Los medios y su influencia

Luis Fernando Prado G.

luisfer El gobierno actual, ataca sistemáticamente a los medios de comunicación social privados, acusándolos, de estar al servicio de la oligarquía y de los intereses de la Embajada americana. Los detractores del gobierno, acusan a éste, de utilizar los medios de comunicación del Estado para desinformar y hacer propaganda política.

Este debate, muy importante por cierto, viene ocupando un buen espacio en el accionar político nacional. El gobierno convencido de que debe ejercer un control, sobre la actividad periodística, ha aprobado algunas leyes, como la Ley contra el racismo, donde en algunos artículos, establece mecanismos para poder sancionar a los medios que difundan ideas que podrían ser, eventualmente, peligrosas al proceso de cambio que vive el país, inclusive se rumorea, de proyectos de una nueva Ley que norme el ejercicio de la actividad Periodística; sin lugar a dudas, el antecedente más fuerte es la definición en la Constitución Política del Estado del delito de Traición a la Patria.



Por otro lado, La Asociación Nacional de la prensa que aglutina en su seno, a los dueños de los medios de comunicación, la Sociedad Interamericana de Prensa, Federaciones y Sindicatos de trabajadores de la Prensa, Asociaciones de periodistas, ONG’s nacionales e internacionales ligadas a la defensa de los derechos Humanos, vienen sistemáticamente denunciando, la intencionalidad del gobierno de coartar la libertad de expresión.

En este contexto, un grupo de intelectuales e intelectualoides, para no permanecer ajenos a ésta problemática, decidimos organizar un foro debate abierto, para discutir a profundidad el tema. En un principio no parecía una tarea muy complicada, sin embargo a medida que avanzábamos en la organización de tan importante evento, comenzaron a surgir los inconvenientes.

El primer conflicto fue establecer hasta donde debía abarcar el tema, para no caer en discusiones bizantinas donde se hable de todo y de nada a la vez, algo muy común en todo foro. Algunos planteaban como tema principal la libertad de expresión como condición sine qua non, para la democracia, inmediatamente saltó el tema diferencias entre libertad y libertinaje; otra propuesta era la información y la seguridad del estado, inmediatamente se planteó el tema de la diferencia entre estado y gobierno; así por ambos lados un tema traía a colación otro tema.

Finalmente, después de varias reuniones preparatorias alrededor de innumerables cafeces matizados con una gran variedad de acompañantes etílicos, se definió que para lograr un nivel aceptable de profundidad y delimitar muy bien la amplitud del tema, la mejor opción era: Los medios de comunicación y su influencia en la sociedad.

Una vez logrado este consenso, el siguiente inconveniente fue sobre la participación y el espacio donde podría realizarse el coloquio. Todos coincidieron que no debería manipularse la participación, que está tendría que ser equitativa; obviamente no faltaron los cuestionamientos, ¿equitativa en qué sentido? de género, generacionales, condición económica, religión, costumbres sexuales, etc.; por lo que se definió que la participación sea equitativa y pluralista; el tema posterior fue ¿quienes podían participar?, como era de esperar, saltaron las voces de protesta, que airadamente exigían el acceso libre e irrestricto, basándose en la nueva ley contra la discriminación, y que no teníamos la potestad para poner condiciones, puesto que no habíamos sido elegidos por el pueblo. Después de varias horas de discusión se estableció que la participación debía ser: democrática, equitativa, pluralista, multicultural, plurilingüe y libre.

El problema del lugar en que se debería llevar a cabo este evento (ya no sabíamos, si era coloquio, foro debate, asamblea o cabildo), fue relativamente, más sencillo de resolver; por supuesto, no faltaron la diversidad de opiniones, algunos hablaban de hacerlo en el Centro de convenciones de Sonilum, otros por la magnitud del Evento sugirieron en el Hotel Los Tajibos, después de las acusaciones de querer hace negocio con un tema tan importante, se sugirieron lugares alternativos, como el Estadio de Real Santa Cruz, o el Coliseo de la Villa 1ero. de Mayo. Ante al cansancio y el estado inconveniente (algunos lo definían como un estado envidiable) de los miembros de la comisión organizadora, se impuso el criterio de hacerlo en un lugar, en que la cerveza paceña no costará más de 13 Bs, la botella y la Cuba libre de dos litros 45 Bs.; de la misma manera, se decidió no avisar a mucha gente, para que no hubiera influencia de los partidos de oposición que podían llevar gente pagada, y no ser sitiados por los movimientos sociales.

