Salvemos la democracia

SUSANA Susana Seleme Antelo

Salvémosla en un solo haz de voluntades, sin más interés que ese: salvarla como propone el Encuentro Nacional convocado para hoy. No es para crear un frente político, ni para buscar un candidato que le haga frente a Evo Morales en las elecciones de diciembre 2009.

Es un encuentro para que la sociedad civil en todas sus expresiones y la sociedad política de hoy y de ayer, tome conciencia de que salvar la democracia es exigir elecciones limpias con un limpio padrón electoral. Esa conciencia colectiva tendría que determinar luego las acciones de esta imperiosa tarea: salvar Bolivia del instinto autoritario-populista-prorroguista del MAS, que echa mano de un etno nacionalismo marcado, como todos los de su especie, por la intolerancia y los horrores del odio y los rencores.



No me presto a dilucidar qué tipo de democracia hay que salvar, como pretenderían oficialistas y oficiosos adictos al gobierno masita, reivindicando la democracia participativa y la inclusión indígena actual. Nada contra ellas, pero no a expensas de la democracia representativa y las instituciones del Estado de Derecho, las libertades y garantías ciudadanas, en detrimento del respeto a la pluralidad política, étnica, económica y cultural.

Más allá de definiciones y de tareas pendientes que aun tiene, la democracia corre el peligro de ser erradicada bajo el impulso voluntarista de quienes se creen la reencarnación jacobina de Robespierre. A falta de guillotina para sus adversarios como en la Revolución Francesa, Morales, García Linera y sus hombres están guillotinando la democracia y deja aterradas las conciencias demócratas y libres.

La guillotinan cuando atacan al primer poder del Estado, el Legislativo, con cercos de masas adoctrinadas para propinarle zarpasos, y cuando menoscaban al ya disminuido poder judicial y a sus profesionales. Y la vuelven a guillotinar cuando convierten a la Corte Nacional Electoral en triste apéndice del Ejecutivo y en artífice de su tramposa reproducción política, a pesar de las probadas denuncias de unas elecciones y padrón fraudulentos.

Quieren imponer su reproducción del poder a partir de una Ley Electoral Transitoria que desconoce el valor democrático de un “ciudadano un voto”, merced a una sobrerepresentación indígena a partir de las nuevas circunscripciones especiales, inequitativas a la hora de tomar en cuenta las minorías indígenas del Oriente, subordinadas a las mayorías quechua-aymaras. Por eso la ley privilegia el espacio rural, sobre todo en el Occidente, con 34.5 % de población, a costa del espacio urbano nacional, que alcanza 65,5%. Según un serio estudio de la politóloga Jimena Costa, esa aberración incidirá en una desproporcionada representación de escaños en la Asamblea Legislativa Plurinacional: la población urbana del país con más de dos tercios tendría sólo 35.7 % de escaños, y población rural con sólo un tercio, gozaría de 64.3% escaños. De ahí las severas modificaciones propuestas por la oposición en el Senado, en aras a un reconocimiento justo a la realidad poblacional y política del país.

El encuentro de hoy estuvo precedido por la multitudinaria marcha del pasado viernes, convocada por mujeres y hombres cívicos, cuando Santa Cruz pidió democracia, unidad, libertad, justicia y no más fraudes. Salvar la democracia hoy, es exigir elecciones y padrón limpios, libres de manos manchadas con la corrupción electoral.