La violencia es un recurso que La Paz impone para gobernar

EVO MORALES Y EL REINADO DEL TERRORISMO JURIDICO (5). En noviembre de 2007, Sucre vivió días de extrema violencia, que se volvieron a repetir con crudeza en mayo de 2008.

image Parte de la Constitución de Bolivia fue redactada dentro de un liceo militar, en Sucre.

ABC, Asunción



Roque González Vera, enviado especial

SUCRE, Bolivia. En noviembre de 2007, Sucre vivió días de extrema violencia, que se volvieron a repetir con crudeza en mayo de 2008. El gobierno de Evo Morales logró desarticular la oposición, luego de conducir a milicianos hacia la capital de la República. Los sucesos de Sucre reflejan que la violencia se considera  un recurso  adecuado para dirigir  al país.  

El departamento de Chuquisaca se encuentra en el sureste de Bolivia; una pequeña porción es limítrofe con Paraguay, en los alrededores del Hito Villazón.

La capital de Chuquisaca es  Sucre, ciudad que también es capital de la República de Bolivia. La Paz es sede de los poderes Legislativo y Ejecutivo mientras que Sucre es asiento del Poder Judicial.

La Paz y Sucre tienen en medio una fuerte disputa por la capitalidad del país; en 1899 se registró una guerra civil, oportunidad en que milicianos paceños tomaron por asalto a Sucre, imponiendo La Paz como sede de gobierno.

El tema de la capitalidad volvió a surgir con fuerza en el año 2007, cuando se estudió una nueva Constitución Política del Estado. Sucre pretendió que los miembros de la Asamblea Constituyente estudien su petición de agrupar en la ciudad a todos los poderes de Estado.

La dirigencia  del Movimiento Al Socialismo (MAS) advirtió a sus representantes en la constituyente que la sede de gobierno no era tema de discusión; esto significaba que La Paz seguiría teniendo predominio en el control político del país.

Ponchos Rojos

La decisión de mantener la supremacía de La Paz se excluyó violando el reglamento interno de la Constituyente, que obligaba a realizar el voto secreto para expedirse, sobre la base de contar con un apoyo de dos tercios.

La dirigencia política de Sucre planteó un amparo constitucional, acción judicial que tuvo una respuesta favorable. A pesar de la orden de los magistrados, la Asamblea Constituyente resolvió no incluir.

Alvaro García Lineras, vicepresidente de la República, llegó a decir ante los medios de comunicación que “la capitalidad no se toca”, a pesar del amparo judicial que obligaba a estudiar (no a aceptar) el pedido de Sucre.

Evo Morales llamó al pueblo paceño a una asamblea popular, oportunidad en que unas 800.000 personas dijeron que la sede de gobierno no se mueve de La Paz.

Sucre, por su parte, llama a un cabildo abierto: 250.000 personas dicen sí a mantener el pedido de estudio de capitalidad en la constituyente.

El departamento de Chuquisaca cuenta con 572.000 habitantes y es una de las regiones más pobres de Bolivia; la concentración de 250.000 personas en Sucre se convirtió en un tremendo respaldo a las autoridades cívicas.

El 20 de noviembre de 2007, milicianos agrupados en los Ponchos Rojos degüellan a tres perros en las calles de El Alto, delante de los medios de comunicación, advirtiendo que bajarían a Sucre para hacer lo mismo a la población.

La Asamblea Constituyente, por su parte, seguía con las deliberaciones en la capital de Chuquisaca.

En la noche del 23, llegaron a Sucre unos mil  Ponchos Rojos, transportados desde La Paz con apoyo logístico del gobierno central; los milicianos rodean la sede de la Asamblea Constituyente.

Al día siguiente ya tomó estado público la presencia de milicianos afines a Evo Morales. Sucre fue sitiada por la Policía Nacional, mientras tropas del Ejército se sumaron a resguardar a los asambleístas.

La dirigencia cívica, según se puede observar en diversas grabaciones, realizadas por los medios de comunicación, insisten ante la población en el pedido de no llegar hasta el sector donde deliberaba la constituyente.

En ese ínterin,  la asamblea ya se trasladó hasta la sede del Liceo Militar “Tte. Edmundo Andrade”, en las afueras de Sucre. La Constitución Política del Estado era objeto de debate en un cuartel militar.

Muerte y violencia en las calles

Juan Carlos Zambrana recordó que “bajamos hacia el liceo militar, que queda en las afueras de la ciudad. La gente se movía por iniciativa, todos íbamos hacia allá. Jaime Barrón era presidente de la comisión interinstitucional y pedía que retrocedamos, que no lleguemos al liceo militar”.

“Yo mismo le grité que era un traidor por querer evitar que luchemos por nuestra reivindicación como sucreños”.

Jamill Pillco Calvimontes, dirigente universitario en ese momento, recuerda que “un muro de policías intentó evitar que la gente se dirija al liceo militar, pero fueron rebasados porque quedaron sin gases lacrimógenos”.

Alrededor de las 19 horas del 24 de noviembre, los efectivos de la Policía Nacional huyeron hacia unos cerros situados antes de llegar al Liceo Militar. Allí se parapetaron, aguardando a los sucreños. Desde las alturas comenzaron a disparar con armas de fuego hacia la gente.

A los pocos minutos se tiene la confirmación del primer muerto. Los dirigentes piden la intervención de monseñor Jesús Pérez, pero el ministro de gobierno Alfredo Rada se niega a recibirlo.

Los Ponchos Rojos huyeron del Liceo Militar, abandonando a los militares. En medio de las escaramuzas se registra la segunda víctima fatal.

El domingo 25 de noviembre, la ciudadanía se concentra en la plaza principal de Sucre. La policía intenta dispersar a la multitud, utilizando gases lacrimógenos; una granada impacta directo en el pecho de un estudiante universitario, quien muere a los pocos minutos en manos de sus compañeros.

Lo que vino después ya fue el descontrol absoluto: 3 muertos, 300 heridos y cuatro comisarías policiales incendiadas, junto con patrulleras.

La Policía Nacional abandonó Sucre por espacio de una semana y las calles quedaron bajo control de ciudadanos que se organizaron para evitar actos de pillaje.

La policía, antes de huir de Sucre, liberó las celdas de todos los presos de la cárcel local.

Jaime Barrón era presidente del comité interinstitucional y fue electo como tal por su condición de rector de la Universidad “San Francisco Javier”. No es político, sino docente universitario. Dado su perfil neutral fue nombrado titular del comité, con apoyo del consejo del rectorado.

Jaime Barrón enfrenta siete procesos judiciales, así como otros dirigentes. En este momento está bajo arresto domiciliario, luego de pasar un mes en la penitenciaría de San Roque.

Muertos, millonarios daños y una ciudad afectada por graves actos de violencia. La lógica de la violencia se impuso como elemento de control social.

Sucre nuevamente se vio afectada por la convulsión social en mayo de 2008, cuando Evo Morales anunció que viajaría a la ciudad, para recordar su fundación, cuando aún se estaba llorando a los muertos…

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