Política energética en manos de un trío de incapaces

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Larga espera. Cientos de vehículos forman filas en algunos surtidores para abastecerse de diésel.*

 



Existen disposiciones gubernamentales que con toda facilidad y con sobrados méritos podrían ser incluidos en el famoso espacio de “Aunque usted no lo crea” de Ripley. Una de esas está aún en la “congeladora” de la Superintendencia de Hidrocarburos porque sencillamente es para no creer.

Los argumentos que ha esgrimido el gobierno para justificar la escasez, o inexistencia, de carburantes llegan hasta a ser grotescos por lo torpes hasta lo inverosímil. En principio atribuyó la falta de gas licuado, diesel y gasolina a un atentado contra un gasoducto perpetrado por quien sabe quienes hace dos meses. Luego salió del paso indicando que la escasez de gas licuado se debía a que la población estaba usando más este combustible para hacer las tradicionales masitas de Todos los Santos.

Pero eso no es todo. Al parecer el Superintendente de Hidrocarburos, Guillermo Aruquipa está decidido a tomar el toro por las astas y está aguzando su imaginación para solucionar el problema del desabastecimiento. Ciertamente una loable actitud si es que no tuviéramos la fundada sospecha de que el remedio resultará peor que la enfermedad.

Sucede que el pasado jueves llegó a la unidad de comunicación de la Superintendencia a cargo de Iván Canelas Jr. una instrucción proveniente del propio Aruquipa para que difunda una información a la población en la que se indica que durante el mes de noviembre se procederá a un empadronamiento de usuarios para poder adquirir GLP.

El procedimiento sería el siguiente. Todas las familias deberán inscribirse para poder tener un carnet que les posibilitará adquirir una garrafa de GLP al mes. De no hacerlo sencillamente no podrán acceder a este combustible.

La magnitud del despropósito era tan grande y evidente que el junior optó por consultar con su progenitor, el portavoz presidencial quien le dijo que no difundiera nada hasta que el tema fuera conocido por el presidente Evo Morales.

Pues bien. No es la primera vez que Aruquipa pretende aplicar este tipo de imaginativas medidas. Anteriormente quiso que los propietarios, al momento de adquirir gasolina, dejaran todos sus datos, como domicilio, número de carnet de identidad y otros entre los que solo faltaría la preferencia deportiva.

Es claro que el actual gobierno no se caracteriza por su eficiencia en la gestión pero si de incapacidad se trata el trío Santos Ramirez (presidente de YPFB), Guillermo Aruquipa (Superintendente de Hidrocarburos) y Saúl Avalos (Ministro de Hidrocarburos) definitivamente se llevan la flor. El primero un neófito en materia de hidrocarburos, el segundo  mandadero y hombre de confianza  de don Santos y el tercero un comerciante que vendía servicios de seguridad (guardaespaldas). Con estos "expertos" del rubro energético, los bolivianos tendremos que prepararnos para el retorno a la leña, el carbón y las carretas. (Zoe)

* foto El Deber