Allende: ¡Mar para Bolivia!

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Chávez, en el discurso pronunciado en Cochabamba, no ha emitido ningún comentario respecto del dilema marítimo de Bolivia.

Índice de los Editoriales de Periódicos

  1. El Día: Bolítica

  2. El Día: La primera impresión

  3. El Día: Pataleos chavistas

  4. El Día: Pachamamismo y diplomacia de plazuela

  5. El Día: Estado Plurinacional, sobra discurso

  6. Los Tiempos: LIBIA Y LAS NUEVAS RELACIONES DE PODER

  7. El Deber: La ruta equivocada

  8. Cambio: “…iban a salir subversivos”

  9. La Prensa: Allende: ¡Mar para Bolivia!

  10. El Diario: “Bolivia debe abrirse a la economía mundial”

  11. Clarín, Argentina: La intervención en la guerra en Libia



El Día: Bolítica

"La iniciativa expone la modalidad mediante la cual los acuerdos comerciales o de cooperación bilaterales se convierten, en ocasión, para el negociado y el enriquecimiento ilícito de funcionarios de ambos gobiernos".

Carlos Fernando Chamorro
periodista de Nicaragua y autor de albaleaks


Se dice que: Siguiendo el modelo de WikiLeaks, AlbaLeaks publica información sobre los oscuros y millonarios mecanismos de cooperación entre Venezuela y Nicaragua.


La empresa Albanisa, fundada por las estatales PDV Caribe de Venezuela y Petronic de Nicaragua bajo un convenio entre Hugo Chávez y Daniel Ortega, es hoy un inmenso conglomerado económico que maneja ventas de $us 400 millones"

Carlos Salinas Maldonado
analista económico de Nicaragua. publicó UN informe sobre albanisa

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El Día: La primera impresión

El Gobierno intentaba lanzarse a lo grande con su nuevo socio en la lucha contra el narcotráfico y justo cuando se encontraba en el país el ministro de Justicia brasileño, José Eduardo Cardoso, la Fiscalía del Distrito de Santa Cruz informó como si se tratara de un número de circo, sobre la incautación de dos toneladas de cocaína en Puerto Suárez. Era la cereza en la torta, de acuerdo, como para demostrar lo eficiente que somos sin los gringos de la DEA. Haciendo las aclaraciones respectivas, resulta que los entusiasmados plurinacionales habían confundido kilos con gramos. Eso le puede pasar hasta a la NASA y fue producto del nerviosismo en el que se encuentran las autoridades nacionales después de caer en la peor de las sospechas. El objetivo subyacente a esta metida de pata era impresionar a los brasileños y la verdad es que le pelaron feo. Peor todavía resulta tratar de hacer trucos de magia con los vecinos, que reciben anualmente 60 toneladas de cocaína desde Bolivia. Ellos saben muy bien lo que ocurre y en lugar de ser la primera impresión, esta fue la constatación inicial sobre la forma cómo se encara el problema en el país.

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El Día: Pataleos chavistas

Todos se preguntan a qué vino Hugo Chávez a Bolivia y en honor a la verdad no hay una explicación razonable. Es más, no le hace nada bien a Evo Morales la visita del líder venezolano, justo cuando su administración pasa por el peor momento y cuando a través de los cacareos hacia Chile y un acuerdo antidrogas con Brasil, intenta salir del pozo de credibilidad y legitimidad en el que ha caído. Precisamente porque el mandatario caribeño se ha vuelto una compañía incómoda para cualquiera que intente dar una imagen positiva, es que el candidato peruano, Ollanta Humala, un viejo ahijado de Chávez, hace todo para que no lo asocien con él y poder mantener  la ventaja que ha conseguido en las encuestas de opinión.

Chávez realiza una gira por cuatro países sudamericanos, justo dos semanas después de que su colega norteamericano, Barack Obama, hiciera lo propio en tres naciones claves en el continente: Chile, Brasil y El Salvador.  En Argentina, el ex militar golpista protagonizó un evento grotesco que ha llamado la atención del mundo. La Universidad de La Plata, la misma que le otorgó el título de doctor honoris causa a Evo Morales, le reconoció a Chávez su lucha en la defensa de la libertad de expresión. Nadie puede desconocer en aquellos académicos amantes de dioses muertos la habilidad para el humor negro.

