Bonos, narcotráfico y lavado de dólares


image

Índice de los Editoriales de Periódicos

  1. El Día: Un país aburrido

  2. Bajo el Penoco, El Día: Cheques y chanchos

  3. Los Tiempos: BICENTENARIOS QUE SEPARAN EN VEZ DE UNIR

  4. El Deber: Cárceles: bomba de tiempo

  5. La Razón: Evo en la ONU

  6. Cambio: Expocruz del Bicentenario

  7. La Prensa: Las cárceles, una bomba de tiempo

  8. El Diario: Bonos, narcotráfico y lavado de dólares

  9. El Mundo: Un paraíso

  10. Opinión: Tenemos dinero pero seguimos siendo pobres

  11. Clarín, Argentina: Con más muertes en el tránsito


El Día: Un país aburrido

Evo Morales comienza a sentirse solo en el poder y se aburre. Tan aburrido está que ni siquiera se preocupa en buscar algún tema novedoso para exponer ante la Asamblea de las Naciones Unidas y repite viejos estribillos, como si estuviera hablando en algún pueblo olvidado de Bolivia. El aburrimiento del Presidente le hace perder la paciencia incluso con los más leales de su régimen. El otro día les dijo a los campesinos de La Paz que le hacen perder el tiempo y que están perjudicando a su Gobierno; después les tocó el turno a los asambleístas de Pando a los que llamó “levantamanos de segunda” y por último, ha tildado de “ladrones” a los alcaldes que recibieron de mucho agrado los cheques venezolanos, sabiendo que podían disponer con gran libertad de esos recursos, porque era plata “de arriba”, una suerte de “bono de lealtad”, que no estaba sujeto a control ni fiscalización.



Aburrido completamente, Evo Morales, ni siquiera quiso participar en los festejos del Bicentenario de Santa Cruz, departamento que ha estado visitando casi a diario en los últimos meses y donde recientemente ha recibido las suficientes muestras de sumisión que seguramente aburrirían a cualquiera. Los mensajes del 24 de septiembre, llamando a la unidad de los cruceños, es como para tranquilizar al Presidente, pues en el fondo, lo que se está pidiendo es que la región se una en torno a la genuflexión expresada por líderes políticos y empresariales.

A Evo también le aburre la economía boliviana. Falta gas para producir cemento, falta maíz, sube el precio de la carne, bajan las remesas y la gente no se queja porque sigue habiendo abundante plata circulando en las calles. “Es el narcotráfico”, dicen algunas organizaciones especializadas en análisis económico y el Gobierno no tiene problemas en reconocer que es verdad que las drogas inciden en el equilibrio económico del país. Y cómo no se van a aburrir los que manejan la economía boliviana, si los precios de los minerales continúan subiendo, las reservas del Banco Central crecen y en Expocruz, una sola empresa dice haber vendido 42 automóviles último modelo. La que aburre es la Fundación Jubileo que no para de machacar que seis de cada diez bolivianos son pobres y que en materia de lucha contra la pobreza no se ha avanzado casi nada. Sobre todo, al presidente Morales le fastidia de sobremanera escuchar a través de los medios de comunicación críticas a su gestión, cuando el clima social del país está como para aburrir al más irritable. El régimen hace todo lo posible por avivar las cosas con una ley antirracista, con una propuesta de control de los medios, acarreando viejos dinosaurios adenistas, pero nada. Ni siquiera las recientes declaraciones del comandante Fidel sepultando lo último que quedaba del modelo cubano (el discurso), provocaron alguna señal que inspire salir del tedio imperante.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Tal vez la monotonía lo llevó al Presidente a adelantar con cuatro años de anticipación su intención de volver a ser candidato. No sospechaba que en el país hay algunos que también se están cansando de tanto abuso de poder y que han cobrado conciencia de que pueden surgir como alternativa política. Evo Morales comienza a inquietarse y cambiar el aburrimiento por una preocupación que no ha conseguido disimular.

Tal vez la monotonía lo llevó al Presidente a adelantar con cuatro años de anticipación su intención de volver a ser candidato.

