La nueva Escuela de “patriotas”


La Escuela Militar del ALBA será el alma mater en la que se formará la guardia pretoriana de los países cuyos gobernantes se han adscrito a ese denominado “socialismo del siglo XXI” y cuyos principios no pueden ser más antidemocráticos. Uno de los apéndices de ese organismo cuya denominación oficial será “Escuela de Seguridad” funcionará en Santa Cruz, región considerada uno de los últimos bastiones de resistencia democrática al autoritarismo del gobierno de Morales.

imageFoto: Militares venezolanos

La Escuela, según sus impulsores, estará dirigida a reemplazar a la Escuela de las Américas auspiciada por los Estados Unidos y que primero funcionó en la zona del Canal de Panamá y luego fue trasladada a Fort Benning.



Uno de los aspectos más llamativos de la escuela bolivariana es que los oficiales venezolanos, ecuatorianos o bolivianos que realicen cursos en ella, se imbuirán de una nueva doctrina que entre otros aspectos indica que no deben su lealtad al sistema democrático y sus instituciones sino a una entelequia a la que llaman “proceso de cambio”.

A grandes rasgos, este criterio sostiene que las Fuerzas Armadas se reservan el “derecho “ a desconocer y no aceptar el eventual triunfo de una fuerza política que no se inscriba en el marco de ese socialismo ¿o autoritarismo? del siglo XXI y de sus “líderes” Chávez o Morales que buscan eternizarce en el poder.

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Además, se daría a las Fuerzas Armadas un papel de vigilante del “proceso de cambio” y la potestad de intervenir cuando suponga que los principios básicos de este están siendo vulnerados. Con este propósito el “ideólogo” vicepresidente García Linera realiza seminarios para las Fuerzas Armadas a fin de consolidar su plan “Patriota” basado en una estrategia de guerrillas y la alianza civil militar para enfrentar al “imperio”.

El cuento se hace largo…

image Todos los indicios muestran que las relaciones con Chile podrían enfriarse a muy corto plazo debido, entre otros aspectos, a que Bolivia no tiene una política dirigida a solucionar el problema del enclaustramiento marítimo. Poco menos que se pensó que la tan mentada “agenda de 13 puntos” era una varita mágica que arreglaría todos los problemas.

A tal punto llega la candidez en la cancillería boliviana que se dijo que Chile debía presentar una propuesta sobre el tema marítimo en la reunión que se debía efectuar en estos días.

Es sabido que para Chile este es un tema zanjado y que cualquier otra salida que se de en realidad solo significaría un paliativo al encierro de Bolivia y que en modo alguno implicaría la soberanía.

Cada vez queda más claro que el canciller David Choquehuanca puede dar doctas conferencias acerca del sexo de las piedras, los yatiris, achachilas y la pachamama pero que en materia de política internacional tiene mucho que aprender.