No hay duda que Chávez intenta mantener activo el rebaño que hace unos años parecía reproducirse y avanzar hacia todas las latitudes continentales.  Es posible que el repunte de los precios del petróleo de los últimos meses le hubiera dado la energía suficiente para retomar el proyecto de expansión continental del Socialismo del Siglo XXI que hace mucho que ya ni se menciona. Bolivia le dio una tremenda patada con el intento de nivelar la economía boliviana con los precios internacionales y la decisión ya tomada de rendirse ante la voluntad de las empresas petroleras para que lo salven del colapso energético que se avecina. Como mencionábamos, en Perú, Humala le hace lance, Correa se escurre más que nunca de todo lo que tenga que ver con la ALBA y obviamente, ya no están Lula ni Bachelet para seguirle el juego.

Bolivia no tiene cómo zafarse tan fácilmente de Chávez. La deuda con Venezuela, que fue “vendida” como el gesto más grande de solidaridad de un país amigo, ha crecido de manera exponencial y los intereses que se pagan son los más altos, superiores a los que cobra el Banco Mundial o la CAF. Por eso mismo, el Gobierno ha organizado un recibimiento apoteósico para el “comandante”. Paralelamente y como para preparar el ambiente, las autoridades nacionales, especialmente el vicepresidente García Linera, ha estado elevando el tono del discurso antiestadounidense, en concordancia con el mensaje que viene propagando Chávez a propósito de los ataques para contener al dictador libio Muammar Gaddafi.

Es obvio que Chávez intenta  volver a ampliar los abismos que han estado separando a los países de América Latina y que afortunadamente se estaban comenzando a superar. El grave deterioro en el que han caído los países del bloque del ALBA no le da muchas posibilidades para resurgir con la misma fuerza del pasado. Se trata, sin embargo, de cerrar filas, de radicalizar posiciones y llevar las cosas a un extremo muy peligroso. Desde Paraguay han expresado algunos temores por lo que ocurre en Bolivia y este encendido discurso que trata de revivir el sentimiento antichileno es como para inquietar a cualquiera.

Es obvio que Chávez intenta  volver a ampliar los abismos que han estado separando a los países de América Latina y que afortunadamente se estaban comenzando a superar. El grave deterioro en el que han caído los países del bloque del ALBA no le da muchas posibilidades para resurgir con la misma fuerza del pasado. Se trata, sin embargo, de cerrar filas, de radicalizar posiciones y llevar las cosas a un extremo muy peligroso.

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El Día: Pachamamismo y diplomacia de plazuela

Si me preguntasen de rasgos notorios del régimen de Evo Morales, diría que varios. Dos de ellos son el pachamamismo y la democracia de plazuela.

Tomemos el primero. Lo ponderable de un esfuerzo para que los bolivianos se reconcilien con la pollera o el tipoy de sus ancestros, en este gobierno se volvió ojeriza étnica. Como no se pueden cortar las venas y separar lo amerindio de lo europeo, africano o asiático, se enemistó a la mayoría con la mitad de su sangre, o de su cultura, mestizas ambas.

Hipócritamente endiosan a la Pachamama, política buena para protagonistas de ritos que evocan a filmes de antaño, pero mala para preservar la naturaleza. Que lo digan los parques nacionales invadidos por cocaleros, coludidos a madereros depredadores por la maldita tala y quema de monte. Dice Pablo Stefanoni, ningún neoliberal por cierto, el pachamamismo es una “neolengua” (que) “puede ampliar hasta el infinito el hiato entre el discurso y la realidad…, debilitando las energías transformadoras de la sociedad”.

La democracia de plazuela se manifiesta en el concubinato de la montonera –“los movimientos sociales” en el léxico del régimen- y el caudillismo. Endiosados los gremios en cuanto fueran obsecuentes al gobierno, se trata de recuperar sus favores con talegazos y concesiones, después de perder su veleidosa lealtad al afectar su barriga con el gasolinazo seguido del “reculazo”. La plazuela se mudó al Parlamento, donde la mayoría oficialista cumple el voto consigna como peón obediente. Evo es endiosado como el nuevo Pachacuti, sin que su gestión tenga los logros del noveno Inca, pero mucho blablá populista.

El pachamamismo y la democracia de plazuela son válidos para reflexionar sobre el nuevo fracaso de la diplomacia boliviana de los últimos años.

Fue pachamamismo nombrar un Canciller de la tierra de los Ponchos Rojos, sabio en cosmovisión andina dicen los obsecuentes, como si el sexo entre las piedras tuviese algo que ver con el Tratado de Ancón. ¿Hay relación entre la doctrina aymara del “vivir bien”, con la geopolítica de Brasil y su urgencia de llegar a mercados asiáticos por la cintura sudamericana? Dan para carcajadas en las tenidas diplomáticas.   
 