Ir al Indice

Bajo el Penoco, El Día: Cheques y chanchos

Evo Morales ha llamado “ladrones” a algunos alcaldes del país que recibieron cheques venezolanos de sus propias manos y se los farrearon. ¿Y él qué pensaba? Hasta el más “pintau” resbala cuando no tiene control ni fiscalización. La culpa no la tienen los alcaldes. Pícaros siempre han existido y habrá por los siglos de los siglos. Lo que es intolerable, y siempre se lo dijo, es que esa plata sea manejada como mixtura de carnaval y el Presidente ande por el país haciendo “chichisco” con el dinero que algún día habrá que devolverle a Venezuela, plata que no va a salir de los bolsillos ni de Evo Morales ni de los “alcaldes ladrones”, sino de los opas de siempre que pagan sus impuestos porque creen que acá hay un Estado responsable. El jefazo ahora viene con el cuento de que seguirá entregando los cheques, pero que lo hará en presencia de testigos, de dirigentes de la sociedad, para que luego les pidan cuentas a los alcaldes. Ese no es un acto de candidez ni de ingenuidad del Presidente. Engordar un chancho es ser cómplice de la grasa. Cuando entregue el próximo cheque Evo Morales debería pensar en eso.

Ir al Indice

Los Tiempos: BICENTENARIOS QUE SEPARAN EN VEZ DE UNIR

Los énfasis particularistas de tantos bicentenarios impiden ver que el pasado nos une más que nos separa. Y al hacerlo, se separa también nuestro futuro

Durante el año que transcurre, pero especialmente en el mes de septiembre han abundado los actos conmemorativos del bicentenario del inicio del proceso que condujo a la independencia hispanoamericana. En todos los países, la ocasión ha sido aprovechada para promover una reflexión colectiva sobre las ideas, los intereses, las esperanzas, los sentimientos que inspiraron a los protagonistas de los hechos históricos que sentaron las bases de cada uno de nuestros países.

Entre los que más realce han dado a sus actos conmemorativos, como se ha podido ver por la repercusión que han tenido en los medios de comunicación, se destacan los casos de Argentina, Venezuela, Colombia, y durante los últimos días Chile y México.

En todos ellos, como en Bolivia, lo que se recordó no fue la culminación sino el inicio de un proceso que en unos países fue más largo que otros, pero que en todos tuvo rasgos comunes. Todos fueron motivados por la vacancia en que quedó el trono español, y la necesidad de llenar el vacío con gobiernos locales, generalmente inspirados en la mayor lealtad hacia el rey depuesto por el emperador francés.

A partir de ese elemento en común, en cada país, de acuerdo a sus propias circunstancias, el proceso adquirió características, ritmos y protagonistas propios. Entre el inicio y la culminación del proceso independentista se fueron sentando las bases geográficas e institucionales de cada una de las nacientes repúblicas y son esos rasgos propios, que los distinguen de los demás, los que dan lugar a que cada país haga su propia conmemoración aunque en los hechos se haya tratado de un proceso compartido.

Así se explica que todos los actos conmemorativos de los diferentes bicentenarios se hayan celebrado poniendo especial énfasis en la identidad propia de cada uno de los Estados nacionales, aun a costa de perder de vista la dimensión común de nuestro pasado, lo que a su vez condiciona la manera como nos proyectamos al futuro.

Y si ese énfasis en los particularismos en desmedro de lo que nos es común es el rasgo preponderante de la manera como cada país está haciendo sus propias conmemoraciones, lo que está siendo muy criticado por algunos historiadores, mucho más cuestionable es el caso boliviano, pues aquí hemos llegado a extremos inconcebibles en otras latitudes. Nosotros no sólo que hemos perdido completamente de vista la dimensión universal de un proceso que se inició en lo que hoy es Bolivia, sino que nos solazamos en actos cuya principal intención parece ser exacerbar diferencias y distanciamientos entre ciudades y regiones, lo que es un contrasentido si se considera que todos los acontecimientos que recordamos fueron, más bien, los que sentaron las bases de todo lo que a pesar de todo todavía nos une.

Así, en vez de que la memoria histórica sea un factor cohesionador de la unidad nacional y de la identidad colectiva, se convierte, lastimosamente, en todo lo contrario. Es de esperar que los 15 años que nos separan del bicentenario de la culminación en nuestro país del proceso que se inició hace doscientos años sean suficientes para que nos reconciliemos con nuestra propia historia, pues sólo así podremos también reconciliarnos con nuestro futuro.

