En 2009, hubo 348 ataques a periodistas

El gremio celebra su aniversario en un clima de presión. No castigan agresiones a la prensa. Según el observatorio de medios, en 2009 se registraron 348 sucesos violentos en el país contra el gremio. Entendidos ven intenciones de debilitar la libertad de prensa

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El Deber. Deisy Ortiz y Roberto Navia

En septiembre del 2009, al periodista Alberto Ruth, a un camarógrafo y a un chofer de la red Unitel los agredieron con armas de fuego y los despojaron de su cámara filmadora cerca del aeropuerto Viru Viru, mientras cubrían una denuncia de secuestro. Los agresores eran policías.

La historia de Ruth es una muestra de que el oficio del periodismo es uno de los de mayor riesgo en Bolivia. Al ejercer su trabajo los reporteros se exponen a recibir un garrotazo, al disparo verbal de alguna fuente enojada por alguna pregunta incómoda y, en el peor de los casos, a las balas que les pueden quitar la vida.

En el Día del Periodista boliviano, que se celebra hoy, el mismo que fue instituido en 1938, durante el Gobierno del presidente Germán Busch, diversas fuentes del gremio y un medidor de las agresiones a periodistas del que se ocupa el Observatorio Nacional de Medios (Onadem), dan cuenta de que la conflictividad política ha seguido marcando el trabajo periodístico y ha puesto en riesgo la libertad de expresión de los que salen a la calle en busca de noticias.

Según Onadem, durante 2009 hubo 348 sucesos violentos contra los periodistas y medios de comunicación en diferentes puntos del país. Los ataques vinieron principalmente de personas no identificadas, de campesinos, funcionarios del Gobierno y de sectores oficialistas.

La intolerancia, que se traduce en agresiones verbales y físicas, principalmente de parte de los grupos políticos que no admiten la crítica y la fiscalización, es en la coyuntura actual una de las principales dificultades por las que atraviesa el periodista.

Tomando en cuenta que Onadem identifica que del total de los casos de agresión un 38% fueron verbales y un 33% fueron físicos, el director ejecutivo de la Asociación Nacional de la Prensa (ANP), Juan Javier Zeballos, manifiesta que en varios países, entre estos Bolivia, pareciera que se están “haciendo esfuerzos para debilitar la libertad de prensa y, por lo tanto, el trabajo de quienes la ejercen”.

Un comunicado público que difunde hoy la ANP en medios de todo el país señala que “nunca como en este último tiempo, bajo un sistema democrático, el periodismo ha enfrentado tanta incomprensión e intolerancia de quienes pretenden desprestigiarlo para hacerles perder credibilidad.

Estas intenciones han tenido un rechazo rotundo de la ANP desde que vislumbró diversos ataques de diferentes frentes del poder, a tal punto que ha pedido a los órganos Ejecutivo y Legislativo del Gobierno boliviano que se abstengan de promulgar normas que atenten contra la libertad de expresión, la libertad de prensa y de otros derechos establecidos en la Constitución Política del Estado.

Por su parte, Max Tórrez, docente de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, coincide en manifestar que uno de los principales obstáculos que enfrentan los periodistas está referido a los ataques verbales y físicos.

Para Tórrez, contra las agresiones físicas de grupos de choque y de actores sociales es poco lo que se puede hacer, sólo es preciso tomar previsiones para correr los mínimos riesgos. Sin embargo, afirma que “es reprochable e indignante para el gremio cuando la violencia  física viene de los gobernantes, que humillan, hacen reproches y quejas públicas”.

Por su parte, el periodista Germán Casassa, director de diario El Mundo, indica que actualmente la dificultad mayor que tiene el gremio es la censura a la libertad de prensa y hace notar que el sector “no exige libertad de expresión, sino más bien que le permitan satisfacer a la comunidad el derecho a la información”.

Con relación a los casos de agresiones, la periodista Vania Sandoval, de Onadem, cree que en vista de las escasas sanciones y la impunidad de los agresores no se vislumbra a corto plazo una salida para frenar esta situación.
El año pasado la mayoría de las denuncias de ataques a periodistas no prosperaron, incluyendo el ataque policial contra Alberto Ruth y su equipo periodístico.

El año pasado hubo 348 ataques contra la prensa

El periodista Raphael Ramírez (izq.) de La Prensa es humillado por el presidente Evo Morales en diciembre de 2008. - La Prensa Los TiemposEl periodista Raphael Ramírez (izq.) de La Prensa es humillado por el presidente Evo Morales en diciembre de 2008. – La Prensa Los Tiempos

Los Tiempos
En septiembre de 2009, al periodista Alberto Ruth, un camarógrafo y un chofer de Unitel los agredieron con armas de fuego y los despojaron de su cámara cerca del aeropuerto Viru Viru, mientras cubrían una denuncia de secuestro. Los agresores eran policías.

