguna!

EL PENE PIDE AUMENTO DE SUELDO.

YO EL PENE, PIDO AUMENTO DE SALARIO POR LAS SIGUIENTES RAZONES:

A.. ejecuto trabajo físico.

B.. trabajo a grandes profundidades.

C.. trabajo de cabeza.

D.. no gozo de descanso semanal, ni días festivos.

E.. trabajo en un local extremadamente húmedo, oscuro y sin ventilación.

F.. no me pagan horas extras ni nocturnidad.

G.. trabajo a altas temperaturas.

H… trabajo expuesto a enfermedades contagiosas.

RESPUESTA DE LA ADMINISTRACIÓN:

Después de lo planteado por el solicitante y considerando los argumentos expuestos, la administración rechaza las exigencias del mismo por las siguientes razones:

1.- no trabaja 8 horas consecutivas.

2.- se duerme en el puesto de trabajo después de una actividad laboral.

3.- no siempre responde a las exigencias de la jefatura.

4.- no siempre es fiel a su puesto de trabajo, se mete en otros departamentos.

5.- descansa mucho, antes de tiempo.

6.- no tiene iniciativa para que trabaje hay que estimularlo y presionarlo.

7.- descuida la limpieza y el orden del lugar al terminar la jornada de trabajo.

8.- no siempre cumple con las reglas de uso de los medios de protección e higiene del trabajo.

9.- no espera a la jubilación para retirarse.

10.- no le gusta doblar turnos.

11.- a veces se retira de su puesto de trabajo cuando aun tiene faena pendiente.

12.- y por si fuera poco se le ve entrar y salir constantemente del puesto de trabajo con dos bolsas sospechosas.

clip_image004

clip_image006clip_image008

clip_image010

Mundo al día, todos los viernes para hacer mejor tu fin de semana