Ir al Indice

El Deber: Cárceles: bomba de tiempo

No es novedad, sino algo común en casi todos los países subdesarrollados del mundo, como Bolivia, los males que aquejan a nuestro sistema penitenciario.

A la falta de una adecuada infraestructura carcelaria, así como de los recursos económicos y de un suficiente personal policial para las tareas de vigilancia, control y seguridad en los recintos penales, se agrega el atiborramiento de esos centros de reclusión.

El crecimiento de la población penal en el país tiene dos vertientes: por un lado, el incremento demográfico en las ciudades del eje central (La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz ) y del eje subcentral (Sucre, Oruro, Potosí, Tarija y Cobija) y, por el otro, esos índices de pobreza extrema con desocupación, disgregación de los núcleos familiares y otras deficiencias vectoras de la criminalidad.

De ahí que Santa Cruz, por ejemplo, a causa de los referidos factores, aparezca hoy como la ciudad de mayor población penal a escala nacional. Somos ya una urbe que está pisando los dos millones de habitantes. Naturalmente que los 2.700 reos que hoy se apretujan en la estrecha y congestionada cárcel de Palmasola son el correlato porcentual de tan drástico crecimiento demográfico. Las demás cifras hablan por sí mismas: apenas se dispone allí de 180 policías a cargo de tareas de control y vigilancia; estos roles son de tan poca relevancia que nada ni nadie puede impedir que los internos, desde las celdas y los patios del recinto, dirijan bandas delincuenciales, a veces, en complicidad con algunos policías, que cometen robos y asaltos en diferentes lugares de la capital.

Lo peor vienen a ser las condiciones de existencia que dentro de los centros de reclusión deben padecer los reos, sobre cuya mayoría no pesa sentencia ejecutoriada alguna. Mala alimentación y pésima atención en salud. Muchos padecen tuberculosis y no faltan los que contrajeron el mal del sida. No son pocos, además, los encarcelados que tienen que convivir con su esposa e hijos entre rejas, haciendo malabares para alimentarlos.

Algo habrá que hacer para que nuestro sistema penitenciario supere los males referidos. Un verdadero reto, éste, para el Gobierno nacional. Si no lo asume a plenitud, para el país corre el riesgo de que a plazo mediato explote esta verdadera bomba de tiempo que hoy constituyen las cárceles bolivianas.

Ir al Indice

La Razón: Evo en la ONU

La capacidad discursiva del presidente Evo Morales es evidente. Esto le ha llevado a equivocarse muchas veces, pero también a decir verdades que otros presidentes nunca se atrevieron a exteriorizar por distintos motivos, entre ellos por su compromiso con el sistema capitalista imperante.

Morales es arrojado, qué duda cabe. En no pocas ocasiones, ante los micrófonos de la prensa internacional, pecó de imprudente, pero en otras se mostró punzante y hasta llevó a algunos de sus colegas a replantear su manera de ver el mundo. No cambió en nada para participar en la reciente Asamblea General de la ONU, que reunió en Nueva York a un centenar de mandatarios.

En el marco de su acentuada personalidad, el Presidente se animó a pedir una “profunda revolución” para la ONU. Y, refiriéndose al máximo órgano de decisión de las Naciones Unidas, no se aguantó de decir que “habría que acabar con el Consejo de Seguridad, es un Consejo de inseguridad”. Señaló directamente a los delegados permanentes con derecho a veto, que se restringen a un número de cinco y pertenecen a EEUU, Rusia, China, Reino Unido y Francia. “Eso es autoritarismo, tenemos que empezar a democratizar las Naciones Unidas”, disparó.

Bajo el mismo argumento de la democratización de la ONU, propuso abrir ese espacio a todos los países que, de acuerdo con su criterio, “deberían tener la máxima autoridad cuando se habla de seguridad”.