La organización del evento, superó con creces las expectativas de los organizadores, pues a último momento, hubo un encuentro de confraternización en una quinta con churrasco incluido; lugar del cuál, después nos trasladamos a “La Clínica Bar”, donde se logró negociar con la Doctora dueña del local, el precio convenido.

La participación fue multicolor y variopinta, habían rostros de K’aras y rostros obrero y populares, había participación de género e inclusive de diversas preferencias sexuales; aunque faltaron algunos amigos escritores que estoy seguro hubieran aportado al debate y por supuesto a ésta crónica, como mis amigos Homero y Pablo Javier.

El desarrollo del evento, fue un tanto desorganizado, las ponencias no estaban listas, la mayor parte eran apuntes en servilleta de muy difícil reproducción para los presentes, por lo que hubieron algunas desinteligencias y tergiversaciones de lo que se había discutido, fruto también del buen humor reinante y el tequila brindado con mucho cariño, por un amigo de la comparsa de Los Peines, quienes también departían en el mismo local.

Las primeras horas la discusión se centro en lo académico, la definición de comunicación, comunicador-medio-receptor, surgieron las variantes modernas e interactivas, que permiten una relación de ida y vuelta, como e internet y otros medios alternativos. Poco a poco fuimos entrando a lo denso, a éstas alturas no estoy seguro, si por el humo que había, o porque algunos ya miraban medio borroso; se hablo de la pluralidad informativa a la bipolaridad informativa, la objetividad y la subjetividad del comunicador, las susceptibilidades del poder y de los poderes económicos, del rol de los comunicadores y del rol de los medios, de la democracia, de las dictaduras, de las dictablandas, de semiótica y de semiología, de los pobres y los ricos, de los blancos y negros, de los negrindos blancos y de los blanquilendignos negros, de los sangre azul y los pieles rojas, de los ácratas y los conformistas.

Hasta que alguien volvió a preguntar ¿y cuál es la influencia de los medios en ese contexto?, no faltaron voces que acusaron al recién llegado de reduccionista. Mientras acaloradamente, entre humos alcoholes, tratábamos de mantener una coherencia científica en la discusión, el nivel de decibeles en la charla, era más del permitido por las leyes ambientales. Preocupado por lo actitud que podía sumir la Doctora (la dueña de boliche), ante tanto desvarío, pude notar la presencia un tanto molesta de un viejo parroquiano.

Imbuidos en nuestra tarea de salvar la patria, nos olvidamos de los otros parroquianos del lugar; sin embargo yo sentí una mirada observadora y cuestionadora, era el cumpa, viejo parroquiano, que me miraba no muy feliz; nosotros creyéndonos la vanguardia, del pensamiento internacional, seguíamos hablando con mayor volumen, como si eso nos diera la razón; hasta que vimos a ese hombre pequeño que, a medida que se nos acercaba iba creciendo, con su paso calmado y su rostro adusto, en nuestro mejor y per estado, nos dimos cuenta que, algo importante iba a pasar.

Este hombre, des cuál con seguridad el Canciller en su rostro, podría leer muchas cosas, con la humildad del mundo, y con la sapiencia de la vida y de los años, se nos acercó; un silencio entre respeto/curioso nos invadió, se acercó a la mesa y nos dijo: “el problema en Bolivia es que, los que eligen a nuestros gobernantes, no son los que leen los periódicos, sino los que se limpian el culo con ellos”. Entre anonadados y ebrios, nos dimos cuenta de la profundidad del mensaje, y ante la contundencia del argumento esgrimido, decidimos por unanimidad, hablar de la federación boliviana de fútbol, en ese tema todo estábamos de acuerdo que no servía, como nuestro foro debate, ni para el carajo.