El Presidente es experto en la arenga sindical, acompañada de ocurrencias que rebasarán a las que un cronista chapaco citara sobre Melgarejo. Destapar cañerías con el líquido negro del imperialismo –como algún aquejado de la eruptiva juvenil revolucionaria llamara a una popular bebida. ¿No relacionó el consumo de pollos con la calvicie y la preferencia sexual? Una última es “el que no levanta la mano izquierda empuñada es pro yanqui”. 
Con ese rasgo de carácter, en su gobierno dio para preguntarse si el Presidente no era el Canciller.  Su ocurrencia “le meto nomás y que los abogados arreglen los entuertos”, pareció haberse aplicado a las relaciones con Chile. Empezó con un golpe de timón: cambiar el enfoque multilateral en el reclamo de acceso soberano al mar, a la estrategia del arrumaco bilateral.

Como en un partido de fútbol, multitudinarios suspiros surgían viendo a los capitanes Evo y Michelle intercambiando banderines de retórica; la multitud profirió un ¡oh! cuando el número 10 del equipo fue vitoreado en el estadio de Santiago; los bolivianos casi meten un gol con la jugada de incluir el tema del mar en la “agenda de 13 puntos”: pero de casi nadie muere. Pasados los noventa minutos de la Bachelet, ni siquiera se lograron compensaciones devengadas por el agua de manantiales de Silala. El corredor con soberanía al norte de Arica sigue blindado por la Constitución de Chile que prohíbe ceder un milímetro de su territorio; cerrado con candado de Santiago y llave guardada en Lima desde 1929; vetado por la mayoría de los chilenos y en especial de los ariqueños. 

El indicio de la frustración boliviana vino con el Canciller boliviano sugiriendo terciar en el diferendo marítimo de Chile y Perú en la Corte Internacional de La Haya. Cómo no, si parte de ese mar territorial tendría que ser boliviano si se concediese un corredor al norte de Arica. La reacción chilena fue una vacuna que sosegó a Choquehuanca en el estéril diálogo bilateral, en abierta confrontación con el Vicepresidente. Poco importa que fuera parte del cisma entre “culitos blancos” del segundo y “culitos cobrizos” que podría representar el primero, dentro el gobierno de Evo Morales.

Lo que es claro es que la retoma del enfoque multilateral para el retorno al mar se ha realizado en el más rancio estilo de la diplomacia de plazuela. Por un lado, el Canciller insistía en el diálogo. Por otro, el Mandatario aseguraba al diario chileno más momio no contemplar acudir a organismos internacionales para lograr la aspiración marítima, y días después aseveraba lo contrario. Aplaudía su Vicepresidente, diciendo que se tomaría el tiempo necesario para sustentar la demanda ante un tribunal internacional.   

¿Adónde llegará Bolivia con llevar la reivindicación marítima a los tribunales internacionales? A poco o nada. En el mejor caso, a una declaración favorable, como aquella de la OEA en La Paz, cuando el gobierno democrático que la obtuvo se cayó con un golpe de estado. En el peor, a otra sacada del poto a la jeringa, como la resolución de la Sociedad de las Naciones en 1921, que esquivó el meollo del problema por eso del respeto a los tratados. Daría a Chile asidero para dejar las cosas como están por otro siglo de lamentos cada 23 de marzo.

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El Día: Estado Plurinacional, sobra discurso

Cinco años en el gobierno y la retórica continúa. Este 27 de marzo estuvieron los fieles a los pies, el incienso para los dirigentes, sobre todo para el Jefe, y los discursos. No les es suficiente tener en manera permanente spots y jingles alusivos a éxitos que hasta ahora se concretan. Al gobierno de los pueblos basta mirarle la cara a los representantes, dirigentes y autoridades; preguntarles por sus apellidos y orígenes para caer en la cuenta del discurso traicionado por la realidad, es  un gobierno de k’aras en su mayoría, con larga y bien conocida trayectoria política.

El país entre atónito y sorprendido escucha sobre el país de las maravillas. Sumado a  los adulos obligados continúa el tono soberbio y el   vicepresidente se encarga de remarcarlo, como si todo fuera una taza de leche,  “la única cosa que puede detenernos”. Está convencido el partido gobernante de tener allanado el camino. Porque ha ejercido presión y prisión suficientes para ello. Cuando se creyó necesario, a sangre y fuego. Los testimonios abundan. No hay moros en la costa. Sin embargo,  la misma frase  encierra la amenaza de un poder absorbente, configurador de nuevo de un Estado no poderoso sino arbitrario y totalitario, generador de otros estamentos sociales de riqueza y poder. Un poder sin contrapesos, tan lejano de las sociedades con  cultura democrática liberal, ejercido a gusto y con convicción de que por ese camino se llevará a la sociedad plurinacional a mejores días. Se refuerza la fe antiimperialista y descolonizadora, como si nada pasara allende los mares.