Sin embargo,  a la hora de plantear un “grito de guerra” a la magna Asamblea, Morales fue traicionado por sus buenas intenciones, que con frecuencia se entrecruzan con una locuacidad a prueba de todo. La idea de que la ONU adoptase el pensamiento “planeta o muerte, venceremos” resulta simbólica y con seguridad no tendrá eco. No porque fuese esencialmente mala, sino porque alude al conocido eslogan “patria o muerte, venceremos” y, se sabe, ninguna alusión al castrismo puede encontrar consenso entre los miembros de las Naciones Unidas.

Por lo demás, Morales concitó de nuevo la atención del planeta. Criticó a Obama, a la DEA, al FMI, al Banco Mundial —al que imaginó contraponer con un “Banco del Sur”— y pidió seguir las recetas económicas de Bolivia. No se refirió a la reivindicación marítima, lo cual hubiese sido deseable porque Bolivia aún no ha demostrado tener una política internacional convincente en este tema.

Ir al Indice

Cambio: Expocruz del Bicentenario

La Feria Exposición de Santa Cruz (Expocruz), que nació hace 44 años como una exposición pecuaria para mostrar el desarrollo cruceño, con el paso del tiempo se convirtió en una de las muestras más importantes de América Latina y se consolidó definitivamente. La vitrina comercial más importante del país, en el año del Bicentenario cruceño, llegó a mover más de 210 millones de dólares y recibió la visita de más de medio millón de personas.

Cobró vida institucional en 1962 en la granja de Palermo para que estudiantes de la Facultad de Medicina y Veterinaria de la Universidad Gabriel René Moreno aprecien los logros en genética animal. Se la denominó Primera Feria Ganadera de Santa Cruz.

En la trigésima quinta versión de este emprendimiento privado —que fue clausurado la noche de ayer— participaron más de 2.200 expositores nacionales (empresas privadas y estatales) y extranjeros; batió todos los récords con la presencia de al menos 22 países de América, Europa y Asia, y superó con amplio margen las cifras de 2009, cuando la rueda de negocios alcanzó 204,8 millones de dólares.

Para el gerente general de la Expocruz, Mario Herrera, "no hay productos ni emprendimientos estrella, todos son estrellas", porque es una feria multisectorial donde el empresario, sea grande, mediano o  pequeño, tiene su lugar y su espacio para ofrecer sus productos y hacer negocios. Sin embargo, resaltan los stands de los sectores pecuario, de servicios y automotriz, entre otros, por su atractiva presentación y la magnífica producción que se manifiesta en la exposición de sus productos adornados siempre con bellas modelos.

Por ejemplo el sector automotriz de maquinaria pesada y agrícola —aunque todavía no se dieron a conocer los datos consolidados—  movió al menos 8 millones de dólares; es decir, se facturó un millón de dólares más que el año pasado.

Otro sector trascendente de ese emprendimiento empresarial fue el pecuario, que hasta hace un par de días había realizado 16 remates y generado más de 1,8 millones de dólares como movimiento efectivo de ganado. Los ganaderos realizaron un gran esfuerzo para llevar a la feria más de mil ejemplares para que se pudiera apreciarlos en concursos y remates realizados desde el primer día del evento. Esta actividad contó con la presencia de productores y comercializadores, además de expertos encargados de explicar las virtudes y características de cada uno de los animales.

Otro sector importante, como es el de la venta de vehículos, hasta el viernes vendió más de 3,5 millones de dólares. Los nuevos modelos de vehículos de las marcas de nivel mundial, como Toyota, Mitsubishi y Nissan, despertaron la admiración de los visitantes. Del mismo modo, en el sector de telecomunicaciones, las compañías telefónicas (Entel, Viva y Tigo) presentaron las innovaciones tecnológicas con espectaculares shows que resaltaron la alta calidad de sus productos y servicios.

El sector agroindustrial también se hizo sentir en la Expocruz-2010 con productos, insumos y equipos. Maquinaria de gran tamaño resaltó a simple vista en el sector de materiales y herramientas para el desarrollo agrícola. Las semillas también fueron objeto de negocio y los presentadores se encargaron de explicar cada una de sus cualidades.

Además, destacó la presencia de la pequeña y microempresa (pyme), que tuvo oportunidad de mostrarse en un nuevo pabellón denominado Emprendedor I y en la Plaza Artesanal, donde tuvieron una fuerte presencia los asociados a la Cámara Departamental de la Pequeña Industria y Artesanía (Cadepia) de Santa Cruz.

