Entel

Esteban Farfán Romero

ESTEBAN FARFAN ROMERO En estos tiempos de modernidad y comunicación, se ha convertido en instrumento imprescindible el servicio de internet para el desarrollo de nuestro trabajo, lo que nos convierte en dependiente de la telaraña mundial.

La semana pasada me mudé de casa, así que comunique oportunamente a la empresa que me provee este servicio (Entel), el traslado del servicio (equipos) a la nueva dirección, recalcando que era importante que se proceda en el menor tiempo posible, porque es un instrumento de trabajo indispensable.



Jueves, viernes, sábado (domingo nadie trabaja, aunque yo sí), lunes, martes y recién el miércoles se hizo el milagro. Desde el lunes estuve peregrinando a las oficinas de Entel Yacuiba a suplicarles que por favor me realicen el servicio de traslado y habilitación del servicio. Empleados amables, pero poco efectivos no resolvieron a tiempo mi problema, ocasionándome perjuicios enormes.

Lo que pasa es que tengo compromisos laborales adquiridos con penalizaciones muy fuertes si incumplo los términos, que cada tarde debo cumplir haciendo llegar los reportes. Menos mal que me comprendieron y creyeron alguna mentira piadosa que tuve que inventar que justifique el incumplimiento.

El trabajo de traslado no es gratuito, la empresa cobra Bs. 300. Tuve que soportar a unos técnicos mal humorados, poco comunicativos y redundante. Me imagino el tiempo que tomaría, si se Tartaria de un servicio más complejo y delicado que un simple traslado de línea. Lo que pasa es que una central de distribución esta en mal estado que ya no funciona porque cumplió su ciclo de vida.

Estas son las consecuencias que debemos soportar los usuarios cuando es el Estado el que presta el servicio. No es nuevo, que todo (o la mayoría) del servicio que presta el Estado es deficiente y defectuoso. Esto se hace más evidente cuando existe monopolio, como ocurre con Entel, pues es la única empresa autorizada para prestar servicios de internet ADSL.

Esta por demás demostrado que las empresas que el Estado (actual Gobierno) ha creado (léase Emapa, Papelbol, Cartonbol, Ecebol, Lacteosbol, Azucarbol y EBA, Incluyendo también a YPFB) son deficientes, corruptas y algunos ni siquiera nacieron y ya están pringadas de corrupción. Cuando algo es de todos, es de nadie y ahí comienza el problema.

Todavía recuerdo a las empresas de Entel, Enfe, Ende de los años ‘80 cuando el Estado administraba estos servicios. No solo era deficiente, sino impregnado con mucha corrupción. Varios se convirtieron nuevos ricos, al sólo pasar por dichas empresas. Siempre carga al Estado, pero sus gerentes engordados.

Estamos retornando a lo mismo, al pasado pues las empresas que son administradas por el Estado siempre son deficientes, especialmente en el servicio que prestan. En poco tiempo nos daremos cuenta de los resultados nefastos. Esta película ya la vimos.

Un dato más. La nacionalizada Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel) ocupa el tercer lugar entre los contribuyentes a Impuestos Nacionales durante 2010, por debajo de las privadas Telefónica Celular de Bolivia S.A. (Tigo) y Nuevatel PCS de Bolivia S.A (Viva).

Durante la pasada gestión, Tigo contribuyó con 276 millones de bolivianos, en segundo lugar quedó Viva, con 244 millones de bolivianos. Mientras que la estatal Entel solo aportó con 240 millones de bolivianos al Tesoro General del Estado, teniendo el control de la mayor parte de la torta del mercado.