Explica y se complica

Algún asesor palaciego se solaza viéndolo hacer el ridículo. Ahora resulta que al Presidente se le había ocurrido “revisar” la historia y concluyó que el lema de “patria o muerte”, que ha impuesto a las Fuerzas Armadas con la complicidad del Alto Mando, se remonta, nada más y nada menos, que a la época del Imperio Romano.

image El nuevo lema que el presidente Morales impuso a las Fuerzas Armadas

Cuando Evo, mal aconsejado por algún adulón de su entorno, quiere aparentar ser un letrado realmente «la pela». Cuando se muestra en toda su simplicidad es evidente que obtiene mejores resultados. Realmente no logramos imaginarlo investigando la historia, una tarea que a las claras no es su fuerte.



Para justificar su imposición a las Fuerzas Armadas, durante su discurso en ocasión del aniversario del Colegio Militar acudió a una serie de citas a cual más burda además de agarrada de los pelos, mostrando una preocupante inclinación necrofágica.

Recordó que el prócer norteamericano Patrick Henry dijo “dadme la libertad o dadme la muerte”. Hasta ahí correcto; sin embargo durante su “revisión” no llegó a percatarse que el mismo Henry dijo que «La Constitución no es un instrumento para que el gobierno controle al pueblo, es un instrumento para que el pueblo controle al gobierno, para que no venga a dominar nuestras vidas e intereses”. Es decir exactamente lo contrario de lo que Evo pretende hacer en Bolivia en su concepción autoritaria.

No se quedó ahí. Ante una asombrada concurrencia hizo un curioso aporte al ideario de la Revolución Francesa. Sostuvo que el lema enarbolado por los revolucionarios franceses fue: “Libertad, igualdad y fraternidad”, lo cual es correcto, pero no lo es su agregado “…o muerte” que quien sabe lo habría sacado en su entusiasmo revisionista e investigativo.

Pero el paseo por los ámbitos de lo absurdo guiados por Evo continuó hasta los bordes del agotamiento y la perplejidad. Dijo que había revisado “atentamente” la letra del Himno Nacional y acudiendo a los versos “Si extranjero poder algún día, Sojuzgar a Bolivia intentare, A destino fatal se prepare”, concluyó que estos eran “antimperialistas”, una curiosa interpretación que seguramente hubiera dejado intranquilo y perplejo al autor José Ignacio Sanjinéz.

Es evidente que las alusiones a la muerte, una muerte gloriosa en defensa de la patria es una constante en los himnos nacionales por cuanto fueron escritos para eso; para exaltar un fervor patriótico y en ocasiones hasta patriotero pero de ahí a que se deba tomar sus letras como si fuera el Corán, hay mucho trecho. De ser así, nos la pasaríamos todo el tiempo haciéndonos papilla con nuestros vecinos y con todo aquel que se atreva a mirarnos feo.

No está demás recordar que la exaltación de la muerte es una característica muy marcada en el ideario fascista. El fundador de la Legión Española, José Millan de Astray, replicó con un “viva la muerte” al “viva la inteligencia” que lanzó el filósofo Miguel de Unamuno.

Evo Morales está dando a la muerte una categoría de valor absoluto, de única alternativa frente a todo, lo que muestra una concepción nihilista que se torna preocupante si a esto se agrega el primitivismo que lo caracteriza al juzgar a quienes no comparten su ideología.

Por de pronto se ha podido advertir que los resultados de los primeros intentos del Presidente en materia de “investigación” histórica no son ni esclarecedores y menos, esperanzadores.