Y debido a la gran demanda de las pymes, la administración de la Expocruz tomó la acertada decisión de construir un nuevo pabellón, que se denominará Emprendedor II, en una superficie de 1.200 metros cuadrados, espacio en el que tendrán la posibilidad de aumentar su asistencia en la versión 2011. La creciente presencia de las pymes se expresa en un crecimiento global de la Expocruz. Este año la feria reunió a un total de 2.200 expositores, 100 más que en 2009, cuando llegaron a 2.100.

El éxito de la Expocruz 2010 representa el éxito del país, porque se trata de una muestra de la pujante y sólida economía que se desarrolla en el contexto de su estabilidad macroeconómica, históricas reservas internacionales por casi 9.000 millones de dólares y un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) sostenido —pese a la crisis financiera internacional— en el marco del modelo económico social comunitario productivo en el país que da certidumbre al pueblo, empresarios, inversores y a otros agentes económicos que confían en la Bolivia Plurinacional.

No otra cosa significa que la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco) —despojado de intereses políticos que en cuatro anteriores versiones impidieron la presencia del Jefe de Estado— haya invitado a la apertura de la Exprocruz del Bicentenario al presidente Evo Morales Ayma. Sin embargo, esos sectores radicales de oposición, liderados por el gobernador Rubén Costas, intentaron boicotear la apertura y no asistieron a la inauguración de la más exitosa versión de la feria que naciera hace 44 años.

Además, los cívicos —encabezados por Luis Núñez— enviaron rodilleras a los empresarios "para que no se lastimaran", en alusión a la cercanía empresarial con el Gobierno nacional. No obstante de esas manifestaciones de intolerancia política, los hechos demostraron que cuando la actividad empresarial se desarrolla lejos de perniciosos intereses políticos, los resultados no pueden ser sino exitosos y la Expocruz del Bicentenario así lo ha demostrado.

No obstante de algunas manifestaciones de intolerencia política, los hechos señalan que cuando la actividad empresarial se desarrolla alejada de perniciosos intereses políticos, los resultados no pueden ser sino exitosos y la Expocruz así lo ha demostrado.

Ir al Indice

La Prensa: Las cárceles, una bomba de tiempo

Lo peor son las condiciones de existencia que en las cárceles deben padecer los reos, sobre cuya mayoría no pesa sentencia ejecutoriada alguna.

Los males que aquejan a nuestro sistema penitenciario no son algo extraño, sino una situación muy común en casi todos los países subdesarrollados del mundo, como Bolivia.

A la ausencia de una adecuada infraestructura carcelaria, así como de los recursos económicos, que no permiten ni siquiera cubrir un sistema de alimentación básica y de un suficiente personal policial que realice las tareas de vigilancia, control y seguridad en los recintos penales, se agrega la saturación de los espacios carcelarios debido a la creciente población internada en esos centros de reclusión.

El crecimiento de la población penal en el país tiene dos vertientes: por un lado, el incremento demográfico en las ciudades del eje central (La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz) y del eje subcentral (Sucre, Oruro, Potosí, Tarija y Cobija) y, por el otro, los elevados índices de pobreza extrema con desocupación, disgregación de los núcleos familiares y otras deficiencias propias de un sistema social inadecuado y otras causas vectoras de la criminalidad.

De ahí que capitales de departamentos cuya población supera el millón de habitantes, como Santa Cruz y La Paz, a causa de los referidos factores, sean consideradas hoy como las ciudades de mayor población penal a escala nacional con miles de internos hacinados, cuando en realidad son recintos construidos para una población de no más de 350 internos. Naturalmente que los 2.700 reos que hoy se apretujan en la estrecha y congestionada cárcel de Palmasola, por ejemplo, son el correlato porcentual de tan drástico crecimiento demográfico. Las demás cifras hablan por sí mismas: apenas se dispone allí de 180 policías al cargo de tareas de control y vigilancia; estos roles son de tan poca relevancia que nada ni nadie puede impedir que los internos, desde las celdas y los patios del recinto, dirijan bandas delincuenciales organizadas, a veces en complicidad con algunos agentes policiales, que cometen robos y asaltos en diferentes lugares. El problema es similar en las cárceles de otras ciudades del país, como La Paz, El Alto o Cochabamba.

