Esos «delincuentes» demócratas


Convencido de que es infalible el Presidente "siente" que todos aquellos que se atrevan a cuestionar sus acciones, son delincuentes.

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Foto. Los cuatro ex mandatarios que se atrevieron a denunciar los atropellos del presidente Morales.



La formación "intelectual" del presidente Evo Morales podría ser la causa de los recurrentes dislates que lanza de manera inmisericorde y a quemarropa, aprovechando el poder que dispone y al cual no le está dando precisamente un buen uso.

Cuando Evo dice que “siente” o “entiende” algo, la experiencia enseña que hay que ponerse a temblar; es que tiene lista alguna barrabasada de marca mayor. Naturalmente no se le puede exigir que haga un buen uso del idioma o que escoja de una manera más racional o lógica los términos que utiliza. Antes de que eso ocurra, el olmo dará peras.

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Sin embargo decir que “entiende” que tres ex presidentes y un ex vicepresidente de la República, son “delincuentes confesos” sobrepasa todos los límites e incursiona en el terreno de la más absoluta irracionalidad ya que lanzar una afirmación de este tipo constituye no solo una afrenta a la Justicia (los condena de antemano) sino contra los aludidos y contra la propia dignidad nacional. Resulta que los bolivianos tenemos la costumbre de elegir delincuentes para que nos gobiernen.

Lo que ocurre es que Evo Morales quiere que todos se sometan sin chistar a sus designios por oscuros que sean estos. En su estrecho criterio considera que todos aquellos que se atrevan a cuestionar, mínimamente sus deseos, son delincuentes. Ya era más que evidente: Evo, con la ayuda de su corte de adulones ha desarrollado la convicción de que es infalible a la par que ha perdido la capacidad de la ecuanimidad y se aleja cada vez más de la realidad.

Dice que él fue acusado pero que se defendió sin cuestionar a los jueces “neoliberales” y que les ganó todos los juicios. Ocurre que el nunca fue juzgado y solo existió un intento de desafuero que no llegó más allá de la suspensión temporal de su mandato como diputado. Y fue acusado no por los interminables y salvajes bloqueos de semanas y meses que causaron estragos en la economía  nacional, sino a causa de la violencia promovida por él en el Chapare que derivó en los asesinatos de varios miembros de la Policía y de las Fuerzas Armadas, entre ellos los esposos Andrade, a manos de los cocaleros en el ámbito de la lucha antidroga.

Sin embargo, el muy “neoliberal “ Tribunal Constitucional decidió su reincorporación al Congreso y el pago de todos sus salarios. En una actitud típicamente oligárquica, el gobierno de ese entonces respetó la decisión judicial y en ningún momento se le habría ocurrido desestabilizar al Tribunal acusando a sus miembros de estar vendidos a los cocaleros. Es que los gobiernos anteriores cometieron el "error" de respetar la independencia de poderes y así la gente como Evo ganaba todos los juicios.

Se dice que una persona es amo de las palabras que calla y esclavo de las que pronuncia. Morales a cada paso se vende a si mismo y delata sus intenciones pero no le importa. Finalmente el tiene, por el momento, la sartén por el mango y puede decir y hacer lo que le venga en gana.

Es más, como era previsible, en lo que sí constituye toda una declaración de principios, supone que todos aquellos que en alguna oportunidad pudieron haberse puesto en su contra, deben ser sometidos a la justicia. Aquí no se trata de si cometieron o no delitos; el que no hayan comprendido que él era un predestinado ya es más que suficiente.

Es así que dispone quien debe ser juzgado y quien no. De ahí a determinar quien debe ser condenado o quien no, solo hay un paso, pues para eso designó "personalmente" a los magistrados de todas las instancias superiores de la Justicia. Dentro de su particular criterio Evo solo libra de su furia inquisidora a Eduardo Rodríguez Veltzé y a Víctor Paz Estenssoro. El último caso puede resultar comprensible. No se debe olvidar que Evo Morales fue candidato a diputado por el MNR y que en el gobierno de Víctor Paz Estenssoro negoció la Ley antidroga 1008 luego de lo cual sus expectativas políticas y económicas crecieron en proporción geométrica.

Lo que si queda claro es que para Evo Morales la justicia es un mecanismo que utiliza y utilizará sin escrúpulo alguno para ajustar cuentas con sus adversarios políticos y hasta con algunos miembros de sus huestes que cometan el desatino de salirse de la línea oficial. Es así como el presidente "siente" que debe ser y funcionar el sistema judicial en el nuevo "Estado Plurinacional".