La película es otra. La resistencia se habrá dispersado, anda atolondrada sin encontrar unidad de propósitos, objetivos y, menos,  un programa alternativo. Pero existe. Porque el miedo no afloja.  Se estrena cada día un nuevo juicio. Ya no bastan las llamas contra autoridades electas por voto popular, ahora también alcanzan a ex presidentes. No importa si las acusaciones carecen de fundamento; el objetivo es mantenerlos sofocados a los perseguidos y distraídos al resto. Se da la paradoja de requerir el “consejo” de ilustres personalidades y ex autoridades para encarar tema tan grave como el del reclamo marítimo a Chile cuando al mismo tiempo a varios de ellos se los está acorralando judicialmente. ¿Será para tenerlos seguros en el país y que presten sí o sí sus servicios, pensando que quizás se le pueden montar mejores oficinas en San Pedro o Chonchocoro?

La ambición de poder “de ciertas personas”, lo han dicho, distorsiona trabajar verdaderamente con desprendimiento por el progreso político y económico del país. Obviamente, el país de diez millones y no de unos cuantos. La pugna por el poder ha aflorado, como presintiendo que una nueva “bifurcación” se aproxima: Evo no es viable para la reelección pues el desencanto es grande (IPSOS en marzo: 25% intención de voto), se hace inviable también constitucionalmente (por fin se avivaron los organismos internacionales y empiezan a señalar la falta de garantías jurídicas), la certeza de las limitaciones biológicas (no se ha desmentido oficialmente la existencia de una enfermedad grave), el posible cansancio del actual presidente sometido a un ritmo agotador por los que le organizan su agenda y no le acompañan y, ¿algo de la onda externa se torna difícil o desfavorable?  En el Oriente Medio, en el Magreb y otros lugares, corren vientos pro más libertades políticas y económicas, más participación con gobiernos más democráticos, menos autócratas, menos monarquías sin títulos, más respeto a la voluntad de los pueblos. Hay una corriente a favor de las sucesiones legales, democráticas, salidas del voto popular. Se está imponiendo a un alto costo el rechazo a los caudillos y líderes con tintes mesiánicos encumbrados por años en función al uso de la fuerza, del engaño ideológico y de la cooptación de los elementos represivos en la sociedad. Nada de esto puede pasar desapercibido a la “intelligentia” política dentro del Estado Plurinacional (EP).

“La falta de transparencia, la corrupción” es el peligro cotidiano. Las ambiciones han aflorado y algunos corruptos se han encumbrado, lo advierte el Vice. Se traduce en “falta de coordinación” en el equipo de gobierno; en realidad está faltando unidad de objetivos, de metas y de mística. Asalto entendieron, no al poder y de la administración del Estado en función de principios, si no, del propio bolsillo. ¿Por qué sienten menos la presencia omnímoda de los primeros, que se están retirando, o no les dejaron espacio? Quizás, como en todo proceso, imaginan un MAS con “jefe honorífico” y las federaciones cocaleras con un “presidente vitalicio”. Alumbran “senadores latifundistas” y se rasgan las vestiduras por la  “irresponsabilidad” de no dar nombres y apellidos; pobre funcionario, la que le caerá encima. ¿Premonitorio el discurso de M. Gaddafi?, el que  “aplastó a los enemigos en el interior del país”, pedía “no robemos, ni acosemos ni injuriemos, ni falsifiquemos, ni arrebatemos lo del otro”.

Seriedad en la testera. El sentido del humor está ausente entre los tiranos, F. Sabater. Hay  datos sobre resultados de la gestión quinquenal del partido de gobierno. ¿Cuántas empresas creadas por el EP funcionan y, si alguna, con qué resultado? Lo de YPFB es su máximo fracaso, y Jindal, el litio, el oro chiquitano. Chile con la DEA capturando toneladas de cocaína en la frontera. Brasil, ya no quiere gas, viene a ajustar las clavijas a la política de lucha contra el narcotráfico. Ecuador denuncia material destinado a las FARC "Se encontró 27.000 tacos de dinamita, 27.500 metros de mecha lenta y 27.500 cápsulas detonantes", de origen ecuatoriano y boliviano, artesanal (buena tradición andina). Ese es el escenario real. Vice, los adulos suenan a sorna “Tenemos a nuestro líder, su ejemplo de trabajo y la orientación estratégica para convertir a (Bolivia) en una gran nación”. Nunca faltaron recursos, pero, sobran discursos.
 

