Tal como van las cosas, nos encaminamos a paso acelerado a convertirnos en una especie de Estado Puritano, donde estarán prohibidas desde las telenovelas “con escenas fuertes” hasta las palabrotas en los medios de comunicación, pasando por los cuerpos de modelos en bikinis o con faldas muy cortas. ¿De qué se trata todo esto? ¿La influencia iraní se está haciendo sentir en el oficialismo y poco falta para que les impongan la burka a las bolivianas? Aunque ya lo hicieron en un hospital de El Alto… Creemos que el fondo del asunto es la borrachera de poder del MAS, una hegemonía que -según entienden- les permitiría hacer lo que les dé la gana. “Meterle nomás”, al decir de Su Excelencia. ¿Qué vendrá después? Todo esto no deja de recordarnos una vieja película de Woody Allen, “Bananas”, donde un dictador caribeño enloquecido (el propio Woody con barba de Fidel Castro) ordenaba a los habitantes de su isla llevar la ropa interior por encima de la ropa de calle “para comprobar la higiene de la población”. La broma de Allen ilustra bien el tipo de absurdos a los que conduce la concentración total del poder en un Estado Represivo, que comienza por establecer una dictadura sobre la economía y termina intentando regular cada aspecto de la vida. Le auguramos al oficialismo un rápido desgaste si prosigue por esa vía, que acabará por irritar hasta a sus propios electores. Sigan adelante con la “prohibidera”…