Entre padrón y patrón

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El tema del padrón electoral lo dice todo, muestra como se maneja el poder sin límites, sin medida y siempre con ventajas a su favor.

El vicepresidente Alvaro García, aunque mal le traiga que lo critiquemos, volvió a hacer con este tema otra presentación estelar. Con poses de dueño de tierras y haciendas con el cuello ensoberbecido por el poder dijo con dureza y autoritarismo: “Habrán elecciones si o sí el próximo 6 de diciembre”, lo que en buen castellano y a buenos entendedores significó que sin padrón o con padrón, indistintamente, se realizarán las elecciones destinadas a conseguir la reelección de Evo Morales, su persona y los ejecutantes y ejecutivos encargados de adueñarse del inutil paraíso del poder.



Nada es más importante, esencial ni estructural para los actuales miembros del Ejecutivo que preservar el poder, así lo tengan que hurtar, desvirtuar o arrancar con mañas, dientes y uñas.

La reinscripción de ciudadanos en un nuevo padrón electoral es un requisito más que importante para mostrar transparencia, para mostrarse como un gobierno que respeta tratos, que se interesa por la credibilidad con la que puede contar y que hace de la credibilidad y transparencia su arma fundamental para habilitarse, para plantearse como un gobierno propiamente elegido y no como un gobierno que se quede a fuerza de imposiciones, persecuciones, violencia y autoritarismo.

Pero el gobierno parece haber elegido a ojos cerrados el camino de la imposición, del fanático culto a sí mismos, de la coartación de derechos y libertades que es la plataforma más rápida pero también la más fétida y pantanosa cuando se trata de preservar una buena imagen pública, de preservar la ética y probidad que deben demostrar quienes ejercen actos de gobierno.

Nos preocupa enormemente que el gobierno de Bolivia siga mal usando la fuerza con prácticas demagógicas, clientelares y de imposición radical y violenta a fin de sostenerse indefinidamente en el  poder.

Nada comparable con el buen hacer, con la disposición a dejar un espacio a la libertad de elegir que deben tener los pueblos para labrar su destino. Todo lo que es impuesto no sólo genera resistencia y violencia sino que envenena el alma, enrarece el clima social y definitivamente no siembra más que cizaña que mata el trigo y que nos priva del buen pan que es el alimento indicado para fortalecer el cuerpo y el alma de los pueblos.

Los pueblos deben ser gobernados no dominados, por eso es que nos parece una muy mala idea cambiar el padrón electoral por la supervivencia del patrón sin elección.

"Por eso digo que la libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos, y digo también que por la libertad se debe aventurar la vida, y por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres".

Los montes se nublaron a lo lejos mientras ellos volvían a emprender el camino (Texto extraido del Quijote de la Mancha).

Esperemos que esta humilde opinión no siga haciéndome acreedora de la lluvia de persecuciones políticas de la que estoy siendo objeto. Todo vaya sin embargo a cuenta de nuestra libertad que bien merece que una postergue su tranquilidad y hasta ponga en riesgo su vida.