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Los Tiempos: LIBIA Y LAS NUEVAS RELACIONES DE PODER

El mundo está viviendo un momento estelar y es de esperar que surjan líderes capaces de enfrentarlo con sabiduría y visión de futuro

Conforme pasan los días, el debate sobre la intervención en Libia, con autorización del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, se encamina a cómo los países del mundo pueden garantizar una pacífica convivencia internacional e interna sobre el principio de la defensa intransigente de los derechos humanos.

Como señalan varios analistas de varias partes del planeta, en este escenario las categorías con las que se ha trabajado desde la Revolución Francesa y que culminan con la caída del muro de Berlín son absolutamente insuficientes. En este sentido, pretender atribuir a pensamientos de derecha o izquierda la sucesión de rebeliones en Medio Oriente y África no expresa más que pensamientos autoritarios o abstrusos, incapaces de recoger la suma de cambios que, fundamentalmente desde la década de los 80, se han dado en el mundo y en los que tiene que ver mucho la revolución de las comunicaciones.

Así, atribuir a la voracidad imperial estadounidense todo el proceso de convulsión en el medio oriente no tiene asidero alguno, como tampoco lo tiene defender a un demente como Gadafi que no duda en masacrar a su gente porque exige cambios después de más de cuatro décadas de ejercicio ininterrumpido y represivo del poder (particularmente notable es la contradicción que se da en Bolivia, donde el Gobierno está empeñado en procesar a un exmandatario y su gabinete por la muerte de aproximadamente 60 personas en los enfrentamientos en El Alto de octubre de 2003, y se apoya militantemente a Gadafi, que incluso ha permitido el bombardeo de varias ciudades eliminando miles de ciudadanos).

Y como es inadmisible lo anterior, también lo es que las potencias occidentales y aquellas que en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU han apoyado las acciones contra el Gobierno de Gadafi no asuman similar responsabilidad en el caso de otras naciones de esa región donde hay Gobiernos tan corruptos y represivos como el de Gadafi, y cuyas poblaciones buscan mecanismos de recambio.

De esa manera, también dan muestras de no entender los cambios que se están produciendo, los cuales, por lo que se conoce, están dirigidos a abrir las posibilidades para construir naciones democráticas, para que rija el Estado de derecho, y para que haya justicia social. Es decir, se plasmen en la realidad los postulados de la libertad, la justicia y la equidad, lo que exige disminuir radicalmente la injusta brecha entre ricos y pobres, transparentar el manejo de los asuntos públicos, y que la ciudadanía tenga acceso a la justicia como mecanismos que garanticen la pacífica convivencia.

En este sentido, la humanidad está recuperando el sentido de convivencia ciudadana más allá de las diferencias. Diferencias que particular, pero no únicamente, se exacerbaron en Medio Oriente por la religión y la instalación de una teocracia fanática y corrupta.

De ahí que es posible postular la idea de que el mundo está viviendo un momento estelar y es de esperar que surjan líderes con la capacidad, fuerza y desprendimiento para poder enfrentarlo con sabiduría y visión de futuro.

La esperanza es que en la historia ha habido varios momentos como estos y han surgido líderes como los que ahora se requieren.

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El Deber: La ruta equivocada

Es más perjudicial que favorable a la causa marítima de Bolivia la decisión del Gobierno central de llevar el tema, en forma de demanda contra Chile, ante los órganos de la justicia internacional, fin para el cual ha resuelto crear todo un mecanismo burocrático que será encabezado por un ‘embajador plenipotenciario’, cuyo sostenimiento elevará el gasto corriente del país.

Tal es la perspectiva que trazan algunos factores, como el tipo jurídico, para empezar. Mucho tiempo después de la Guerra del Pacífico, Bolivia suscribió con Chile un Tratado que puso fin al conflicto. Se resignó a perder el litoral, a cambio de ciertas compensaciones, como la construcción del ferrocarril Arica –La Paz, obra que le permitiría exportar minerales (estaño, particularmente) a menor costo, por el Pacífico, rumbo a Estados Unidos y países de Europa. El Gobierno de esa época representaba a minoritarios pero poderosos sectores sociales del occidente boliviano,  dedicados a la minería, principalmente, que de tal manera querían acumular más, afianzando su poder económico y político. Chile tuvo después la argucia de ‘trilaterizar’ el asunto, suscribiendo con Perú un tratado que a este país, respecto a Bolivia, lo convertía en candado de su reivindicación marítima. Sin su asentimiento, Chile quedaba impedido de ceder a Bolivia cualquier faja territorial del norte de Arica que nos diera acceso al Pacífico.