Lo peor vienen a ser las condiciones de existencia que dentro de los centros de reclusión deben padecer los reos, sobre cuya mayoría no pesa sentencia ejecutoriada alguna. Mala alimentación y pésima atención en salud. Muchos internos padecen tuberculosis y otras enfermedades infectocontagiosas. Naturalmente, no son pocos los casos de internos que han llevado a esos recintos a su esposa e hijos y que hacen malabares para alimentarlos.

Situaciones muy singulares, claro, que nos permiten determinar que las condiciones subhumanas en las que viven las miles de personas internadas en las cárceles bolivianas impiden a los recintos carcelarios cumplir con el objetivo por los cuales han sido creados: la recuperación definitiva de dichos internos para la sociedad.

Algo habrá que hacer para que nuestro sistema penitenciario supere los males referidos. Se trata de un verdadero reto, éste, para el Gobierno nacional. Si no lo asume a plenitud, el país corre el riesgo de que a plazo mediato explote esta verdadera bomba de tiempo que hoy constituyen las cárceles de nuestro país.

Ir al Indice

El Diario: Bonos, narcotráfico y lavado de dólares

Una información procedente de Italia mostró, hace pocos días, cómo operan los narcotraficantes en un mundo organizado como es el europeo: lavan dinero por diferentes métodos; uno de ellos es aprovechar la banca y entidades financieras de todo tipo. Se informó, por ejemplo, que tan sólo un banco recibió depósitos por un total de 371 millones de dólares en la forma menos sospechable y que, aparentemente, nada tenía que ver con lo ilegal, hasta que investigaciones muy severas dieron como resultado que ese monto, junto a muchísimos otros depositados en la banca privada, pertenecen al letal negocio de las drogas.

La empresa del narcotráfico es la más rica, la mejor organizada y la que cuenta con “accionistas o socios” en todos los sitios del mundo porque no hay país que se haya librado, por lo menos en los últimos cincuenta años, de la incursión del narcotráfico que, con seguridad, logra utilidades anuales de miles de millones de dólares.

Para nadie es un secreto que el narcotráfico tiene aliados como son las guerrillas o cuadros irregulares que afectan a varios países; la corrupción que es también mal general; la pobreza y la riqueza extremas en que está dividido el mundo; el contrabando y otros delitos que afectan a buena parte de los países, pero muy especialmente a los pobres y subdesarrollados. Sin embargo de conocerse esta realidad, quienes podrían ponerle freno nada hacen, y son los países ricos y desarrollados.

La demanda cada vez más creciente de drogas, por parte de los países ricos que atribuyen a los productores el mayor consumo, cuando ellos son los más culpables. Alegan los ricos: “la excesiva fabricación de droga es causante del mayor consumo” y la verdad es que la exagerada demanda de todo tipo de alucinógenos ilegales -entre ellos cocaína, pasta base o “crack”, heroína y todo tipo de opiáceas- es de los países ricos, de los que tienen jóvenes con más dinero y que, por no saber cómo satisfacer el exceso de hedonismo que practican, recurren a las drogas.

Para los países productores de droga, generalmente pobres, el letal negocio es contraproducente porque también cuentan con población que es adicta; pero, en general, la causa de su fabricación es la pobreza que se ve agravada por la falta de fuentes de riqueza que generen empleo. Son miles los contingentes de “colaboradores directos e indirectos del negocio ilícito”, tan sólo por carencia de fuentes de trabajo, de medios para sobrevivir y, en casos, medios que sirvan para simplemente existir.

Lavar dinero es, por supuesto, uno de los grandes objetivos de los narcotraficantes y nada mejor que la banca, la industria del turismo, el contrabando, la corrupción (mal al que están expuestos hasta los personajes más connotados del mundo). Todos ellos y muchísimos otros sectores de la población mundial no son cómplices conscientes y son, con el mismo estilo de los consumidores, medios para lavar dinero, para convertir el sucio en limpio porque el narcotráfico utiliza todo tipo de intermediarios para ganar más. Sin embargo, ni gobiernos ricos y desarrollados ni pobres del Tercer y Cuarto Mundo, quieren darse cuenta de que las drogas han causado, en los últimos cincuenta años, más víctimas que todas las guerras. Ponerle coto al vil negocio debe ser labor, misión y reto a cumplir de todos, porque en esa lucha está comprometida la seguridad y sobrevivencia de la humanidad.