Esta historia es una muestra de que el oficio es uno de los que implica riesgos en Bolivia. Reporteros que al intentar ejercer su trabajo acaban con un garrotazo en la espalda, un disparo verbal de alguna fuente o, en el peor de los casos, con una ráfaga de balas que pudo haberles quitado la vida.

En el Día del Periodista boliviano, que se celebra hoy y que fue instituido en 1938, durante el Gobierno del presidente Germán Busch, diversas fuentes del gremio y un medidor de las agresiones a periodistas del que se ocupa el Observatorio Nacional de Medios (Onadem), dan cuenta de que la conflictividad política ha seguido marcando negativamente el trabajo periodístico y ha puesto en riesgo la libertad de expresión y la integridad física de los que salen a la calle en busca de noticias.

Según Onadem, durante 2009 hubo 348 sucesos violentos contra los periodistas y medios de comunicación en diferentes puntos del país. Los ataques vinieron principalmente de personas no identificadas, de campesinos, funcionarios del Gobierno y de sectores oficialistas.

La intolerancia, que se traduce en agresiones verbales y físicas, principalmente de parte de los grupos políticos que no admiten la crítica y la fiscalización, es, en la coyuntura actual, una de las principales dificultades por las que atraviesa el periodista.

Partiendo de que Onadem identifica que del total de los casos de agresión, el 38 por ciento fueron verbales y el 33 por ciento físicos, el director ejecutivo de la Asociación Nacional de la Prensa (ANP), Juan Javier Zeballos, manifiesta que en varios países, entre estos Bolivia, pareciera que se están “haciendo esfuerzos para debilitar la libertad de prensa y, por lo tanto, el trabajo de quienes la ejercen”.

Un comunicado público que difunde hoy la ANP señala que “nunca como en este último tiempo, bajo un sistema democrático, el periodismo ha enfrentado tanta incomprensión e intolerancia de quienes pretenden desprestigiarlo para hacerles perder credibilidad.

Estas intenciones han tenido un rechazo rotundo de la ANP desde que vislumbraron diversos ataques de diferentes frentes del poder, a tal punto que ha pedido a los órganos Ejecutivo y Legislativo del Gobierno boliviano que se abstengan de promulgar normas que atenten contra la libertad de expresión, la libertad de prensa y de otros derechos establecidos en la Constitución Política del Estado.

Por su parte, Max Tórrez, docente de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, coincide en manifestar que uno de los obstáculos que enfrentan los periodistas son los ataques verbales y físicos.

Para Tórrez, contra las agresiones físicas de grupos de choque y de actores sociales es poco lo que se puede hacer, sólo es preciso tomar previsiones para correr los mínimos riesgos. Sin embargo, afirma que “es reprochable e indignante para el gremio cuando la violencia  física viene de los gobernantes, que humillan, hacen reproches y quejas públicas”.

Por su parte, el periodista Germán Casassa, indica que, actualmente, la dificultad mayor que tiene el gremio es la censura a la libertad de prensa y hace notar que el sector “no exige libertad de expresión, sino más bien que le permitan satisfacer a la comunidad el derecho a la información”.

Con relación a los casos de agresiones, la periodista Vania Sandoval, de Onadem, cree que en vista de las escasas sanciones y la impunidad de los agresores no se vislumbra a corto plazo una salida para frenar esta situación. El año pasado, la mayoría de las denuncias de ataques a periodistas no prosperaron, incluyendo las agresiones a Alberto Ruth y su equipo periodístico.

Incomoda al poder

• Los analistas dicen que los periodistas son una incomodidad para el poder, pero también una necesidad para la sociedad civil.

La credibilidad es su fortaleza y la falta de tiempo, su preocupación
El Deber. Periodismo. El reportero que todos los días camina la ciudad en busca de noticias se tomó un momento para ver qué atributos y debilidades envuelven el oficio

El periodista boliviano no piensa dos veces cuando tiene que responder sobre cuál cree que es su principal fortaleza: la credibilidad, apuntan los reporteros consultados por EL DEBER. Pero ellos también coincidieron sobre cuáles debilidades creen que les impiden desarrollarse mejor en el oficio: la falta de tiempo para leer y dedicarse a la familia, señalaron.