Cualquier organismo internacional de justicia tendrá en cuenta los citados antecedentes que, por cierto, más favorecen a Chile que a Bolivia. En el caso de que algunos de aquellos, con la intención de favorecer a Bolivia, lo que nos parece remoto, pidiesen a Perú permitir a Chile ceder una faja territorial en el norte de Arica, con toda seguridad que Perú se opondría a tal eventual solicitud. Es la posición que tuvo siempre, porque le conviene, y la seguirá teniendo.

El otro factor adverso guarda relación con la circunstancia de que Chile tiene mucho mayor peso que Bolivia en la comunidad internacional, a causa de un acelerado y vigoroso desarrollo que le permite alcanzar buenos espacios en el mercado externo. Tal influencia podría hacerse también patente sobre el tema en el ámbito de la justicia internacional.

Naturalmente que la injusticia suele enmarcarse de legalidad, que es la que Chile opone a una solución del conflicto en los términos que Bolivia exige: retorno al mar con soberanía territorial. El litoral nos fue arrebatado por la fuerza, tras una guerra alentada desde ultramar por capitales ingleses que explotaban ciertas riquezas naturales de la costa. Los tratados sellarían después esa injusticia. Todo esto dejó la vía diplomática en el ámbito bilateral y trilateral como alternativa de reparación de iniquidad cometida contra la soberanía territorial marítima de Bolivia. Una ruta difícil y complicada la señalada, por las trabas que pone en ella el mismo Chile y las incongruencias de los gobiernos bolivianos en este recorrido, pero absolutamente necesaria, igual que la que apunta a lo trilateral, pues necesitamos la venia de Perú para que Chile nos conceda una salida soberana al Pacífico. La que hoy emprende el Gobierno de Evo Morales es totalmente equivocada y no se advierten señales que hagan rectificar el rumbo. 

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Cambio: “…iban a salir subversivos”

"Yo mandé matar cinco mil subversivos, pero ningún niño" que "eran entregados a otras familias para que los eduquen, porque si se los dábamos a sus abuelos iban salir subversivos", había señalado el fallecido represor argentino Ramón Camps, en una entrevista que concediera a la revista española Cambio 16. Hace un par de días, esas frases fueron recordadas por la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Cardoto, durante su comparecencia ante un tribunal de justicia como testigo de cargo en contra de la dictadura.

Uno de los aspectos más aberrantes de la dictadura militar argentina (1976-1983) fue el secuestro y desaparición de bebés de los detenidos-desaparecidos. En la mayoría de los casos se trataba de mujeres que se encontraban embarazadas y fueron mantenidas con vida en los centros clandestinos de detención hasta el parto con el fin de apropiarse de los bebés. Hay constancias de que muchas de ellas fueron torturadas a pesar de estar embarazadas.

El tráfico de bebés fue una práctica de secuestro, desaparición y ocultamiento de la identidad. Investigaciones posteriores revelaron que la dictadura confeccionó un reglamento secreto para establecer el procedimiento a seguir en estos casos y organizó maternidades clandestinas dentro de los centros de detención o en sus cercanías, con médicos y enfermeras bajo mando militar. Típicamente, una vez producido el parto se asesinaba a la madre y se confeccionaban documentos falsos para el bebé, suprimiendo su identidad.

Los bebés eran entregados a parejas que eran cómplices o encubridoras del asesinato de los padres biológicos y de la supresión de la identidad de los niños. En algunas oportunidades los niños fueron inscritos como propios por los apropiadores y en otros mediante adopciones ilegales.

La Asociación Abuelas de Plaza de Mayo estima que unos 500 niños que desaparecieron en esas circunstancias y cuya identidad fue sustraída. Esta es la principal organización de derechos humanos que impulsa la búsqueda, recuperación y atención especial de los mismos. Hasta febrero de 2009 habían sido recuperados 97 nietos.

Télam reportó que la testigo y su fallecido marido Guido Carlotto son padres de Laura, cuyo hijo nació en junio de 1978 cuando la joven se hallaba detenida en un centro clandestino. El 1 de agosto de 1977 fue la última vez que Estela vió a su hija, luego recibió llamadas telefónicas, pero el 31 de diciembre de ese año recibió una carta anónima según la cual la joven se hallaba bien, "bajo fuerzas de seguridad", y en abril de 1978 una sobreviviente le contó que tenía un embarazo de seis meses. 