Ir al Indice

El Mundo: Un paraíso

Resulta paradójico que en medio de ese ambiente de incertidumbre, persecuciones y otras rarezas, dentro de las cuales la actualidad nos encuentra sumergidos, alguien se atreva a asegurar que nos encontramos en medio del paraíso. La tenacidad y la voluntad de muchas de nuestras gentes hace que la afirmación sea posible, inclusive dentro de las condiciones más difíciles, cuando se trata de mostrar de lo que las personas son capaces, cuando le ponen amor y empeño.

Si nos animamos a recordar de lo que estamos hablando, tendríamos que traer a la menoría a uno de esos personajes que vivió envuelto en sus sueños, pero que no fue egoísta y se propuso compartirlos.

El profesor Noel Kempff nos dejó un legado digno de ser recordado y agradecido todo el tiempo, su amor por la belleza de la naturaleza lo llevó hasta los lugares más exóticos, los cuales le permitieron compartir con nosotros la belleza de sus descubrimientos y finalmente dejó su vida en medio de ese paraíso, cuando ese había sido violado por otro tipo de gentes, de los que buscan hacerse millonarios a cualquier precio, aún de la vida de sus semejantes, para él también los frutos de la madre tierra fueron sagrados y no dejó de venerarla, hasta el día de su muerte.

Ese fue el último de los días adversos, porque podemos afirmar que tuvo muchos, pero que en todo no le faltó el valor para sortearlos y revertirlos, y si creemos con fe en lo que viene más allá, ha de estar disfrutando los beneficios de su obra.

Otro momento amargo le llegó con el turbión de 1982 que se llevó una de sus obras más admiradas y que hoy, en medio de sus ruinas, sigue siendo un lugar de encuentro, de los cruceños que quieren disfrutar del ambiente típico y de la cocina de la región.

Pero él no se conformó con lo que quedaba, apenas pudo dio los pasos iníciales para devolver a su tierra ese paraíso perdido y comenzó con los trabajos de instalación de nuevo Jardín Botánico; la muerte lo encontró al comenzar la empresa, pero las grandes obras tienen siempre a sus seguidores y al poco tiempo, se encontraba a la cabeza otro cruceño digno de ser recordado, no sólo por su obra literaria, sino por haberla traducido en obras como el jardín que hoy es un orgullo para los cruceños.

Germán Coímbra Sanz, otro de los personajes que merecen ser evocados dentro de estos 200 años en que los cruceños dejaron volar, no sólo sus sueños de libertad, sino también su profundo amor por la tierra que los cobijaba y que supo encontrar, con un humor sano, las cualidades de los hombres del oriente y de sus esfuerzos por fortalecer su identidad.

Actualmente bajo la dirección de Darío Melgar, quien se confiesa seguidor del profesor Kempff, el Jardín Botánico nos muestra, celosamente clasificados, miles de ejemplares de los productos vegetales de la región, en un paseo que merece ser visitado y conservado con el mayor celo.

Es oportuno evocar todo ello en momentos que no son los mejores, pero que estimulan la capacidad de reaccionar ante la adversidad con trabajo, producción y más que todo amor por lo que se hace.

Vemos que frente a lo que sucederá a nuestro alrededor y nos es adverso, la oposición sistemática no siempre es el mejor remedio, mostremos a los que persiguen, amenazan y ofrecen mordazas, cual es el camino para hacer que no sólo Santa Cruz sino la patria toda se conviertan en un Paraíso.

Ir al Indice

Opinión: Tenemos dinero pero seguimos siendo pobres

Uno de los inventos más admirables de la humanidad es la moneda. Gracias a ese avance la gente puede comprar lo que necesita, en el lugar donde se encuentra y en una eficiente interacción en la que también puede vender. Es un componente imprescindible para el desarrollo   económico de los países.

