¡Qué hipócritas!


SUSANA Susana Seleme Antelo* en El Deber 3-07-09

Habría que derogar las hipocresías para conservar la salud de la democracia en América Latina, desvirtuada con el libreto ‘chavista’, convertido en plaga. A título de “democracia participativa”, como si los representantes en el Poder Legislativo -el primer poder del Estado- no fueran electos con la participación de personas-pueblo que votaron por ellos para que los representen, Chávez se inventó los referéndums.

El objetivo de naturaleza democrática –el libre voto ciudadano- se transformó en instrumento de poder para reformar constituciones con el fin de reelecciones presidenciales, algunas sin fecha en el calendario.



El experimento dio resultado, con costo de vidas como en Bolivia, en Argentina, Ecuador, Nicaragua y Venezuela, desde luego, pero falló en Honduras. Allí, es censurable la intervención militar que merece repudio pleno, sin duda. Pero antes de lanzar la condena que hoy pesa sobre el nuevo gobierno hondureño, nadie tomó en cuenta los antecedentes que condujeron a la complejidad que hoy vive ese país. Más que hipocresías condenatorias, lo sucedido en Honduras merecía un análisis que no se ha hecho, o no quisieron hacer, y si lo hicieron, lo tiraron al basurero de la historia, repleto de desvergüenzas.

En este caso, nadie dijo un ‘pío’ ante la ruptura constitucional que el ex presidente Zelaya, un hombre de derecha seducido por el chavismo, estaba llevando a cabo: la contravención de determinaciones emanadas del Poder Legislativo y del Judicial, enfrentados tiempo atrás con el Ejecutivo por el controvertido referéndum. El conflicto de poderes no es algo que surgió de la moche a la mañana, ni tampoco la disputa con el poder militar, que no forma parte de los poderes del Estado, pero es intrínseco a él. Aquello era un conflicto de poderes.

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Cuando Zelaya habló ente la Organización de Naciones Unidas (ONU) se presentó como un demócrata ‘contando’ el cuento de una simple ‘encuesta’ y ¡le creyeron! Qué vergüenza ante tamaña hipocresía, si lo que buscaba Zelaya, como Chávez, Correa, Morales y Ortega, era su reelección violando normas constitucionales, abusando y desvirtuando el voto en democracia.

Tampoco se inmutaron para condenar al nuevo gobierno -cuyo presidente fue designado guardando las reglas de sucesión constitucional- la abierta intromisión venezolana: gente, recursos y hasta las ánforas, para ir consumando el ‘proyecto bolivariano’ de poder de Hugo Chávez, con un aparato aceitado por sus ‘petrodólares ideológicos’, como dice un periodista español. Sobre ese proyecto de poder de dominación continental, a pesar del impedimento que podría significar el coloso Brasil con Lula, nadie habla. Y sin embrago representa un acecho a la convivencia democrática en esta América, como el acecho que durante décadas denunciábamos contra el imperialismo norteamericano, pues, salvando las distancias y los contenidos, las formas son las mismas: la intervención, por ahora no militar, sino política y económica.

Honduras podría significar un recio golpe al proyecto chavista, que también ha perdido a su aliada argentina, cuyo gobierno ha recibido 70% de rechazo en las elecciones del pasado domingo 28. Sin embargo, la ‘plaga reeleccionaria’ llega hasta la Organización de Estados Americanos (OEA), ya que el Sr. Insulza, que le debe el cargo de su presidencia a Hugo Chávez, ahora va también en busca de su reelección. Hipócritas disfrazados de demócratas.

* Máster en Ciencias Políticas