El periodista Wilson Guzmán resaltó la credibilidad como uno de los principales patrimonios que tiene el reportero. Entre las debilidades, señaló que la falta de formación originada por diversos factores, entre ellos, por el reducido tiempo que queda a causa de las largas jornadas de trabajo, pesa a la hora de imprimir más calidad al trabajo.  

Daniel Castro, presidente de la Asociación de Periodistas de Santa Cruz, dice que está orgulloso de la vocación por la búsqueda de la verdad que demuestran a diario los periodistas y que ello, en una época de crisis como la que actualmente sufre el gremio, el periodismo sigue siendo creíble porque hasta los que lo critican lo necesitan para encontrar la verdad. 

Pero no todos están yendo por el mismo tren, lamenta Castro. “Hay colegas que desconocen el valor de la búsqueda de la verdad y se parcializan a favor del poder político o económico”.

El periodista Benito Espíndola manifestó que para de-sempeñar esta labor se debe conocer la profesión, tener pasión por el trabajo, capacidad de autocrítica, pero principalmente tener una formación ética. 

Alejandra Murakami, también periodista, realza la responsabilidad y capacidad que tiene el trabajador de la prensa para llegar a la gente y transmitirle la problemática del país, situación que lo convierte en un referente serio y creíble. “Esa confianza que nos tienen hay que saberla aprovechar”, señaló Murakami, quien también hizo una autocrítica del gremio.

Cree que no todos los periodistas están comprometidos con su labor. Hay veces en las que la parcialidad sobre alguien o algo es tan evidente que se nota que el profesionalismo queda a un lado”, lamentó.
Henrry Ugarte, también periodista, señala a la capacidad, objetividad y responsabilidad como los tres requisitos básicos para ejercer el oficio, esto enmarcado en la ética y el compromiso con la sociedad.

El periodista Berthy Vaca  dijo que quien ejerce esta labor debe combinar su capacidad con la ética para desarrollar su tarea y debe escuchar a los actores de la noticia despojándose de preferencias con el fin de que la nota o crónica refleje la esencia del hecho.

Tuffi Aré recibirá la medalla Huáscar Cajías
El periodista Tuffí Aré, jefe de redacción de EL DEBER, recibirá esta noche en la sede de Gobierno la medalla Huáscar Cajías a las nuevas generaciones de periodistas, un reconocimiento de la Asociación de Periodistas de La Paz (APLP).

La entrega de esta distinción se realizará con motivo de la celebración del Día del Periodista boliviano, oportunidad en la que la APLP también homenajeará con las medallas ‘Franz Tamayo’ a la producción intelectual y cultural, al periodista Rolando Carvajal Vargas; ‘Daniel Sánchez Bustamante’ a la formación de nuevos profesionales al comunicador social Carlos Arroyo Goncalves; la ‘Bautista Saavedra’, a la defensa de los intereses públicos, a la periodista Miriam Jemio Flores. Además de ello, Juan José Toro, periodista potosino y director de El Potosí, recibirá el Primer Premio del segundo Concurso sobre Historia del Periodismo auspiciado por la APLP y la Alcaldía Municipal de la sede de Gobierno.

El oficio en el mundo  

– Reporteros Sin Fronteras (RSF) señala que en lo que va de este año han muerto en el mundo nueve periodistas, mientras que 165 han sido encarcelados.
– Esta institución también señala que al menos 120 personas han sido detenidas por informar a través de Internet, que se ha convertido en un medio cada día más vigilado por las autoridades en países como Irán, Rusia o Cuba.
– El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) recuerda que el 90 por ciento de estos asesinatos quedan impunes. La falta de voluntad política, la autocensura o el miedo a las represalias de mafias o grupos extremistas son las causas más comunes para no investigarlos.

«Periodistas deben dar credibilidad”
David Dadge / Expto. en libertad de Prensa
-¿Hasta qué punto es vital el derecho a la información?
-Tener información te permite tomar decisiones sobre el mundo en el que vives. Te permite elegir, votar por un partido político concreto, valorar si tu sistema educativo es bueno, o tu Policía. Y los gobiernos temen dar este tipo de información, pero es vital para los ciudadanos.
-¿Cree que los periodistas que trabajan en países donde no hay libertad de prensa son más combativos?
-El papel del periodista es más duro en países como Zimbabue o Rusia, porque hay más peligro. Los temores también son mayores. Pero los periodistas de España o de cualquier otro país de Europa occidental o de EEUU también hacen un fantástico papel.
-¿Es diferente el papel del periodista de hoy con respecto al que se hacía hace 50 años?
– Hoy es mucho más duro. En algunos medios el mismo redactor escribe los textos, toma las fotografías y realiza dos versiones de la misma información.

Fuente: Ine.esnoticias