El dinero, como se sabe, cumple tres funciones fundamentales. En primer lugar, es un mecanismo de intercambio múltiple y permanente. En segundo lugar, sirve para ahorrar, sin límite en el tiempo, y finalmente es una medida de valor, se utiliza para determinar no sólo la importancia de las mercancías, sino también del trabajo. Hay monedas de circulación nacional e internacional. El dólar, a pesar de la crisis económica que todavía no puede superar Estados Unidos de Norteamérica, sirve para realizar todas las operaciones mercantiles y, seguramente, en todos los lugares del Planeta. El euro, aunque compite persistentemente, todavía no tiene esa extensión planetaria.

Actualmente, aquí en nuestro país, hay más dinero que nunca. Las reservas del Banco Central, parece que están próximas a los diez mil millones de dólares, algo que Bolivia ni siquiera pensó en el pasado. Sin embargo, lo importante no es la cantidad, ahora debemos discutir el uso más eficiente y patriota de esos recursos. El capital es uno de los tres factores productivos que sirven para crear bienes y servicios.

Lo que inquieta a observadores y analistas es el aumento de la masa monetaria sin un aumento correspondiente de la producción y de la productividad. En los últimos diez años, excepto la industria cementera que ha hecho inversiones considerables, no hay nuevas fábricas dignas de mención, desde el punto de vista de las fuentes de trabajo que crean y por su aporte al Producto Interno Bruto. Lo que sucedió en el ámbito de los hidrocarburos fue sólo extracción de materias primas. Seguimos exportando recursos con poco o ningún valor agregado.

Lo que se hizo en ámbito de la siderurgia, despertó muchas esperanzas, lamentablemente no hay nada que demuestre la seriedad de este proyecto. La mayor parte de minerales que vendemos al extranjero, son tan primitivos que en algunos casos tienen todavía un porcentaje considerable de impurezas. En el sector agropecuario, la industrialización es muy elemental. Es aquí donde el Estado debía demostrar su capacidad industrializadora y al mismo tiempo competidora, sobre todo, en los mercados internacionales. Sin tomar en cuenta los hidrocarburos, con todos los países vecinos tenemos grandes diferencias en nuestra balanza comercial y de pagos. Es urgente que el ministerio correspondiente comprenda que las reservas nacionales de dinero adquieren sentido sólo cuando sirven para crear riqueza, en relación con las necesidades del pueblo. Acumular divisas en el Banco Central sin esa orientación básica, corre el riesgo de convertirse en una acción fetichista o en un propósito meramente político. Bolivia debe producir para autoabastecerse y para exportar.

Ir al Indice

Clarín, Argentina: Con más muertes en el tránsito

En 2008 se revirtió la tendencia alcista en el número de muertos en accidentes de tránsito en la Ciudad, pero en los ocho primeros meses de este año se produjeron tantas muertes como en todo 2009.

El refuerzo de los sistemas de control de cumplimiento de normas de tránsito y de alcoholemia ha permitido reducir el número de muertos en siniestros viales, pero los resultados del presente año, cuando murieron 76 personas, muestran que lo realizado es todavía insuficiente.

Un caso particular es el de los colectivos, protagonistas de siniestros que causaron 22 muertes en lo que va del año. Ante la gravedad de los hechos, el Gobierno de la Ciudad anunció más controles y la instalación de GPS en las unidades, pero esta iniciativa todavía no se concretó. Por otra parte, sigue pendiente una modificación de la normativa vigente para lograr que las empresas de colectivos informen los nombres de los conductores que cometieron infracciones para poder efectivizar las sanciones y para que las mismas actúen como un inhibitorio de la irresponsabilidad al volante.

La posibilidad de eludir las penas tiene consecuencias que se verifican cotidianamente en la calle, como la frecuente violación de luces rojas, las altas velocidades o las maniobras peligrosas que realizan los colectivos.

Para evitar que el número de muertos y heridos siga aumentando es necesario reforzar la legislación y los controles de tránsito, especialmente en el transporte público, así como la educación sobre seguridad vial.

En lo que va del año murieron en la Ciudad tantas personas como en todo 2009 en siniestros viales. Los esfuerzos realizados para mejorar la seguridad vial son insuficientes.

Ir al Indice