A mediados de diciembre de 1977 la testigo obtuvo una segunda audiencia con el represor Reynaldo Bignone para pedir por la vida de su hija, pero por lo que dedujo de esa conversación —el militar habría admitido haber matado terroristas— terminó solicitándole luego Presidente de facto que "si ya está muerta, devuélvanme el cuerpo".

En ese contexto, la lúgubre confesión del represor Ramón Camps a la revista Cambio 16, de que los bebés secuestrados "eran entregados a otras familias para que los eduquen, porque si se los dábamos a sus abuelos iban salir subversivos", desnuda el pensamiento fascista de los genocidas militares argentinos que encarcelaron, violaron los derechos humanos, torturaron, asesinaron y desaparecieron a miles de seres humanos.

En ese contexto, si una de las facetas más estremecedoras de la dictadura militar argentina fue el secuestro de bebés recien nacidos de madres secuestradas, torturadas y asesinadas en lúgubres calabozos y otros centros secretos de tortura y muerte; a 35 años de esa violenta asonada se multiplican las voces para que no esté en tela de juicio el derecho de quienes ayer fueron bebés secuestrados —hoy mujeres y hombres— a recuperar su identidad y honrar la memoria de sus verdaderos padres. Por eso, la sentencia a los genocidas será un paso más en el camino de la justicia.

Una de las facetas más estremecedoras de la dictadura fue el secuestro de bebés recién nacidos, de madres secuestradas, torturadas y asesinadas en lúgubres calabozos y otros centros secretos de tortura y muerte.

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La Prensa: Allende: ¡Mar para Bolivia!

Chávez, en el discurso pronunciado en Cochabamba, no ha emitido ningún comentario respecto del dilema marítimo de Bolivia.

?Bolivia retornará soberana a las costas del mar Pacífico?, habría señalado el difunto presidente chileno Salvador Allende en una entrevista sostenida en los años 70 con Néstor Taboada Terán, quien hizo públicas estas declaraciones en la obra Salvador Allende: ¡Mar para Bolivia! ?En este plan de reparar injusticias, también he resuelto que el hermano país de Bolivia retorne al mar. Se acabe el encierro que sufre desde 1879 por culpa de la intromisión del imperialismo inglés. No se puede condenar a un pueblo a cadena perpetua. Ahora no somos Gobierno de la oligarquía minoritaria, somos el pueblo. No nos guían intereses de la clase dominante. No le pedimos nada al sufrido pueblo trabajador boliviano, queremos solamente reparar el despojo cruel del que ha sido víctima. Busco el entendimiento de los pueblos hermanos en el mutuo respeto y la paz?, citó el autor Taboada.

Este libro ha sido obsequiado la madrugada de ayer por autoridades del Gobierno a favor del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez. ¿Tiene esto un fin político o es que al Mandatario le interesa la literatura nacional?

El Gobierno de Venezuela, en más de una oportunidad, ha apoyado públicamente políticas internas e internacionales del Estado Plurinacional de Bolivia. El tema marítimo no es una excepción. ?Es mi sueño bañarme algún día en una playa boliviana?, señaló el presidente Chávez en el programa dominical Aló Presidente, en diciembre de 2003. Esta revelación llevó a que las relaciones diplomáticas entre Venezuela y Chile se tornen sumamente tensas.

Si el Presidente venezolano vislumbra gozar de vacaciones, reposando frente a un ocaso a orillas de la costa boliviana, ciertamente el acceso soberano al mar por parte de nuestro país puede ser de interés personal del Jefe de Estado. ¿Emitirá criterio respecto de nuestra política marítima? ¿Si fuese así, podría esto complicar la embrollada situación en la que nos encontramos? El Canciller del Estado, acertadamente, ha manifestado que ??cualquier declaración, sea de un dirigente sindical, de los movimientos sociales, sea de una autoridad del Gobierno, de un asambleísta, de un partido político, cualquier declaración de un boliviano, puede ser usada en nuestra contra?. ¿Se aplica esto también a proclamaciones de dignatarios de otros Estados?

El día de ayer, el presidente Chávez, en el discurso pronunciado en la ciudad de Cochabamba, no ha emitido ningún comentario respecto del dilema marítimo de Bolivia. Gracias por ello. Sin duda es de interés nacional que este silencio se prolongue, no sólo durante el tiempo de su visita, sino también para lo venidero.

