Sesenta años de existencia cumplió el Comité Pro Santa Cruz y las principales autoridades electas del departamento (gobernador y alcalde de la capital) no se aparecieron en la Asamblea de la Cruceñidad convocada para el homenaje. Todo un signo de la profunda crisis de liderazgo por la que atraviesa Santa Cruz, en tiempos de autonomía congelada y acercamientos mendicantes al poder. Indignado y sincero, el presidente cívico Luis Nuñez dijo sus verdades, de esas que duelen pero que nos hacen libres, rompiendo la nefasta política del silencio que ciertos grupos han intentado imponer en aras de una supuesta “unidad”. Unidad que sus representantes no practican, como se ha visto en la ocasión, cuando se trata de apoyar a otros, sino que es simple muletilla para neutralizar las críticas legítimas que surgen ante los bandazos de su conducción. No tuvieron problema, sin embargo, en participar en actos con autoridades del gobierno central, las mismas que a punta de procesos judiciales parecen haberse ganado la genuflexión de estos dirigentes fallidos, mariscales de la derrota, liderazgos ausentes. ¿Líderes? Imposible no recordar la oración de Luis Espinal: “Danos sinceridad para no llamar prudencia a la cobardía, al conformismo y a la comodidad”.
Confirman carácter internacional del proyecto Evo
El embajador argentino Horacio Macedo habló de más. Gracias a él acabamos de confirmar lo que sospechábamos desde hace años: que el proyecto político “Evo Presidente” es de factura trasnacional, ligado a intereses externos y de ninguna manera un producto meramente endógeno de la realidad boliviana. El diplomático reveló que fueron Lula y Kirchner quienes impulsaron a Evo Morales a buscar la presidencia, a los que sin duda habrá que sumar la figura tutelar de Hugo Chávez. Con estos padrinos, Morales vio allanado el camino de acceso al gobierno, desde el cual convirtió a Bolivia en una suerte de laboratorio social del Foro de Sao Paulo. ¿No hay en todo esto un innegable tufillo de traición a la patria?