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El Diario: “Bolivia debe abrirse a la economía mundial”

La frase del epígrafe fue pronunciada por el embajador del Japón para explicar la necesidad de que nuestro país reconozca que “falta seguridad jurídica” y que ello genera dudas a nivel internacional, lo que perjudica a las inversiones. El problema es de larga data; llega, como política del gobierno, la supresión de garantías o, por lo menos, permitir un “status quo” que deje la situación y sus consecuencias como las determinadas contra el empresariado privado, la prohibición de exportar y la decisión de “nacionalizar” empresas para que sea el Gobierno, en nombre del Estado, el que las administre.

Fueron atinadas y correctas las afirmaciones del diplomático japonés que, además, es un convencido de que su país “está dispuesto a realizar grandes inversiones en Bolivia”, pero con la seguridad jurídica necesaria. Esa espera retrasa el que nuestro país pueda contar con nuevas fuentes que generen riqueza y que, a su vez, impliquen creación de empleo.

Si se tuviese datos precisos, se podría mostrar cuánto las inversiones extranjeras en los países vecinos: Brasil, Argentina, Chile, Perú y Paraguay han significado para el desarrollo y progreso de esos pueblos cuyos gobiernos han sabido respetar y mejorar las garantías y seguridades jurídicas para tres capitales importantes: financiero, tecnológico y humano con miras a que sean invertidos en diversas actividades de producción.

Es preciso reconocer que los coqueteos a socialismos estilo ex–URSS y Cuba no permiten al Gobierno reconocer que, previo a los “socializantes”, seguimos en la órbita capitalista, que los socialismos anunciados no pueden ser y que el pueblo en todos sus estratos sociales, políticos, económicos y culturales es ajeno a políticas donde la “economía de Estado” pueda imponerse porque el pueblo conoce y tiene experiencias de la mala administración de los gobiernos para manejar la economía de empresas y conseguir que crezcan, se desarrollen, diversifiquen su producción, creen efectivamente empleo y contribuyan al desarrollo. Muchos intentos fracasados del pasado son contundentes y terminantes al respecto.

Insistir en una “economía de Estado”, sabiendo las limitaciones del Gobierno para un manejo económico responsable y productivo, es irresponsable. Lo que corresponde es reconocer los equívocos habidos y empezar a corregir, inclusive teniendo en cuenta que las labores correctivas tardarán mucho tiempo en ser efectivas; pero mientras más se tarde en tomar medidas que permitan anular malas políticas, seguiremos en la vertiente del atraso, mayor pobreza y aumento de la dependencia. Seguiremos implorando a los países ricos y desarrollados que se nos “comprenda” y ayude para paliar nuestras necesidades.

Es muy importante que el Gobierno, que normalmente desconoce lo que internamente se cree, siente y opina en relación con nuestra situación, tome en cuenta criterios, opiniones e ideas de embajadores -en este caso el del Japón- y personeros de organismos internacionales que aconsejan y piden cambiar políticas negativas por las que, de todas maneras, serán siempre más positivas que las cumplidas hasta ahora. No entender realidades y seguir empeñados en senderos que conducen más a la ruina nacional, es deshonesto, insensible e irresponsable.

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Clarín, Argentina: La intervención en la guerra en Libia

La intervención militar en Libia, con mandato del Consejo de Seguridad, se ha fijado una misión con objetivos de difícil cumplimiento simultáneo. Las fuerzas multilaterales cuentan con el respaldo de las Naciones Unidas para intervenir bajo el principio de la ?responsabilidad de proteger?, en resguardo de la población civil amenazada por las fuerzas del régimen de Muammar Kadafi. A tal fin, impusieron en una primera etapa una zona de exclusión aérea y naval y atacaron objetivos militares para neutralizar su capacidad ofensiva.

Pero además del objetivo humanitario, existe un segundo objetivo; el de evitar que la caída de regímenes autocráticos y la ola expansiva de las movilizaciones populares en demanda de libertades y democracia en el Norte de Africa y Oriente Medio deriven en olas de violencia incontenible o escaladas represivas que agraven la inestabilidad regional y los conflictos internacionales. Los EE.UU. han sumado ahora un tercer frente de guerra al de Irak y Afganistán. Europa se involucra en una acción militar internacional de envergadura por primera vez desde la guerra de los Balcanes. La OTAN ha tomado, a tal efecto, la conducción de las operaciones, luego de quedar en evidencia las discrepancias entre los países que conformaron la coalición internacional en un primer momento. El riesgo mayor de esta misión, que tiene legalidad internacional y objetivos acotados, es que termine prolongándose en el tiempo y excedida en sus propósitos, convirtiéndose en un nuevo factor de violencia extendida y ahogo para las fuerzas que luchan por la democracia.

La intervención internacional en Libia tiene una misión compleja, con objetivos geopolíticos y humanitarios de difícil cumplimiento simultáneo.

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